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VALENCIA. Poner en contacto a quien quiera comprar arte y a quien lo quiere vender Esta es la utilidad de Art troop, una plataforma tecnológica que han ideado y puesto en marcha las profesionales de la arquitectura Aitziuber Irisarri y Raquel Bernal.
Habitualmente, las galerías de arte van a comisión sobre la obra vendida. Aunque el porcentaje puede variar, suele rondar el 30% del precio de venta. "Nuestro planteamiento no es ser una galería digital, sino un espacio de contacto entre personas que ofrecen arte y personas que quieren comprar", puntualiza Irisarri.
La innovación de Art troop consiste en ofrecer tanto al artistas como al vendedores de obras de arte un espacio de venta a cambio de una cuota mensual en función del número de piezas que oferten y su precio de salida. "La mínima son dos euros al mes por ofertar cinco obras de un valor máximo de 800 euros. A mayor número de obras, mayor precio de cuota, pero también otros servicios, como newsletters o informes de consultas", explica Irisarri.
EL FACEBOOK DEL 'VERNISSAGE'
Actualmente están captando artistas para ganar masa crítica, pero la idea es formar una verdadera web 2.0, aunque ya estén presentes en Facebook y Twitter. "Art troop no convierte al artista en un mero vendedor, sino que le ofrece una plataforma para promocionarse", advierte Bernal. Los métodos para lograrlo pasan por la organización de concursos y actividades que impliquen a los artistas y generen expectación en la comunidad de potenciales compradores de estas obras de arte.
Igualmente, la posibilidad de votar cualquiera de las obras expuestas permite el posicionamiento de las piezas en la web de cara al visitante. De este modo, las mejor valoradas son las primeras que se ven. "Esto favorece la calidad de la oferta", apunta Bernal.
Por su parte, el comprador, que también se registra, tiene su propio perfil y puede añadir favoritos y compartir comentarios, facilitando que se conviertan en referencia de otros compradores.
EL ARTE DE INNOVAR
La idea surgió hace unos años, cuando coincidieron en el mismo despacho de arquitectura. Irisarri, profesora de dibujo artístico en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), conocía muchos casos de buenos artistas que no encontraban un canal para comercializar sus obras. Bernal, por su parte, compartía la pasión por el arte y un buen número de amigos artistas en la misma situación.
La financiación inicial corrió a cargo de su propio bolsillo, hasta que entraron en el programa de la aceleradora de empresas Bbooster y captaron inversores particulares e institucionales que creyeron en las posibilidades de su idea.
"No existe nada parecido", advierte Irisarri. Actualmente, hay distintas galerías que ofrecen piezas por medio de su página web, pero no plantean la venta online de un modo específico y diferenciado de la propia actividad tradicional. Es cuestión de ir un paso más adelante.
Hola Raquel, soy un pintor con muchos años en este munto del arte,contacta conmigo para tener un punto de encuentro, teengo mucha obra, gracias
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