VALENCIA. ¿Una huida hacia delante? El aplazamiento a 2013 de los 1.500 millones de euros que adeudaba el grupo de empresas de la familia Batalla, Obinesa, es un balón de oxígeno a la complicada situación de la compañía.
Sin embargo, lejos de transmitir una recuperación de la confianza por parte de las entidades en la construcción, fuentes del sector lo interpretan como una solución a corto plazo ante las dificultad de las entidades bancarias para encajar un impago de esas dimensiones.
El aplazamiento viene acompañado de un crédito puente de tres años para poder hacer frente a los costes, según publica el diario El mundo. Santander, Banco de Valencia, Banco Popular, Banesto, Bankia, BBVA y CAM han preferido esta solución.
CONTINUIDAD DEL NEGOCIO
De este modo, la empresa mantener su estructura y sus 1.000 trabajadores, con los que aspira poder adaptarse a las situación económica actual y ofrecer en 2013 posibilidades de continuidad.
El holding Obinesa concentra desde 2007 a la constructora Becsa, la empresa cerámica Saloni, la empresa de materiales de construcción Origen y la división de automoción que agrupa múltiples concesionarios en la provincia de Castellón.
La deuda de 1.500 millones de euros es el resultado de un anterior proceso de refinanciación con las mismas entidades, realizado en junio de 2009. La crisis del negocio de la construcción y la caída de las ventas en automoción han situado a las principales divisiones de la compañía en el ojo del huracán de la crisis.
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