VALENCIA. La Caixa abrió este viernes por primera vez la puerta a una fusión con Bankia. En la presentación de resultados de la caja catalana el el consejero delegado de CaixaBank, Juan María Nin, entró en el juego que su presidente, Isidro Fainé, había intentado evitar justo antes. Mientras Fainé señaló que La Caixa "no está negociando con nadie", su mano derecha especuló con la operación favorita de todo el sector financiero español.
"Una fusión no solo sería factible, sino también deseable", dijo Nin. "Un grupo La Caixa más grande, permitiría realizar más obra social", explicó.
Una frase, en todo caso, que desvelaba las condiciones que La Caixa pondría en caso de plantearse finalmente esta operación, y que son básicamente dos: la primera mantener el control y la identidad de la entidad resultante ("un grupo La Caixa"), y la segunda, que la digestión de la operación no lastrase los resultados ("hacer más obra social").
Pero por si quedaba alguna duda, Fainé vebalizó las condiciones: "La Caixa tendría que mantener el control del banco resultante", dijo el presidente de La Caixa por un lado. Y por el otro matizó que tras la operación La Caixa debe mantener o aumentar su aportación a la Obra Social. "Para este fin se creó la caja y eso no lo vamos a olvidar", dijo Fainé. Esta observación está vinculada directamente al coste de la digestión de Bankia y de su riesgo en el sector inmobiliario.
Es la primera ocasión en que La Caixa se pronuncia en términos claros sobre su posible participación en una operación de concentración y más en concreto sobre el caso de una fusión con Bankia. Hasta ahora los directivos de la entidad catalana se habían limitado a negar contactos (cosa que también hicieron este viernes), pero nunca habían teorizado sobre una operación que crearía un gigante de la banca española con más de 500.000 millones de euros en activos
Efectivamente no se puede ceder tanta dependencia financiera a alguien que no quiere estar con nosotros y busca soberanía. No tiene la Caixa interés alguno en ceder poder de control y una hipótesis así no es planteable. La lista de nuevos parados seria inasumible, hay mejores opciones en banca.
Mientras mantengan el "Catalonia is not Spain" es imposible y suicida traspasarle los activos de mayor valor estratégico y que luego vivan de lo que generemos el resto de españoles. Mientras haya política no hay economía posible de compartir
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