VALENCIA. El problema no está en los sueldos. Esta es la reacción de expertos y sindicatos a la propuesta del presidente de la CEOE, Joan Rosell, de crear la figura de los 'miniempleos': un contrato de unas quince horas de trabajo por 400 euros al mes, como los que existen en Alemania.
El líder patronal considera que su aplicación podría generar más 150 nuevas cotizaciones e insiste en que en Alemania hay menos paro gracias a este tipo de contratos a tiempo parcial, que representan el 24% del total, frente al 12% de España.
De hecho, la idea viene avalada por el Banco Central Europeo, que propuso a España la creación de minijobs, contratos con sueldos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional (641,4 euros mensuales). Además, Rosell reforza su propuesta con un paquete de encuestas que manifiesta un apoyo ciudadano a esta modalidad contractual.
ENFRENTAR LA REALIDAD
"Esta propuesta ni es nueva, ni enfrenta el verdadero problema del mercado laboral español", destaca Josep Banyuls, profesor de Política Económica del Departamento de Economía Aplicada de la Universitat de València y uno de los expertos más reconocidos en relaciones laborales. El problema no está en los costes, sino en la demanda de mano de obra.
Las empresas disponen ya de contratos de aprendizaje o de inserción laboral, pero no los utilizan porque no tienen una demanda de productos o servicios que les hagan necesitar nueva mano de obra. Por otra parte, tanto los recortes como los incrementos que se aplican a los salarios más bajos apenas tienen una incidencia significativa en los costes laborales, advierte el profesor de Banyuls, remitiéndose a estudios realizados recientemente.
"En este caso, se trata de una propuesta para saltarse el salario mínimo", asegura Bunyols, que también apunta como en Alemania los 'miniempleos' están muy regulados y ofrecen una contrapartida al trabajador: incluyen un compromiso de continuidad de la relación laboral con la empresa
Las medidas que se planteen tienen que tener más perspectiva y acometer problemas estructurales. "Vivimos un tiempo en el que se cerrado el mercado laboral y se ha producido un colapso económico del sector público, que es el que había generado empleo en los últimos años", destaca Banyuls.
ASUMIR ERRORES DEL CRECIMIENTO
Para recuperar ese impulso, desde los sindicatos se apunta que sería más acertada una reforma fiscal que dote al Estado de medios más eficientes de recaudación, como apunta Jaume Mayor, secretario de Acción Sindical y Relaciones Laborales de CC.OO.
Por su parte, el profesor Banyuls señala que el mercado laboral español está pagando los errores en los que se incurrió cuando se generaban nuevos puestos de trabajo. "En España, el empleo no ha sido integrador. Esto quiere decir que antes de la crisis, los trabajadores jóvenes se incorporaban al mercado rápidamente, pero en unas condiciones de sueldos bajos y alta temporalidad que retrasaban su estabilización laboral y social".
De este modo, veían afectada su capacidad de consumo, se obligaban a altos compromisos crediticios y no han contado ahora con un "colchón" que haya amortiguado su caída.
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