VALENCIA. "Para gobernar con comodidad es importante que las aguas del partido bajen tranquilas", estas palabras, pronunciadas por un cargo del PP de Valencia, resumen la delicada tarea que todavía tiene por delante el presidente de la Generalitat y líder de los ‘populares' valencianos, Alberto Fabra.
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, uno de los referentes nacionales del PP, ya señaló el lunes que sentía "dolor" por "los enredos del PP", aunque no concretó hacia quien iban dirigidas sus quejas. Un lamento, no obstante, muy llamativo cuando proviene de un activo fundamental de los ‘populares' valencianos, quien ya dio un paso al frente meses atrás para reivindicar el papel del PPCV en Madrid.
Con la salida de Francisco Camps, se han abierto nuevos tiempos en la formación ‘popular'. El próximo congreso regional que tendrá lugar en abril debe reflejar el equilibrio del partido pretendido por Fabra. Dos ‘pesos pesados' como la propia Rita Barberá y el presidente provincial, Alfonso Rus, han acercado posturas sobre la importancia de que el secretario general del partido sea de la provincia de Valencia. Una manera de que exista equilibrio territorial ante una presidencia del partido y la Generalitat de Castellón (Alberto Fabra) y una vicepresidencia del Consell alicantina (José Císcar).
Barberá y Rus, quienes han tenido rifirrafes en el pasado, han tendido puentes en las últimas semanas. Como prueba de ello, su encuentro para acudir juntos a visitar al expresidente Francisco Camps en la sede del TSJCV, donde está teniendo lugar el juicio de los trajes. Un hecho que, a título individual, no habría gozado de la importancia que tuvo al abordarse por ambos dirigentes y también por la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo.
En cuanto a los nombres elegidos, nadie duda del interés de Barberá en elevar a Jorge Bellver, concejal y secretario general del PP en Valencia capital, que ha sido señalado en numerosas ocasiones como el potencial sucesor de la alcaldesa. Por otro lado, Rus tiene intención de impulsar al alcalde de Vilamarxant y secretario general provincial, Vicente Betoret, un dirigente con amplia experiencia y con buena popularidad entre las bases.
Según las fuentes 'populares' consultadas, Betoret tiene el beneplácito de Rita Barberá como nombre de consenso para la secretaría general, aunque Jorge Bellver debería aparecer a cambio en la ejecutiva provincial de Rus como número dos tras el congreso provincial que se celebrará antes de verano.
No obstante, la posición de Alberto Fabra está todavía en el aire. Diversas fuentes del partido señalan que José Císcar, actual vicepresidente del Consell, es la opción que acaricia el líder del PPCV como secretario general ya que resulta indiscutible que el dirigente alicantino se ha convertido en un referente de plena confianza para el líder del PPCV. Sin embargo, Fabra sopesa también la cuestión de equilibrio territorial entre los factores para tomar una decisión.
Según fuentes del partido, Fabra no descarta la continuidad del actual secretario general, Antonio Clemente, quien ocupa cuota de Valencia y, además, se encuentra alejado de la órbita de Rus y Barberá. El número dos del partido, quien ha sonado como Delegado del Gobierno y también como conseller, se ha quedado finalmente sin salida premiada. Aunque algunos señalan que el último cartucho es la presidencia de Les Corts si Juan Cotino es llamado para algún puesto fuera de la Comunitat, de no producirse este hecho las opciones de continuidad de Clemente se incrementarían, dado que, según fuentes del partido, su relación con Fabra es "personalmente muy buena". Además, cuenta a su favor con una gestión orgánica sin estridencias y unos resultados electorales y de campaña que le avalan. En su 'debe'; la imagen de inmovilismo que ofrecería mantener al que fuera impuesto por Francisco Camps como relevo de Ricardo Costa y la escasez de tropa que arrastra el dirigente valenciano.
LA TENSIÓN CRECE EN EL PPCV
El ambiente en el PP valenciano se ha enrarecido en las últimas semanas. Más allá de los "enredos" citados el lunes por Rita Barberá, algunos desencuentros entre la alcaldesa y el presidente han deteriorado la relación existente entre ambos. La comisión de investigación abierta en Les Corts sobre Emarsa a petición de Alberto Fabra sorprendió -y desagradó- en el ayuntamiento. Otra situación que no gustó a Rita Barberá, según apunta un cargo del consistorio, fue la gestión respecto al relevo de José Luis Olivas en la vicepresidencia de Bankia.
Las fuentes consultadas señalan que la alcaldesa se ofreció a Alberto Fabra para mediar con Rodrigo Rato y asegurar que el sustituto fuera valenciano. Sin embargo, el nombre de Francisco Pons surgió en pleno proceso de tanteo iniciado por Rita Barberá, algo que descolocó y molestó a la alcaldesa. Pocos días después, se produjo la visita a Francisco Camps en el juzgado junto a Alfonso Rus y Sonia Castedo.
Sin duda, un distanciamiento al que también están contribuyendo la ruptura del Consell de Fabra con políticas de su antecesor en el cargo. El último ejemplo, el anuncio público de revisión de los grandes eventos y, en especial, de la Fórmula 1, un acontecimiento que Barberá puso mucho empeño en impulsar.
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