VALENCIA (EFE). Grecia lanzó este viernes la oferta oficial para realizar un canje de bonos estatales que prevé la quita de 107.000 millones de euros de su deuda en manos de bancos y otros inversores privados, informó la Agencia de Gestión de la Deuda Pública Griega.
Este proceso está previsto dentro del último plan de rescate por valor de 130.000 millones pactado por el eurogrupo en la noche del lunes al martes y que en la práctica supondrá la condonación del 53,5 % del monto de los bonos tenidos por los acreedores privados.
Los bonos serán sustituidos por nuevos títulos griegos por un valor del 30,5 % de los actuales, de 20 años de vencimiento a contar desde 2023, más otros con un valor del 15 % emitidos por el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF), con vencimiento a dos años.
Con esta condonación se pretende reducir la abultada deuda estatal de 360.000 millones de euros, alrededor del 160 % del PIB del país, hasta el 120 % en 2020, considerado un nivel sostenible.
El proceso de canje, que durará alrededor de dos semanas, se seguirá por las autoridades griegas en tiempo real, lo que permitirá saber de forma diaria cuántos inversores han aceptado el canje.
El anuncio formal del programa de canje se produjo después de una reunión del Consejo de Ministros en el que se trató sobre la aplicación de las últimas medidas de austeridad aprobadas en el Parlamento.
"Estamos haciendo un esfuerzo titánico para asegurarnos el apoyo financiero para el país", dijo a los periodistas el jefe del Gobierno, Lukás Papadimos, al abandonar esa reunión.
La legislación sobre la quita, aprobada el jueves por el Parlamento heleno, incluye un mecanismo llamado Cláusulas de Acción Colectiva (CAC) que obligará a los tenedores de la deuda griega a acudir a la quita si hay una mayoría de acreedores que apoya la reestructuración.
Una vez la mitad de los tenedores por el monto de deuda acepten acogerse a la quita, se dará por comenzado ese proceso.
Las agencias de calificación han anunciado que el uso de estas cláusulas será considerada un "impago" que activaría los seguros de impago crediticio (CDS).
Según algunos analistas, eso podría extender la inestabilidad financiera por el contagio a los bancos que hayan emitido este tipo de seguros.
Sin embargo, Charles Dallara, director del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que representa el interés de los grandes bancos en las negociaciones sobre la quita, aseguró el jueves en el canal inglés BBC que la mayoría de los inversores está dispuesta a acogerse a la quita de forma voluntaria.
"No consideran esto como una cuestión de caridad, sino que la evalúan con una perspectiva de costes y beneficios a largo término", explicó el banquero.
El Gobierno dedicará buena parte del nuevo préstamo europeo a financiar esta operación a través de incentivos a los bancos (30.000 millones de euros) y fondos destinados a la recapitalización bancaria (50.000 millones), algo que ha motivado la denuncia de la izquierda griega.
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