VALENCIA. Las excusas y rodeos se acaban. Los recortes acometidos en empresas públicas y funcionarios o los que están por venir en los grandes eventos han contradicho abiertamente el discurso sobre eficiencia y austeridad que ha mantenido la Generalitat en los últimos años.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha guardado la cara a su predecesor en el cargo durante varios meses, pero la situación se ha tornado insostenible. Ayer, varios cientos de trabajadores tomaban el Palacio de Fuentehermosa minutos antes de la rueda de prensa posterior al pleno del Consell clamando por la dimisión del titular de Hacienda y Administración Pública, José Manuel Vela, debido a los últimos recortes anunciados. Mientras, los trabajadores de RTVV se concentraban en el piso superior de la sede de Canal 9 para protestar por el inminente ERE en la cadena pública y, por otro lado, los colegios concertados se alzaban también por los impagos que pueden obligarles a cerrar y unos 15.000 profesionales sanitarios se concentraban contra las medidas de ajuste adoptadas.
El jefe del Consell, después de seis meses al frente del Gobierno, reconocía ayer públicamente que las familias y las administraciones habían vivido "por encima" de sus posibilidades y ahora estaban "pagando" las consecuencias. Un discurso que sería perfecto para un recién llegado al sillón presidencial que recoge del partido rival pero, en este caso, Alberto Fabra sustituye a Francisco Camps, también del PP, un partido que lleva gobernando 16 años consecutivos en la Comunitat.
La justificación que dio el presidente no es para quedarse satisfecho. "Hay cosas que se tenían que haber hecho posiblemente de otra manera, algo que es fácil ver ahora", subrayó. Para añadir después que, en aquel momento, "nadie decía nada; todos estábamos subidos a lo alto de la ola intentando disfrutar del momento".
El jefe del Consell suavizó su intervención apuntando a la injusta financiación autonómica que ha birlado "11.500 millones de euros" a la Comunitat y con los que se habría reducido la deuda "un 55 por ciento". En este punto, Fabra subrayó que el Gobierno valenciano "no se quiso conformar con esa situación y buscó que los valencianos tuvieran las mismas oportunidades que el resto de españoles con infraestructuras, equipamientos educativos, sanitarios, culturales y, por todo ello, nos hemos endeudado".
LAS MEDIDAS DE RUPTURA
Con las declaraciones del presidente, pronunciadas en los micrófonos de Onda Cero, se hace evidente la ruptura de Fabra con la anterior gestión de Camps. Aparte de decisiones como la reunión con las víctimas del metro, algo a lo que el anterior presidente se resistió durante años, o el posicionamiento de la Generalitat en cuestiones de transparencia como personarse en el caso Emarsa, los ajustes económicos están evidenciando los excesos de los anterior Ejecutivo.
El recorte en las empresas públicas y fundaciones apunta a un total de 1.000 millones de euros; el próximo ERE que afectará, probablemente, a más del 50% de la plantilla de RTVV pone de manifiesto la mala gestión en la televisión pública; el cuestionamiento de grandes eventos como la Fórmula 1 reafirma el debate sobre su siempre discutida rentabilidad; o el propio aumento en los tramos fiscales autonómicos contradice el rechazo del Gobierno autonómico de no querer cobrar el impuesto sobre el patrimonio.
Pero hay más. La reducción de salarios de cargos que cobraban más que el propio presidente es un indicativo del descontrol existente en la Administración. El cese de asesores en la Generalitat y otras instituciones sugiere que no debían ser tan necesarios o, simplemente, exigir a los altos cargos que moderen sus gastos en las comidas limitándolas a 20 euros, pone de manifiesto que tenían lugar festines a cuenta del erario público.
Por todo ello, el actual presidente de la Generalitat ha dado el paso de alejarse del anterior Ejecutivo. "No estoy aquí para ver lo que pasó, sino para preocuparme por lo que tiene que venir y por el presente", afirmó ayer. Alberto Fabra, según fuentes de la Generalitat, ni siquiera tiene entre sus prioridades inmediatas las cuestiones de partido, sino dedicarse a gobernar la Comunitat Valenciana. Para ello, tiene que soltar lastre de la etapa anterior y, en esa tarea, tiene el apoyo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Ayer, por primera vez, verbalizó algo que había esbozado con algunas decisiones: la ruptura con la herencia de Camps es un hecho.
Por cierto, si cuando era alcalde ya conocía esto ¿ por que no lo denunció ???
Este Fabrita parece el bombero pirómano. Siendo alcalde Castellón.http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/aeropuerto/Castellon/cuesta/300000/euros/mes/funciona r/elpepuespva
Alberto Fabra Part és tan ma gestor com Francisco Camps. Com a mostra el deute que té l'Ajuntament de Castelló de La Plana,.
Yo creo que el paralelismo más acertado no sería Fernando VII, que además es muy lejano. Más bien es equiparable a nivel nacional con ZP. Entre ambos han dejado a este país y a esta comunidad hechos unos zorros.
y los cosellers nombrados por camps.......no son responsables tambien......y por que siguen en su gobierno....?
Ya era hora, jod... Parece que hay que hacer caso alñ presidente Suarez y elevar a nivel politico lo que en la calle es normal. Camps sera equiparado en la historia de la CV a Fernando VII en la de España. ¿Que quedo de toda aquella energia perdida en desmontar al Zaplanismo?
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