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VALENCIA. La Navidad visita al PPCV bajo un clima enrarecido. El expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, pasará estas fechsa inmerso en pleno proceso judicial de los trajes y referentes del partido como la alcaldesa Rita Barberá y el presidente provincial, Alfonso Rus, han dejado entrever cierto distanciamiento con el jefe del Consell, Alberto Fabra.

Esta semana se ha producido la primera visita hasta ahora de Barberá y Rus a Francisco Camps en la sede del TSJCV. Mucho se había hablado y escrito de la poca presencia de 'pesos pesados' en el trance judicial del que fuera presidente durante ocho años. Ningún miembro del Consell actual se ha acercado hasta ahora al juicio, pese a que todos fueron designados por Camps. En cambio, la alcaldesa Rita Barberá, junto a Rus y también la primera edil de Alicante, Sonia Castedo, acudieron juntos a las dependencias judiciales el miércoles y se quedaron a comer con Camps.

El momento elegido y las razones son varias. Diversas fuentes del partido han señalado que no ha agradado la puesta en marcha de una comisión de investigación sobre el caso Emarsa en Les Corts y el tratamiento que se ha dado del asunto desde Presidencia, algo que afecta a Barberá y a Rus.

Además, varios colaboradores municipales apuntan a un conjunto de razones por las que la alcaldesa decidió quedar con Rus y Castedo para enviar un 'recado' a Presdencia: entre ellas, el que la opinión de la responsable municipal no haya sido tenida en cuenta en el proceso abierto tras la dimisión de José Luis Olivas de la vicepresidencia de Bankia y la búsqueda de su sustituto.

A la alcaldesa, según apuntan fuentes municipales, tampoco le ha agradado la tendencia adoptada por Fabra de alejarse de la herencia política de Camps en divesas decisiones. En suma, varios desencuentros que, poco a poco, han generado cierto malestar que desembocó, además del obvio interés personal, en la visita a Francisco Camps y en la manera de realizarla.

En cuanto a Rus, fue señalado meses atrás como el primer descontento por la manera en que se designó a Fabra como sucesor de Camps. Posteriormente, mantuvo un pulso prolongado en la confección de listas con el líder del PPCV que no pudo ganar. Esos rifirrafes parecen ya olvidados, aunque resurgirán si se complica la reelección del presidente provincial en el próximo congreso de la formación.

Rita Barberá y Alfonso Rus son, a día de hoy, los dos dirigentes con mayor fuerza en el PPCV. Fabra, por otro lado, cuenta con el respaldo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aunque no dispone de una tropa suficiente para imponer su autoridad de forma constante si surgen tensiones ante barones de este calibre. Así, aunque las fuentes consultadas descartan un conflicto a gran escala, sí apuntan a que estos ‘pesos pesados' pueden maniobrar a conveniencia para mantener su posición de fuerza y evitar que Fabra se erija en un líder todopoderoso que actúe con total libertad.

La situación de Fabra, según señalan fuentes del partido, habría mejorado si Rajoy le hubiera realizado algún guiño en las designaciones ministeriales o en alguno de los primeros nombramientos en el segundo escalón, cosa que no ha ocurrido. Pese a que nadie en el PPCV duda de la solidez del presidente de la Generalitat, la exhibición de galones pública de ambos dirigentes no ha pasado desapercibida en el partido, donde muchos han visto la intención de recordarle a Fabra que debe contar con ellos.