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VALENCIA. El diputado autonómico Ricardo Costa abandonó ayer la sede del TSJCV con gesto relajado. Saludó discretamente a los periodistas y se alejó a pie con dirección al Parterre. En su expresión, se dibujaba un rictus de tranquilidad contenida. Minutos después, salió el expresidente de la Generalitat Francisco Camps con una sonrisa en la boca y una despedida amable hacia los medios de comunicación antes de subir en un vehículo apostado en la puerta. Se percibía cierta aura de liberación en su rostro con el cierre del juicio oral.

Con algo de retraso respecto al horario previsto, el jurado recibía en torno a las dos del mediodía el objeto del veredicto elaborado por el magistrado presidente del jurado, Juan Climent, tras haber sido analizado a puerta cerrada  por las diferentes partes.

Finalmente, el documento era remitido a los nueve miembros del jurado antes de comer. 21 cuestiones, aunque con subapartados en algunas de ellas, a las que deberán responder para emitir el veredicto y la sensación de que la deliberación, bajo estricta incomunicación, podría alargarse hasta mañana.

Favorable o desfavorable. O lo que es lo mismo, culpable o no culpable. Estas son las dos opciones por las que deben decantarse los miembros del jurado. Salvo que se produzcan situaciones especiales -devolución en tres ocasiones del veredicto por incoherencias o resultado inamovible de seis votos desfavorables y tres favorables-, en las próximas horas se conocerá la decisión final sobre la causa de los trajes que pesa sobre Francisco Camps y Ricardo Costa.

Un veredicto que dirimirá el futuro político de ambos dirigentes. En el caso de Francisco Camps, una decisión especialmente delicada que también afecta actual presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. Dependiendo del jurado, en el PPCV se escribirá una historia u otra muy diferente y ambas con finales antagónicos y presumiblemente morbosos en el ámbito político.

VEREDICTO FAVORABLE: ABANICO DE OPCIONES ABIERTO

Los más cercanos al exjefe del Consell, dan por segura la absolución de los acusados. En cuanto al futuro de Camps de producirse este veredicto, reclaman "justicia" para el que ha sido máximo responsable autonómico durante ocho años. Diputados como Rafael Maluenda o Trini Miró, han estado ‘tuiteando' con brío en los últimos días a favor del Camps. Incluso, en uno de los mensajes en esta red social, la exconsellera cita a Alberto Fabra con la siguiente frase: "@albertofabra se ha hecho un abuso criticando a un presidente honesto y comprometido con las personas #Campsinocente". Lo que, en plena recta final del juicio, suena a un reproche al actual presidente y la exigencia de reparación.

No es el primero de estos comentarios que surge en las redes sociales. Afines al presidente de Les Corts, Juan Cotino, y otros cercanos al exjefe del Consell o visitantes asiduos al juicio han lanzado proclamas dirigidas a la compensación o reparación del daño sufrido por el presidente.

En cuanto a esta restitución, diputados que mantienen buena sintonía con Camps resaltaron a este diario que apoyar la "justicia" para el expresidente no significa "ir contra Alberto Fabra". En cuanto a su futuro, estas fuentes subrayaron que el deseo del que fuera jefe del Consell "siempre ha sido permanecer y trabajar en la Comunitat Valenciana".

Una circunstancia esta que podría resultar incómoda para Alberto Fabra, según el deseo de intervención que mostrara el expresidente en el partido y gobierno. Pese a que los afines a Camps remarcan que no existe deseo por su parte de acumular protagonismo, otras fuentes subrayan el malestar del expresidente por el nulo respaldo desde el Consell durante el juicio y apuntan a movimientos estratégicos de anunciarse su absolución.

VEREDICTO DESFAVORABLE: LA LECTURA PRAGMÁTICA 

¿Y de lo contrario? Fuentes del partido consultadas por este diario señalan, en cambio, que un veredicto desfavorable dejaría al expresidente con mínimas opciones de instalarse en una posición de fuerza. Esto, según algunos dirigentes ‘populares', reforzaría el liderazgo de Alberto Fabra y debilitaría a los que han seguido apoyando al exjefe del Consell.

El presidente del Gobierno y líder del PP, Mariano Rajoy, fue el impulsor del relevo de Camps por Fabra. Este último se ha puesto manos a la obra en la tarea encomendada sin disonancias. La transición se ha completado a medias: el gobierno se encuentra, tras tres variaciones, cerrado por unos meses salvo sorpresa y la siguiente fase para culminar el relevo con éxito serán los congresos de partido. Una vez elegido Fabra vía cónclave regional y resueltos los procesos provinciales, el trasvase de poder absoluto se habrá completado.

Los roces surgidos entre Alberto Fabra y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, o el presidente provincial del PP, Alfonso Rus; el cambio generacional programado en Castellón, o la propia complejidad de la transición alicantina, parecen problemas superables para el líder del PPCV, sobre todo con el apoyo a su espalda del presidente del Gobierno.

En este sentido, no falta en el PPCV quien considera que esta evolución del partido será más "sencilla" con Francisco Camps "desactivado", ya sea por haber obtenido un veredicto desfavorable o por haber optado por un papel secundario si se produce la absolución. De lo contrario, con el expresidente en actitud beligerante, los descontentos de su cuerda tendrían un punto fuerte de apoyo para impulsar maniobras desestabilizadoras.

Cabe recordar que las últimas declaraciones del presidente Fabra o del portavoz del Consell, José Císcar, han ido dirigidas a consensuar con el propio Camps su futuro político una vez terminado el proceso, dando por sentado que saldrá airoso del mismo. Fuentes del PP señalan que la opción preferida desde Génova y también por el entorno del actual jefe del Consell irían dirigidas a una salida fuera de la Comunitat. No obstante, todo dependerá de la voluntad que tenga Camps de adaptarse al nuevo rol de actor secundario o, por el contrario, de permanecer con un caché de altos vuelos en tierras valencianas.