VALENCIA. Era un escenario que parecía estar dibujándose en las últimas semanas y que finalmente se hizo realidad en el último consejo de administración de Banco Financiero y de Ahorros (BFA). Los recelos sobre las cuentas de Bancaja dejaron de ser comentarios difundidos de manera más o menos velada desde el entorno de la cúpula del banco, controlado por la antigua Caja Madrid, para convertirse en una duda expresa.
La dirección de BFA llevó a la última reunión del consejo una propuesta para que el Bancaja se someta a una auditoría externa que aclare su valor real tras la intervención del Banco de Valencia y del negocio que realmente aporta a la fusión. En el fondo de esta decisión subyace la sospecha de los socios de Bancaja en la matriz de Bankia de que la entidad que preside José Luis Olivas no aportó toda la verdad sobre su auténtica situación interna en el momento de la constitución del SIP, confirmadadas en parte por la crisis del Banco de Valencia, que ha acabado intervenido por el Banco de España.
Se trata de un proceso recogido en los acuerdos de integración y que es necesario realizar ante la nueva situación creada en el grupo, con el Banco de Valencia intervenido y con pérdidas afloradas de cerca de 900 millones, unos resultados muy alejados de los que presentó Bancaja en el momento de poner en común los activos con las siete entidades que crearon el SIP. Del mismo modo, la intervención del Banco de Valencia y los nuevos datos aflorados tras ella demandan nuevos análisis de su situación patrimonial para reconfigurar las nuevas provisiones a las que hubiera lugar tras la reforma financiera.
En círculos financieros valencianos se recuerda, no obstante, que en 2010, antes de la fusión de las siete cajas en el SIP, los negociadores encargaron a la firma Deolitte la realización de una auditoría previa sobre las cuentas de las entidades, elaborando finalmente un informe de due dilligence que recibiría la aprobación de todas las partes.
Ahora, el resultado de una nueva auditoría, lejos de ser inocuo, puede desencadenar una nueva crisis en el seno de BFA si, como se apuntan fuentes financieras, se confirma que la intención de los socios es revisar la participación que tiene Bancaja en el banco si se demuestra que estaba peor de lo que dijo en el momento de la fusión (Bancaja tiene el 37% de BFA y Caja Madrid el 52%, el resto se lo reparten las otras cinco cajas pequeñas).
VOTACION EN EL CONSEJO
El acuerdo de solicitar a Bancaja su sometimiento a una auditoría externa es una decisión de elevada trascendencia porque representa poner en duda a la entidad de Pintor Sorolla y cuestionar su posición dentro de BFA y, a la postre, en Bankia. Sin embargo, en el consejo de administración de BFA en que se adopta, celebrado el pasado 7 de febrero (precedido por uno anterior en el que no hubo votación), los consejeros que representan a la caja valenciana en BFA votaron afirmativamente la propuesta.
De los seis consejeros nombrados por Bancaja, solo uno estuvo ausente, el vicepresidente de la caja, Antonio Tirado, por un asunto de índole familiar. El resto apoyó la decisión: El recién nombrado vicepresidente del BFA en representación de Bancaja, Francisco Pons (según ha podido confirmar este diario), y los consejeros Ángel Villanueva, Rafael Ferrando y José Rafael García Fuster. Solo Remigio Pellicer mantendría algunas reservas iniciales, pero al final también votó favorablemente, según desveló este sábado el diario Levante.
Un comportamiento, el de los consejeros valencianos, que, desde el momento mismo de conocerse, ha comenzado a ser cuestionado en el mundo financiero valenciano, puesto que la decisión de dar el visto bueno a la auditoría lleva implícito el reconocimiento y aceptación de la sospecha sobre la institución a la que representan. Actitud alejada, en todo caso, de la que se mantiene en la propia Bancaja y que será fijada oficialmente en el consejo del próximo martes.
JOSÉ LUIS OLIVAS CONVOCA UN CONSEJO DE BANCAJA PARA EL MARTES
La nueva crisis abierta en BFA tiene a un protagonista clave, el aún presidente de Bancaja y persona que negoció favorablemente para los intereses de la caja los términos de la fusión. José Luis Olivas ha convocado al consejo de la entidad para el próximo martes para analizar una situación que afecta directamente a los intereses financieros valencianos, a la posición de la caja en el seno de BFA y a él personalmente.
Desde que se anunciara la fusión hará dentro de poco dos años, existe el acuerdo generalizado de que la operación ha sido favorable para Bancaja, tanto en términos de presencia en el capital de BFA como en los puestos directivos comprometidos. Sin embargo, este último aspecto fue el primero que se empezó a distorsionar. El núcleo procedente de Caja Madrid acabaría imponiéndose al de Bancaja por 'goleada' dentro del organigrama directivo.
RETROCESO VALENCIANO
A ello se uniría la salida forzada de José Luis Olivas de sus puestos en el grupo, impelido a dimitir por la crisis del Banco de Valencia. Y ahora se pone en duda si Bancaja tiene más porcentaje de BFA del que le corresponde porque sus cuentas no reflejaban la auténtica realidad de la caja. Es obvio que la posición de la entidad valenciana no ha hecho más que retroceder paulatinamente en la dirección de BFA/Bankia sin registrarse resistencia alguna por parte de los consejeros valencianos que representan a Bancaja ni de los dirigentes políticos que los tutelan.
Ninguno de los consejeros valencianos en BFA -salvo el citado Remigio Pellicer- cuestionó una decisión que, al margen del resultado final, supone en si misma una acusación extremamente grave que puede acarrear consecuencias imprevisibles. La temperatura en BFA sube. Pero en el mundo económico y financiero valenciano, golpeado demasiadas veces últimamente, algunos ya arden.
¿Y por que no una auditoría? Cuando se "vendio" Bancaja a CajaMadris nadie dijo nada. ¿Es que se engaño entonces? no?, pues no pasa nada, se audita y ya está. Pero claro, si entonces se falsearon los números, ahora pueden salirle los colores a alguien. No es "Poder Valenciano" ni nada por el estilo. Es la verdad o la mentira. Y los consejeros, si están seguros de que no hubo engaño, hacen bien en respaldar la auditoría.Estoy de acuerdo en lo de la merienda de negros, pero ¿quienes están merendando?Por cierto a B ancaja le quedan unos 15 empleados (Monte de piedad y poco más) ¿Para que necesita un director financiero?
Unos accionistas "de referencia" que en sus puestos del Consejo de Administración del ´B.Valencia se dejaron mangonear y ahora ponen cara de sorpresa, un consejo de administración de Bancaja que mantiene como presidente al que en su nombre debía presidir el banco para defender sus intereses, una auditora que dice que todo va bien y que sigue ejerciendo y teniendo clientes, un BFA que pone en cuestión a uno de sus accionistas con el apoyo de los teóricos representantes del cuestionado, un presidente de una de las partes (Caja Madrid) que actúa en nombre del todo (BFA) contra otra de las partes (Bancaja), un socio mayoritario (Caja Madrid) al que hace dos años era urgente fusionar con quien fuera y que ahora va de dama virginal ofendida. En otros tiempos eso tenía un nombre: merienda de negros.
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