VALENCIA. Las probabilidades de que el bipartidismo se instalara en Les Corts Valencianes eran altas a comienzos de 2011. Tras la ruptura de Compromís al inicio de la legislatura y los pobres resultados de sus integrantes en las elecciones generales de 2008, pocos soñaban con una recuperación de las formaciones minoritarias.
Sin embargo, la desconfianza -alimentada por la crisis económica- en los grandes partidos se instaló en el electorado en los últimos dos años. Movimientos como el 15M, surgidos en plena campaña electoral, son una prueba del descontento generalizado con la clase política. En especial, con los que mandaban o han mandado.
En la Comunitat, las formaciones más modestas no se quedaron de brazos cruzados. Compromís, esta vez sin Esquerra Unida, pero con el Bloc, Iniciativa y Els Verds más concienciados que nunca de que se la jugaban, abordó una campaña inteligente y mediática de cara a las elecciones locales y autonómicas. Sus importantes esfuerzos online les permitieron que la potencia de su mensaje como alternativa se amplificara y el resultado fue todo un éxito: seis escaños en Les Corts, superando con holgura el corte de la barrera electoral. Además, entrada en el Ayuntamiento de Valencia con dos concejales; otra agradable sorpresa para la formación.
Esquerra Unida tampoco se quedó atrás. Con una marca más emblemática, abordó una campaña sobria pero sólida que le permitió asaltar el listón electoral y lograr cinco escaños en Les Corts, con el premio añadido de regresar al consistorio de la capital con Amadeu Sanchis como concejal.
Ambos hitos de estos partidos, se cobraron como gran víctima al PSPV, cuya representación cayó notablemente tras cosechar un porcentaje de votos inferior al 30%, un mínimo histórico para el socialismo valenciano.
En cuanto a UPyD, quedó lejos de entrar en Les Corts, pero lanzó un aviso de cara a próximas citas electorales al conseguir 60.000 votos en la Comunitat Valenciana.
En el PPCV, se vivieron sensaciones encontradas con el nuevo mapa de Les Corts Valencianes. Sus buenos resultados y la entrada de los partidos minoritarios sumían al eterno rival, el PSPV, en una crisis laberíntica de la que sigue sin poder salir, una situación positiva. Pero, por otro lado, la continuidad y fortalecimiento de Compromís y EUPV en el hemiciclo les asegura una labor de oposición más hacendosa y molesta además de, pensando a largo plazo, una consolidación de posibles aliados del socialismo.
ELECCIONES GENERALES: LA CONFIRMACIÓN
La dificultad de mantener el listón de cara a las elecciones generales era evidente para los pequeños partidos. El adelantamiento electoral era un arma de doble filo. Por un lado, el beneficio del impulso reciente de las autonómicas y locales y, por otro, la dificultad de movilizar a una militancia inferior a la de PPCV o PSPV en unos comicios nacionales.
Sin embargo, el objetivo se consiguió de nuevo. Esquerra Unida lo logró de forma más holgada, situando en el Congreso de los Diputados a Ricardo Sixto como parlamentario. Compromís, aliado con la formación ecologista Equo, consiguió la entrada de Joan Baldoví en la cámara baja aunque denotando un descenso sensible respecto a los comicios autonómicos. No obstante, la ventaja de Baldoví en el Congreso es que representa a la única formación de corte netamente valenciano y, además, es el único parlamentario del que disponen los ecologistas de Equo, algo que, utilizado con inteligencia puede ofrecerle mayor protagonismo.
La gran sorpresa fue UPyD. Con Toni Cantó de número uno por Valencia, el partido que lidera Rosa Díez demostró cuanto puede influir un candidato mediático y comprometido en un proyecto. El actor consiguió su acta y contribuyó a que UPyD pudiera conformar grupo parlamentario en el Congreso. La irrupción de este partido en el escenario valenciano supone un contratiempo para el PPCV, dado que las otras formaciones minoritarias que han conseguido representación suelen limar votos al PSPV, mientras que UPyD amenaza de forma directa también al electorado de los ‘populares' valencianos.
Estas entradas han reactivado, sin duda, un panorama político en la Comunitat que parecía abocado a un bipartidismo gris en el que el PPCV se hubiera garantizado, probablemente, más de una legislatura con cómodas mayorías.
Es una llastima que comprmis i esquerra unida no formen coalicio electoral. Si ho feren si que sería una alernativa real.
compromis tiene claro para quien tiene que trabajar, y por lo menos dan señales de honrradez y trabajo.
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