VALENCIA. Ruralcaja cerró 2011, el que será su último ejercicio en solitario, con un beneficio de 8,7 millones de euros, lo que supone doblar lo obtenido el año pasado. La razón de este resultado, contrario a toda tendencia del sector, hay que buscarla en los ingresos extraordinarios por la venta de activos y por una drástica reducción de las dotaciones, según las cuentas hechas públicas por la patronal de rurales Unacc.
El negocio de la rural, hoy ya fusionada con Cajamar, cayó notablemente. El margen de intereses disminuyó un 38%, hasta 85,4 millones de euros y el bruto, el 20,8%. El resultado de explotación se recortó en un 51%, 3,9 millones.
Las plusvalías por activos en venta no corrientes, 3,4 millones, y unas drásticamente menores provisiones de 12,7 millones, frente a los 26,2 millones de 2010., y de otras dotaciones para otros riesgos, que ha pasado de 15,8 millones a 5,2 millones han salvado las cuentas de Ruralcaja.
El volumen de negocio disminuyó levemente. Las inversiones crediticias a 31 de diciembre de 2011 eran de 7.737 millones, un 1,4% menos; los depósitos de la clientela totalizaban 6.336 millones, un 1,6 % menos.
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