VALENCIA. El abrupto cierre de Spanair ha escrito de forma paralela el punto final a la ruta Valencia-Barcelona por avión. La compañía catalana era la única que operaba, con un solo vuelo diario en cada sentido, la conexión entre los aeropuertos de Manises y El Prat. Valencia pierde por tanto el enlace aéreo con la capital catalana, una ruta considerada 'maldita' en el sector.
Pese a que la distancia y por tanto el tiempo de viaje entre Valencia y Madrid y Valencia y Barcelona es muy similar, lo cierto es que la explotación comercial de una y otra línea aérea ha sido siempre muy distinta. Las fuentes consutadas por ValenciaPlaza.com explican que mientras la demanda con la capital de España, al menos hasta la llegada del AVE, siempre fue constante, en el caso de Barcelona hace muchos años que dejó de ser un negocio rentable si es que alguna vez lo fue.
"No sabemos las causas exactas, pero hay una parte psicológica que parece instalada entre los valencianos y que apunta a que ven más cómodo ir a Barcelona en coche o en tren que en avión" explica un directivo del sector a este periódico.
Lo cierto es que el cierre de la línea entre las dos ciudades era un proceso casi inevitable, independientemente del futuro de Spanair. Los datos a los que ha tenido acceso ValenciaPlaza.com señalan que en los últimos meses, los dos vuelos de la compañía (con origen en Manises a primera hora de la mañana y vuelta desde El Prat a última de la noche) tuvieron una ocupación media del 43%.
Esta cifra es bajísima más teniendo en cuenta que Spanair marcó unas tarifas muy bajas tanto en esta ruta como en otras que operaba, aspecto que ha sido muy criticado por las dudas sobre la rentabilidad. En la actualidad una operativa con menos del 75% del pasaje ocupado se considera deficitaria por el sector y, por tanto, susceptible de ser eliminada.
NO AGUANTÓ NI RYANAIR
Spanair llegó a tener dos frecuencias diarias durante escasos meses antes del cierre, pero el caso más llamativo del fracaso de la ruta fue el de Ryanair, que a mediados de 2010 lanzó el Valencia-Barcelona con sus agresivas campañas de precios. El resultado fue tan decepcionante, una media de ocupación del 40,5%, que la retiró en con solo cinco meses de vida, un periodo de tiempo corto incluso para una low cost.
No siempre fue así, en todo caso. Hubo un momento en que Iberia tenía tres frecuencias diarias entre Manises y El Prat, a las que se unían otras dos de Air Nostrum. Sin embargo, el lanzamiento por parte de Renfe del servicio Euromed en junio de 1997 marcó el inicio del declive de la ruta que, en todo caso, nunca fue estelar.
La puntilla fue el abamdono de El Prat de la propia aerolínea de bandera, abandonando el hub (aeropuerto con conexiones a otras rutas) catalán. "Al perderse las conexiones con otras líneas de Iberia que existían hasta entonces con ciudades europeas, la ruta tenía cada vez menos sentido y menos demanda", señalan desde el sector.
Igualmente, el desembarco de las low cost en El Prat fueron minando el modelo de negocio de Air Nostrum con sus red de destinos desde Barcelona a ciudades medias, vuelos para los que el trayecto de Valencia tenía sentido como aportador de tráfico ante la escasa demanda de vuelos con destio final en la capital catalana.
La cuota de mercado de las compañías de bajo coste en un aeropuerto son un síntoma de la salud del mismo y de su importancia como hub. En El Prat supera el 40%, mientras que en aeropuetos de referencia es casi residual: Barajas, 16%, Heathrow 4%, Fráncfort 8%...
Al aumentar los vuelos punto a punto de compañías como Vueling o desde hace unos meses Ryanair (que dejó Girona y entró en El Prat para disgusto y malestar de la Generalitat de Catalunya y de parte del sector que opera allí), las aerolíneas de bandera reducen su negocio y pierden la conectividad que hace rentables algunas rutas.
AIR NOSTRUM CIERRA LA RUTA. SPANAIR AGUANTA... POCO
Eso fue lo que le ocurrió a Air Nostrum, que al reducir los vuelos que tenía desde El Prat dejó de considerar rentable el vuelo que mantenía desde Manises, a pesar de que su ocupación superaba el 65%. El pasado octubre, la aerolínea valenciana cerró la ruta y dejó sola a Spanair.
A pesar de la poca ocupación de los vuelos, Spanair decide mantener la ruta con la expectativa de aportar tráfico a los vuelos de la Star Alliance, a la que pertenece por su pasado como filial de SAS. La esperanza de encontrar un nuevo socio de referencia se quebró este viernes. La cancelación de todos sus vuelos ha acabado con la conexión por aire entre Valencia y Barcelona. Solo un tren que tarda tres horas, en el mejor de los casos, el autobús o el coche con los caros peajes, han quedado como alternativa.
Si Ryanair no ha visto negocio en esta ruta es que no lo hay...probablemente lo mejor sea el tren
Para ir a Barcelona, lo más cómodo es, de lejos, el tren. La opción del coche es prohibitiva, amén de que en la ciudad condal el coche es un caro estorbo. Yo hice uso de la conexión de Ryanair porque era muy competitiva en precio pero, en realidad, se tarda casi lo mismo en Euromed. Al vuelo hay que sumar el desplazamiento hasta Manises en metro (no menos de media hora), más la antelación a la salida del avión, más el traslado desde el muy mal conectado aeropuerto del Prat (unos 25 minutos en un tren que sale cada media hora, te deja en Sants). De verdad, es muy poco el tiempo que se ahorra comparado con coger un Euromed en Sants y bajarse en J. Sorolla, y es más cómodo.
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