VALENCIA. El año que está a punto de empezar abrirá una nueva etapa en las obras sociales de las cajas de ahorros españolas. La reestructuración de sistema financiero modificará de forma sensible la manera en que las cajas financiaban la actividad de sus fundaciones. En la Comunitat Valenciana las tres cajas de ahorros viven tres situaciones distintas.
La más sencilla, la de Caixa Ontinyent, la única de las tres que ha resistido en solitario y que podrá mantener el proceso más sencillo, el de dotar una parte de su beneficio a las actividades que desarrolla fundamentalmente en su zona de influencia. La que más complicado lo tiene, la Obra Social de CAM, cuyo futuro está complemente en el aire. Mientras, Bancaja tendrá que esperar al reparto de dividendos desde BFA y Bankia para elaborar el presupuesto para su fundación.
OPTIMISMO EN FUNDACIÓN BANCAJA
El patronato de la Fundación Bancaja se reunió la semana pasada ya con miras al próximo año. Aunque se hicieron algunas estimaciones de cuál puede ser el presupuesto para el próximo ejercicio, no dejan de ser, quizá más que nunca, esbozos. La cantidad de fondos que se puedan destinar al presupuesto de la fundación para que pueda desarrollar su actividad dependerá de los resultados de Bankia y de Banco Financiero y de Ahorros, donde tiene transferido su negocio financiero.
Dependiendo de los beneficios, Bankia repartirá dividendos entre sus socios, en este caso BFA. Y será de este banco desde el que se repartan los beneficios entre sus socios.
Aunque resulta previsible que el presupuesto se rebaje respecto a los 36,4 millones de euros de este ejercicio, las fuentes consultadas por ValenciaPlaza.com apuntan a que no será un recorte dramático y que permitirá a la Fundación Bancaja mantener su actividad de una manera adecuada a los tiempos.
Aunque las fundaciones y obra social de las siete cajas de ahorros que forman BFA-Bankia están al margen de la fusión y se han quedado en las cajas de ahorros, lo cierto es que para el banco que preside Rodrigo Rato se han convertido en un elemento interesante de cara a ofrecer a cara 'social' de Bankia. Según fuentes del banco, "aunque funcionarán de forma independiente, Bankia potenciará la difusión de su actividad como parte de su responsabilidad social, con el mensaje de 'sí, somos un banco, pero mantenemos el espíritu comprometido de las cajas'"
IMPOTENCIA EN CAM
En Alicante, sin embargo, la situación es muy distinta. El futuro de la Obra Social CAM es una incógnita. Lo que está claro es que la Caja de Ahorros del Mediterráneo, de quien dependía de forma directa, sin un órgano similar al de Bancaja, no podrá financiar sus actividades.
CAM no tendrá ninguna participación en Banco CAM y, por tanto, no recibirá dividendos en caso de que el Sabadell logre remontar las cuentas del banco. La Caja de Ahorros está condenada a disolverse, convirtiéndose en una fundación, tal y como señaló el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (CAM), que aún gestiona la entidad tras la intervención del Banco de España.
Con la caja con valor cero y sin posibles vías de ingreso, las soluciones se antojan complicadas. En este año contó con un presupuesto de 38 millones de euros. Pero para del año que viene no hay noticias. En ningún momento del proceso se ha estudiado por parte de los administradores del Banco de España el futuro de la Obra Social. Banco Sabadell, por su parte, podría asumir parte de la financiación de esas actividades a través de su fundación, aunque esto es una mera hipotesis en este momento
En los programas sociales de CAM trabajan unos 80 empleados.
CAIXA ONTINYENT CON UN PRESUPUESTO MUY LIMITADO
El caso de Caixa Ontinyent es muy distinto. Aunque su tamaño -es la segunda caja más pequeña de España, sólo por delante de Pollença- hace que su inversión en obra social esté lejos de las magnitudes de las otras dos entidades valencianas, la repercusión que tiene su actividad especialmente en las localidades de la comarca de La Vall d'Albaida es muy relevante. Curiosamente, la caja que preside Rafael Soriano, hace gala de un criterio de inversión de sus fondos sociales muy particular: cada localidad recibe la parte proporcional del presupuesto equivalente a los beneficios que genera.
Sin embargo, el margen de actividad de la obra social de Caixa Ontinyent es cada vez más reducido. En los tres últimos ejercicios la dotación se ha ido rebajando de forma drástica. En 2009 fue de 2,3 millones, en 2010 se redujo a 1,5 millones y para el presente ejercicio la cifra ha caído a 0,9 millones.
Dado que según las últimas cuentas de resultados de Caixa Ontinyent reflejan hasta octubre un beneficio neto se cifra en 2,3 millones de euros, un 26,98% menos que el mismo período del 2010, cabe suponer que este año también se reducirá el presupuesto.
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