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Rajoy reduce a cenizas el ego del poder valenciano

X. AGUAR. 12/01/2012 Los 'populares' valencianos pagan la mala gestión y los escándalos de corrupción recibiendo 'migajas' en los nombramientos de Rajoy: pequeños premios de consolación para unos y espera para otros

VALENCIA. Gran parte del pastel político ya ha sido repartido por Mariano Rajoy sin que el PP de la Comunitat Valenciana, la tercera autonomía donde el presidente del Gobierno recabó más votos, haya probado más allá de las migajas.

El reparto de puestos en el Congreso de los Diputados se ha convertido en la 'pedrea' para dirigentes valencianos que cuyos nombres habían sonado por su trayectoria política para cotas mayores. Resulta evidente que haber ostentado importantes responsabilidades no garantiza de forma irrefutable la elevación a puestos de gobierno: esos galones, al menos en el caso de los dirigentes de la Comunitat, solo han servido para lograr puestos de segunda fila en comisiones del Congreso.

Los éxitos valencianos desde que Mariano Rajoy ganó las elecciones se reducen al nombramiento como ministro de Exteriores de José Manuel García-Margallo, más por su amistad con el presidente del Gobierno y recorrido europeo, que por su adscripción netamente valenciana. Si bien el ministro se ha integrado durante años en listas por la Comunitat, dentro del propio partido no son pocos los que consideran que la valencianía atribuida desde el PPCV resulta un poco forzada fruto de la ausencia de otros responsables de la autonomía.

El otro nombre propio que ha elevado su categoría es Marta Torrado. El apoyo de la alcaldesa Rita Barberá a la concejal del Ayuntamiento de Valencia ha sido determinante para convertirla en portavoz adjunta en el Congreso. Uno de los pocos éxitos del PPCV. En cambio, otro de los esperaba ascender, Ignacio Gil-Lázaro, ha tenido que conformarse con continuar como secretario tercero del Congreso, el mismo puesto que ocupaba la legislatura pasada.

Por el contrario, diversos nombres propios del PPCV que aparecían en las quinielas han quedado en ‘standby' y con perspectivas que no inducen a un desenfrenado optimismo. El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, que sonó con fuerza como ministro o portavoz parlamentario, deberá esperar al congreso del partido para comprobar si Rajoy le aúpa un escalón en el organigrama de la formación 'popular'.

Si María Dolores de Cospedal persiste en su deseo de continuar como secretaria general y Rajoy cede en esta cuestión, González Pons optaría a ser coordinador del partido o  a un lugar preferente similar que le permitiera erigirse como un referente en Génova aprovechando que De Cospedal deberá atender sus responsabilidades autonómicas. Para González Pons, que aspiraba a ser ministro, un premio secundario pero importante, dado que le permitiría estar en primera línea para un salto al gobierno en el futuro.

Sin embargo, el exconseller se ha visto perjudicado por el estallido del caso Nóos, relacionado con Iñaki Urdangarin y las contrataciones de su fundación en Valencia. González Pons está llamado a declarar como testigo en el proceso, un caso que puede restarle puntos en sus aspiraciones. No obstante, es el valenciano que cuenta con mayores opciones de situarse en un puesto de alta visibilidad nacional.

Otro que no ha sido tocado por la varita de Mariano Rajoy y que incluso aparecía en las quinielas de ministrables es el alicantino Federico Trillo. Al igual que González Pons, ni siquiera se encuentra en ninguna comisión del Congreso. Preguntado por este hecho, el portavoz del grupo popular, Alfonso Alonso, admitió que podía "llamar la atención". "Si ahora no tiene ninguna responsabilidad, por algo será", subrayó, dejando la puerta abierta a interpretaciones sobre algún puesto reservado para el exministro.

El sillón -con cierta solera- para el que Trillo es señalado por diversas fuentes del partido se encuentra en la presidencia del Consejo de Estado como relevo de Francisco Rubio Llorente. Otro valenciano que sonó para altos vuelos es el exconseller de Justicia, el valenciano Fernando de Rosa, actual vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial y con opciones de situarse al frente de este organismo. A priori, uno de los pocos responsables políticos valencianos que aún estaría en el tintero sería el presidente de Les Corts, Juan Cotino, quien todavía está a la espera de que se hiciera efectiva una oferta de embajador en el Vaticano.

 La candidatura del PPCV al Congreso. Ninguno está en el Gobierno de Rajoy

PREMIOS DE CONSOLACIÓN EN EL CONGRESO

Los nombres de posibles dirigentes valencianos para el segundo escalón del Gobierno se había disparado. Belén Juste, Gerardo Camps, Rubén Moreno, Manuel Cervera, Mario Flores e incluso responsables del actual Consell, como el titular de Economía, Enrique Verdeguer, habían ocupado páginas en los principales diarios.

Sin embargo, a falta de pocos puestos importantes por cubrir, la llamada de "arriba" no se ha producido. Gerardo Camps ha obtenido la presidencia en el Congreso de la Comisión Mixta de la Unión Europea y Belén Juste y Rubén Moreno, han sido designados como vicepresidentes segundos de la Comisión de Economía y del Pacto de Toledo respectivamente. En cuanto a Cervera debe conformarse con el premio de consolación de la portavocía en la Comisión de Sanidad y Flores con la portavocía adjunta en Energía.

Poco premio para el ya afamado ‘granero' de votos que representan los ‘populares' valencianos para el ahora presidente del Gobierno. El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijoó, tal vez dio una pista cuando la pasada semana afirmó: "Galicia no puede encontrarse en la situación financiera de otras comunidades, como Cataluña o Valencia".

Ya sea por la gestión de los últimos años del Consell o por los problemas que ha representado el PPCV -principalmente por los escándalos de corrupción- para la dirección nacional del partido, la realidad es que el peso de los votos no ha sido un argumento suficiente para los ‘populares' valencianos a la hora de ostentar responsabilidades en el Gobierno de España. Mariano Rajoy se ha embolsado los votos pero no ha depositado su confianza en el poder valenciano para sacar al país de la crisis económica en la que se haya sumido.

 

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2 comentarios

gabriel escribió
12/01/2012 23:45

Pues me parece muy bien, con la que esta cayendo los dirigentes politicos aparte de ser honrados deben parecerlo tambien, cosa que no parece ser que ocurra, como ha dicho Carmen Madrid ha gestionado bien y adelante. Hay que ponerse las pilas ya y los corruptos a la carcel.

Carmen escribió
12/01/2012 18:23

Es lógico. La Comunidad Valenciana que se creía muy bien gestionada, ha tenido que ser "rescatada". De la Comunidad de Madrid se han llevado al gobierno casi 15 cargos.

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