VALENCIA. Corporación Dermoestética ha cerrado el último ejercicio con unas pérdidas netas de 27,2 millones, aunque si se atiende al resultado antes de impuestos, se reducen a 8,3 millones. Son matices contables que, en todo caso, no ocultan que la crisis en el consumo está lastrando la rentabilidad de la empresa que preside José María Suescun.
Para intentar ajustar el coste de la actividad a los ingresos, Corporación Dermoestética inició en 2009 un plan de ajuste en el gasto que afecta al personal, a la inversión publicitaria y a los gastos de funcionamiento. Este año recién cerrado, la reducción del coste operativo fue del 15%, según explicó este miércoles la empresa en un comunicado.
Pero hay una partida que no se ha rebajado, pese a que en 2009 se anunció como una de las claves del recorte del gasto. La partida que no se ha rebajado es la de los alquileres de los locales que ocupan las clínicas. Al menos de aquellos que son propiedad del propio presidente de la sociedad.
Según los datos del informa de gobierno corporativo de Corporación Dermoestética correspondiente a 2011, José María Suescun, a través de la sociedad Soul Corporación, facturó a la red de clínicas algo más de 2,2 millones de euros en concepto de arrendamientos, una cifra prácticamente idéntica a la del año precedente y mayor que la de 2009. El número de clínicas, 54 en España y 5 en Portugal, se mantiene prácticamente estable.
Suescun es el propietario del 59,09% de las acciones de Corporación Dermoestética. Su voto, por tanto, fue decisivo en el consejo de administración de la sociedad que decidió en 2009, y así lo comunicó al mercado, tomar una serie de medidas para disminuir los gastos, entre las que destacaba la de renegociar los alquileres que pagaba. Sin embargo, lo que Soul Corporación (100% de Suescun) le cobra a Dermoestética por alquilarle sus locales no ha experimentado movimientos notables en estos años.
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