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El capital riesgo valenciano se concentra en tres grupos tras el declive de los 'fondos burbuja'

JOAQUIM CLEMENTE. 01/02/2012 Atitlán, Valcapital y Sherpa se consolidan como los fondos de capital valenciano más activos

VALENCIA. El capital riesgo valenciano está viviendo su propia reordenación en medio de la actual crisis y falta de financiación tanto pública como privada. Tras unos años en que se lanzaron varios proyectos para crear fondos de inversión con cifras en algunos casos de centenares de millones, algunos de los cuales no llegaron a cuajar y otros han tenido una vida corta y poco rentable, los inversores valencianos que apuestan por esta vía se han concentrado fundamentalmente en torno a tres grupos: Atitlán, Sherpa y Valcapital.

Roberto Centeno, presidente de AtitlánEstas tres firmas, que cuentan con fondos de inversión propios, son las únicas que han protagonizado operaciones de relevancia en el último año. El resto se han anotado prácticamente un año en blanco.

"Lo que está ocurriendo fundamentalmente es que los fondos se están dedicando a gestionar las empresas en las que entraron en años anteriores. Es un trabajo fundamental, especialmente en esta época, para obtener una rentabilidad que en muchos casos está siendo complicado y en otros será imposible", explica a ValenciaPlaza.com un directivo del sector.

En 2011 los fondos de inversión valencianos cerraron cuatro operaciones de cierta envergadura. Atitlán, a través de su fondo Atitlán Alpha, dedicado a las empresas agroalimentarias, compró al fabricante navarro de ensaladillas, interproveedor de Mercadona, Mahn Mac, Valcapital se hizo con los activos de Punt Mobles en el proceso de liquidación, y Sherpa Capital adquirió la cadena de tiendas de decoración KA Internacional y la filial española de la química Coveright Surfaces.

La inversión de esas cuatro operaciones no se conoce al detalle. En los casos de Sherpa se comunicó que la compra de Covering alcanzó los 12,5 millones y la de KA, 10 millones. En el de Atitlán no se facilitó el precio de compra, aunque la sociedad de la que se quedaron el 90% tenía problemas para financiar su ampliación, estimada 27 millones. Punt Mobles estaba en liquidación, con lo que el precio se pactó con el juzgado y tampoco se facilitó.

A estas compras relevantes hay que añadir algunas operaciones menores cuantitativamente hablando, aunque para las empresas que reciben el dinero sean relevantes. Por una parte el fondo impulsado por el IVF Comval Emprende participó proporcionalmente en la ampliación de capital de 800.000 euros de la biotecnológica valenciana Biótica, en la que tiene una participación minoritaria. Por otra, los fondos asesorados por Gala Fund Management, en la que tiene vinculación la gestora valenciana Santángel y su fondo, compró el 75% de la operadora Neo Sky a Iberdrola.

Arturo Virosque, Julio de Miguel, Vicente Sala y Antonio Gil-Terrón, en 2002Capítulo aparte merece Inversiones Valencia Capital Riesgo, propiedad del Banco de Valencia. Aunque la sociedad sí ha registrado movimientos en sus participadas en el último ejercicio, resulta difícil vincularlas a una actitud inversora real. IVCR, más bien, se ha dedicado a tomar participaciones en empresas con problemas con los créditos de su matriz. Chillida, Energía Solar Aplicada o Adesal Telecom son algunas de sus filiales que registraron cambios en la participación de un fondo. Olvidada en un cajón está Cartera de Participaciones Empresariales, el holding que crearon a la fuerza Bancaja y CAM que, aunque no es capital riesgo, cuando se creó en 2002 anunció que invertiría en en empresas. Nunca hizo una sola inversión. 

Al margen de las escasas operaciones realizadas por los inversores valencianos, el capital riesgo ha hecho otros negocios en la Comunitat. Según los datos de la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI), hasta junio de 2011, últimos datos disponibles, se había registrado 26 operaciones por un montante de 288 millones. Se trata de operaciones que realizan grandes fondos nacionales e internacionales y que no necesariamente suponen la compra de una empresa, lo que significa que sí hay negocio. Un fondo de los que operan en la Comunitat Valenciana puede estar analizando en un año más de 200 propuestas de inversión, la mayoría de ellas no solicitadas.

ATITLÁN, ÚNICO EQUIPO DE 'PREMIER' DE LOS FONDOS VALENCIANOS

Si algún fondo ha tomado un protagonismo esencial ese es Atitlán, presidido por Roberto Centeno, se ha convertido en el principal actor del mercado. Con el apoyo de la familia de Juan Roig y otros inversores, esta gestora dispone de la mayor dotación económica de todos los fondos registrados en la Comunitat Valenciana. "Juegan en otra liga", explica a ValenciaPlaza.com un gestor de capitales. El mercado estima que cuenta con más de 500 millones para invertir.

Atitlán gestiona dos fondos, Atitlán Alpha, especializado en entrar en empresas agroalimentarias, y Angels Capital, capital semilla para emprendedores, dotado con 17 millones. Pero más que eso, es a quien todos se dirigen en la Comunitat Valenciana cuando buscan financiación. Pese a que solo ha confirmado su interés por comprar Ribera Salud, su nombre se ha vinculado a Aguas de Valencia, el Circuito Ricardo Tormo o el Banco de Valencia.

