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VALENCIA. La calma que había logrado Alberto Fabra en el seno del PPCV se ha agrietado en los últimos días. Sorprendentemente, y pese a lo que había ocurrido meses atrás, la fuente del conflicto no ha sido la provincia de Valencia: los conatos de incendio en la formación ‘popular' han llegado desde Castellón y Alicante.

A pocos días del congreso nacional del PP, quedan rescoldos de lo acontecido días atrás: la cena -homenaje o no- a Francisco Camps en Algorfa (Alicante), que fue aplazada y repuesta en cuestión de horas, fue uno de los hechos destacados. El otro, el 'arreón' de Carlos Fabra tras las informaciones que apuntaban a su dimisión: la respuesta, un manifiesto de 'loa' al presidente provincial del PP, imputado por varios delitos, colgado en la web del partido y, según reza el texto, suscrito por todas las juntas locales de Castellón.

En cuanto a la cita en Alicante, se ha establecido la línea general de restar importancia al encuentro: aunque si se profundiza en el motivo, formato y asistentes -varios referentes y alcaldes importantes- a la cena, las discrepancias no tardan en surgir. Todavía quedan brasas.

Los asistentes insisten en que fue una cena "de amigos" en las que no se habló de política: "una cita que lleva años celebrándose sin mayores pretensiones", destacan. Aunque algunos cargos alineados con Alberto Fabra dan la versión por buena, no son pocos los que señalan que la reunión sí tuvo connotaciones políticas dado el número de presentes (más de 50) y las "filtraciones a la prensa".

Bien es cierto que la falta de asistencia del presidente de la Generalitat se había hecho pública y que, pese a ello, el encuentro siguió adelante. Hubo llamadas de la dirección regional a los organizadores para tantear y calibrar el contenido de la reunión, aunque la cita se mantuvo igualmente.

Estos hechos no han variado la posición inicial de la dirección nacional del partido: por el momento, el destino de Camps sigue siendo una incógnita, pero la premisa es que no estará en primera línea ni en la Ejecutiva Nacional.

En Castellón, por otro lado, el presidente provincial del PP, Carlos Fabra, continúa con su cruzada por no ceder terreno antes del congreso que, a priori, debe conllevar su relevo en el cargo antes del próximo verano. Pese a los delitos que se le imputan y los 4,2 millones de euros de fianza impuestos, el barón castellonense no parece dispuesto a dejar que nadie le coma terreno: es más, desde su entorno se ha impulsado un manifiesto en la web ensalzando su figura y respaldado, según figura en el texto, por todas las juntas locales del partido.

En el documento figuran frases como: "el Partido Popular de Castellón muestra una vez más el apoyo y máximo respeto hacia la persona de Carlos Fabra, el hombre que más ha trabajado por nuestra provincia...".

Pese a todo, el presidente de la Diputación de Castellón y posible sucesor de Carlos Fabra al frente del partido, Javier Moliner, ha manifestado públicamente su apoyo al presidente provincial del PP ante el escrito publicado en la web. Aunque afines a Moliner muestran en privado su desacuerdo con el ‘autobombo' del barón, admiten que el tiempo -y su paso- será el mejor aliado para el relevo de Fabra. 

Así, en ambos aspectos, el congreso nacional del PP juega a favor del actual líder del PPCV, que tiene en la paciencia una de sus mejores virtudes. Los conatos de incendio en Castellón y Alicante pueden minimizarse tras el cónclave en el que Mariano Rajoy será reelegido. Por un lado, la ponencia de Estatutos en la que participa activamente Alberto Fabra debe acotar y limitar las responsabilidades a los cargos imputados o con un juicio pendiente, como es el caso del presidente del PP de Castellón. Todo apunta que la aprobación de este documento conllevará un debilitamiento de Carlos Fabra, que está llamado a sentarse en el banquillo.

Al mismo tiempo, esta ponencia también puede afectar seriamente a exdirigentes de la ‘era Camps' implicados en el caso de la presunta financiación irregular del partido, pendiente de ser juzgado o en otras causas abiertas como 'Brugal', en la que está salpicada la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo.

De confirmarse, además, la entrada en el Comité Ejecutivo Nacional de Mariano Rajoy de dirigentes cercanos a Alberto Fabra y la no presencia de Francisco Camps en el órgano, se lanzará un mensaje de cambio de ciclo evidente en el PPCV, que contribuirá a apagar los rescoldos dejados por los últimos fogonazos de crisis 'popular' en Castellón y Alicante.