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VALENCIA (LIDIA MASERES). Existen elementos diferenciadores entre la forma de gestionar de las mujeres y de los hombres, según la Organización de Mujeres Empresarias y Gerencia Activa (Omega) y la Fundación Sociedad y Tecnología de Banesto, que realizaron el estudio Impacto de la actividad empresarial femenina en la economía española,

Según el perfil que describe este estudio, el carácter de las mujeres empresarias y directivas es más prudente, menos arriesgado y su crecimiento es más sólido y lento que el de los empresarios. Lo que a simple vista puede parecer algo positivo, Omega lo considera una "desventaja competitiva".

"Cabe destacar en las empresarias autónomas su mayor empatía con los equipos humanos con los que trabaja, suele ser más conciliadora que los empresarios varones ante los conflictos laborales", destaca el estudio. Asimismo, y en cuanto a la paridad de sexos, el 67% de las mujeres entrevistadas cree que conseguirán, en los próximos años, la misma presencia que el hombre en todos los sectores económicos.

En relación a las empresas que dirigen, éstas se caracterizar por tener una antigüedad media de 14 años y la mitad de ellas se dedican al sector "resto de servicios", seguido del comercio. Ambas actividades suponen el 83% del empresariado femenino en España.

PERFIL DE UNA MUJER CON CAPACIDAD DE DECISIÓN EMPRESARIAL

La edad media de las empresarias es de 45 años, y la gran mayoría tienen estudios superiores. El 44% de las mujeres es universitario, mientras que el 14% tiene niveles de estudio más bajos. Sólo el 1% no tiene ningún título.

La situación familiar y la carga de tareas de las empresarias es muy similar a las que aquellas que no dirigen una compañía. El 66% están casadas, el 15% solteras y el 7% divorcidas. En cuanto a la gestión dentro de sus hogares, el 69% de las mujeres aportan entre el 50% y el 100% de los ingresos totales de sus casas, lo que significa que la mayoría, con su negocio, sustenta a la familia.

Los motivos por los cuales decidieron embarcarse en la aventura de montar una empresa son, por una parte, la necesidad de generar un puesto de trabajo compatible con su vida laboral y familiar. Por otra, el 70% de las encuestadas, por "el deseo del logro personal y para auto realizarse".

Otras motivaciones que desprende el estudio y que tuvieron que ver con la decisión que tomaron para crear sus empresas fueron el hacer uso de sus conocimientos y capacidades (un 67%) o la visión de una oportunidad de negocio (66%). También es importante destacar que siete de cada diez mujeres crearon su negocio desde cero. El resto lo heredaron o lo adquirieron a través de una compra.

El principal obstáculo con que se encontraron las mujeres fueron las cargas fiscales e impuestos en el momento de creación de la empresa. Para la mitad de ella, esta barrera ha sido la más conflictiva. En cuanto a la financiación, sólo un 30% aseguró que les fue difícil acceder a ella. Además, cuánto más joven, más problemas tuvieron para obtener créditos y más aversión mostraron al riesgo.

La falta de experiencia en el mundo empresarial también supuso un handicap para las emprendedoras, ya que el 65% no tenían experiencia previa en este ámbito.

LO QUE OPINAN

¿Qué aportan ellas a la economía? La primera respuesta a destacar de las empresarias es que consideran que son generadoras de riqueza, y por lo tanto, son las que mueven la economía del país. Asimismo, afirmas que son las que crean puestos de trabajo y que aportan "determinados valores a la sociedad tales como la calidad en el trabajo, servicio al cliente y confianza".

"Las mujeres empresarias están de acuerdo con que las claves de su éxito se debe al capital humano, a su perseverancia, motivación y formación", apunta el informe de Omega.