Arturo Llopis, responsable de ValcapitalMás modestamente, pero con una experiencia mayor en la entrada y salida en empresas está Valcapital, especializado en pymes, que ya tiene en su porfolio operaciones con cuatro operaciones completas. Dispuso de unos seis millones de euros, de los cuales ya ha reintegrado la mitad aproximadamente a los socios, y prepara el segundo fondo por un importe similar. De la primera fase de inversión solo le queda Suavitas, principal reto de la gestora que dirige Arturo Llopis. En la fase actual ha comprado los activos de dos sociedades que estaban quebradas, La Mediterránea y Punt Mobles, con el objeto de reactivarlas.

FONDOS FALLIDOS AL CALOR DE 'LA BURBUJA'

Pero lo cierto es que de todos los fondos que existen y se lanzaron en la época de bonanza económica, la mayor parte están ‘paralizados', es decir, mantienen las participaciones que compraron en su día y se limitan a gestionarlas. Los casos más llamativos son los dos impulsados por la Generalitat, Comval Emprende y Tirant. No han realizado ninguna operación relevante en el último año pese a que formalmente aún disponen de fondos (Comval está dotado de 13,5 millones y Tirant de 60 millones, aunque en este último caso entró en grandes empresas con problemas, como Kelme). El primero, en todo caso, sí ayudó a poner en marcha pequeños proyectos como Konomav, Biótica, Eurener o Jet Ready)

"El problema de estos fondos radica en parte en quién los gestiona. Hay una diferencia notable entre los que están dirigidos por empresas valencianas, como Tandem, Valcapital o Sherpa, y los que llevan las grandes firmas como Riva y García y Clave Mayor, responsables de los dos fondos de la Generalitat. Mientras que un gestor local se preocupa tanto por invertir el dinero comprometido inicialmente como por buscar nuevos partícipes para seguir creciendo, en estos dos casos prácticamente se han limitado, con mayor o mejor fortuna, a colocar el dinero inicial. No generan nuevo negocio", explica un directivo de una de las firmas de capital riesgo valenciana.

La tarea de buscar nuevos partícipes dispuestos a invertir con riesgo es la más compleja en estos momentos. "Costaba convencerles cuando vivíamos el boom del capital riesgo a mediados de la década pasada y ahora más, de igual manera que son más exigentes a la hora de aprobar operaciones. Pero ahí está la clave de este negocio", señala el gestor. En eso está, por ejemplo, la nueva sociedad gestora de capital riesgo valenciana, Avindia Capital, dirigida por el ingeniero José Emilio Giner, que está promoviendo un fondo dedicado a invertir en energías renovables. José Emilio Giner, presidente de Avindia

La cuestión es que los principales fondos valencianos, al menos los que son operativos, no cuentan entre sus partícipes a las grandes fortunas conocidas, con la excepción de Juan Roig con Atitlán. Uno de los intentos por atraer a esta cultura inversora a grupos familiares fue Tandem Capital. Con aportaciones de familias como los Ballester, Martinavarro, Zamorano, Lis y Giménez, el fondo acabó cerrando después de cuatro años en los que solo realizó una operación de ocho millones sobre los 40 millones que habían comprometido.

"En ese caso, los inversores prácticamente negaron cualquier proyecto y acabaron pidiendo la devolución de los fondos", explica una fuente próxima al proyecto que presidió el actual conseller de Economía, Máximo Buch y que gestionó el director de Improven, Eduardo Navarro.

Eduardo Navarro, gestor de Sherpa CapitalNavarro, de hecho, opto por promover Sherpa Capital, un fondo especializado en entrar en empresas en crisis para reflotarlas. En algo más de un año ha cerrado tres operaciones con los 30 millones iniciales comprometidos. Resulta llamativo que Navarro haya optado por empresas de fuera de la Comunitat Valenciana en los tres casos.

Más llamativo fue el anuncio que realizó la cúpula del poderoso lobby empresarial AVE, que agrupa a las grandes empresas valencianas. A finales de 2006 el entonces presidente Francisco Pons, anunció la "inminente" puesta en marcha de Impulsos Empresariales Valencianos, un fondo, a imagen de Catalana d'Iniciatives, que arrancaría con 300 millones de euros para invertir. Nunca más se supo de este proyecto.

OTROS ACTORES

Pero el negocio del capital riesgo en la Comunitat Valenciana tiene otros actores, al menos formalmente. En algunos casos se trata de family offices camuflados, como Suver Inersiones, de José María Suescun, Onofre Desarrollo, de Onofre Miguel, Pontia Equity, de Vicente Cotino.

En un término medio está el grupo Zriser, la sociedad de inversión que creó Pablo Serratosa cuando salió de Nefinsa, que actúa como capital riesgo, a través del fondo Zriser Capital 1, pero también ha realizado una fuerte inversión inmobiliaria, vetada a este tipo de fondos, con la compra por 21 millones del edificio de la aseguradora Generali en la plaza del Ayuntamiento de Valencia hace unos meses.

Su mayor inversión fue la entrada en Siliken, la empresa de energía solar. Una compra difícil de digerir, a la que ha tenido que inyectar más de un centenar de millones, con lo que pasó de un 5% inicial a más del 55%, y a la que está dedicando prácticamente su atención como gestor. Con la excepción de una toma de posición nada desdeñable en la cotizada Clínica Baviera, el 5%, Zriser no ha protagonizado ninguna operación empresarial.

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2 comentarios

Antonio escribió
27/11/2012 16:40

Interesante

fernando escribió
06/02/2012 19:45

Que jóvenes y que mentes perversas dirigen estas Empresas, han creado el Holocausto de la calidad de vida.

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