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ANÁLISIS DE UN ACUERDO HISTÓRICO

La Unión Europea logra un pacto imperfecto pero prometedor para una Europa disciplinada

CÉLINE AEMISEGGER . 10/12/2011 La UE ha logrado unir a todos sus Estados miembros excepto el euroescéptico Reino Unido en torno a un mismo objetivo: salvar el euro y corregir el pecado original de la unión monetaria, pero, aunque el pacto fiscal sellado supone para unos un "hito", otros creen que el acuerdo flojea en el flanco financiero

BRUSELAS  (EFECOM/Céline Aemisegger). Las bolsas europeas reaccionaron ayer con subidas moderadas al acuerdo alcanzado en la madrugada entre los 17 países de la eurozona, a los que se sumarán probablemente otros nueve Estados que no comparten la moneda común: Bulgaria, Dinamarca, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa y Suecia; todos salvo Reino Unido, que finalmente vetó la reforma del Tratado y quedó aislado.

Y eso que Londres es perfectamente consciente de que le interesa tener una eurozona estable, porque, como se ha visto a lo largo de los dos años de crisis de deuda, el terremoto inicial se ha convertido en sistémico y afecta a toda la economía europea.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, dijo que no es bueno que Londres se quede al margen, pero tampoco es bueno para los británicos, ya que "si quieren jugar un papel central en Europa, tienen que ser parte de todas las políticas comunes".

Pese a este revés, originado por las salvaguardas exigidas por el primer ministro británico, David Cameron, para proteger los intereses de la plaza financiera londinense, en términos prácticos y de "sustancia" confeccionar un tratado intergubernamental genera el mismo resultado para el euro que una reforma del Tratado, aseguró la canciller alemana, Angela Merkel.

Es una verdad a medias, porque al tratarse de un tratado internacional, legalmente es más complicado otorgar a la Comisión Europea y al Tribunal de Justicia de la UE el papel de supervisor y sancionador, por lo que el pacto tiene un punto débil.

La ventaja es que el proceso de redacción y aprobación del tratado es más rápido: el objetivo es tenerlo listo en marzo. La intención es que esta cooperación reforzada se incorpore en algún momento en el Tratado de la UE, como se hizo con Schengen.

Darle a la parte de cumplimiento del pacto la máxima fuerza legal es imprescindible, porque los mandatarios de la eurozona saben que no pueden volver a violar otras 60 veces el Pacto de Estabilidad y Crecimiento sin que el incumplimiento por déficit excesivo tenga consecuencias para los países pecadores.

Esta pérdida de confianza ha contribuido a los problemas que vive hoy el euro y al haberse sumado los errores durante años, ahora no se puede esperar que los 17 países miembros recuperen la credibilidad de la noche a la mañana.

"No se logra con un solo Consejo, pero estamos creando paso a paso una nueva base para la confianza, para el euro y para nuestra unión", afirmó Merkel, quien calificó el pacto fiscal de "hito" o punto de inflexión porque permite avanzar en una "unión de estabilidad".

En el vigésimo aniversario de la adopción del Tratado de Maastricht, la UE se ha dado finalmente cuenta de que la unión económica y monetaria se tiene que apoyar en un fundamento "más estable", de manera que con el nuevo pacto y los avances en la unión política, se eliminen las debilidades persistentes desde la introducción de la moneda común. Reino Unido ya se desvinculó entonces de ese proceso de integración.

La eurozona también ha corregido otro error que cometió hace solo un año en la ciudad francesa de Deauville, cuando Merkel convenció a Nicolas Sarkozy de la necesidad de que la banca privada participe en potenciales reestructuraciones de deuda, como ha ocurrido en el caso de Grecia.

La canciller admitió hoy que, si bien el planteamiento es justo, "ha contribuido a la incertidumbre" sobre la deuda soberana, considerada hasta la debacle griega un activo de inversión seguro. Ahora la eurozona se ajustará en su mecanismo permanente de rescate a las normas del FMI.

Precisamente, los líderes han acordado aumentar con préstamos bilaterales por 200.000 millones de euros los recursos del FMI para que pueda ayudar mejor a los países europeos con problemas.

También han decidido adelantar un año la entrada en vigor del fondo de rescate permanente y dejar que actúe hasta mediados de 2013 en paralelo al temporal, combinando así su capacidad e intervención.

No han aumentado sin embargo la dotación del cortafuegos permanente por encima de los 500.000 millones de euros, aunque se han comprometido a revisar este aspecto en marzo.

Lo que más ha decepcionado es que los mandatarios no lograran convencer a Merkel para que ceda en uno de los puntos más importantes para los mercados: conceder una licencia bancaria al fondo permanente para que tuviera acceso a los recursos del BCE.

Tampoco han prosperado los eurobonos, que permitirían reducir el coste de financiación de los Estados y estabilizar la deuda europea.

Así, la eurozona ha logrado avanzar en la disciplina fiscal y en la construcción de un nuevo futuro en el que cada país mantenga su casa en orden, pero no ha conseguido crear el "bazuca financiero", un verdadero cortafuegos contra la crisis.

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