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VALENCIA. La innovación y el desarrollo productivo de los descubrimientos científicos ha sido tradicionalmente una de las asignaturas pendientes de la economía y de la ciencia española. El científico de SCIC, José María Lagaron, y su equipo decidieron no lamentarse y ponerse en acción, una aventura para la que contó con el apoyo de distintos business angels y dos fondos de Capital Riesgo.

Su historia arranca en 2005, cuando se unió a Enrique Giménez (Dpto. Tecnología, UJI), José-Carlos Rodríguez-Cabello (Bioforge, UVA) y otros socios para ponerse al frente de NanoBioMatters, empresa dedicada al desarrollo, patente y fabricación de nanoaditivos poliméricos basados en arcillas que mejoran las propiedades específicas de los plásticos para el envasado de alimentos, piezas de automoción o recubrimientos.

Actualmente, NanoBioMatters produce 2.500 toneladas anuales de productos en sus varias plantas de producción y desarrolla nuevos componentes en su centro piloto y su laboratorio de I+D. Entre los reconocimientos que ha recogido destacan el Premio CEEI Impiva 2008 a la Mejor Trayectoria; y Finalista Premio Eurecan 2008, Accésit Mejor Trayectoria Empresarial de una EIBT Premios ANCES 2008.

EL VALOR DEL CAMBIO DE PLANES

El producto con el que se quería salir al mercado en un principio era con un impermeabilizador, pero ya llevaban tres años de trabajos y no se terminaba de tener a punto para su comercialización. "Como es natural, los inversores se impacientaban y querían empezar a ver resultados", asegura Lagaron.

La solución fue abrir una nueva vía de trabajo y desarrollar un bactericida que se pudiera poner en el mercado rápidamente. Al tratarse de su elemento más sencillo, en seis meses ya estaba apunto y salió al mercado a mediados 2008.

Sin embargo, la joya de la corona tendría que esperar hasta septiembre de 2011 cuando se inició la comercialización de Soarnol NC, un impermeabilizante que producen para una multinacional japonesa, objetivo inicial para Lagaron.

"Cuando inicié el proyecto sabía que el mercado no iba a ser español", reconoce. Su experiencia internacional por medio de su trabajo en BP le había abierto nuevas perspectivas y contactos. Desde un principio definió quiénes podría necesitar sus nanoaditivos más allá de las fronteras europeas. De este modo, se explica que tenga destacado un miembro de su equipo en Japón y disponga de una oficina con tres empleados en Estados Unidos y ya haya obtenido los primeros frutos.

ABRIR NUEVOS CAMINOS

Actualmente, su orgullo como innovador es la nueva línea disponible para la comercialización. Se trata de una sustancia absorbente del oxígeno, óptima para la conservación de fruta o cualquier producto que se oxide con facilidad. "Lo hemos presentado en la Feria K 2011 de Dusseldorf y ha sido un éxito descomunal", comenta Lagaron satisfecho. No en vano, su web en el certamen fue la segunda más visitada, sólo superada por la de la propia organización.

Los viajes comerciales no le impiden seguir desarrollando su otra faceta, la de investigador. No en vano es científico titular y responsable de projectos en el Laboratorio de Envases del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y profesor asociado de Ciencia de Materiales en el Departamento de Tecnología, Grupo de Polímeros del Area de Ciencia de Materiales e Ingenieria Metalúrgica de la Universitat Jaume I de Castellón.

Lagaron y su empresa NanoBioMatters participará el próximo martes 24 de enero junto a Salvador Vera, director general de TSB Tecnologías para la Salud y el Bienestar, en una nueva edición del ciclo sobre ‘La nueva economía valenciana ante los retos del siglo XXI' que organiza valenciaplaza.com con la colaboración de la Obra Social Bancaja.