VALENCIA. La Generalitat Valenciana ha iniciado una ‘demolición' del que ha sido durante años el eje central de su política, los grandes eventos. El coste económico de proyectos como Terra Mítica, la Ciudad de la Luz, la Ciudad de las Artes y las Ciencias o el Gran Premio de Fórmula 1, lastrados por enormes pérdidas anuales y con necesidades constantes de inyecciones de capital para evitar entrar en causa de disolución, se han convertido en una losa imposible de soportar para unas arcas públicas esquilmadas.
El primer paso para evitar tener que seguir aportando fondos a las sociedades públicas que soportan estos proyectos lo dio este viernes el Consell con el anuncio de su intención de ir abandonando la gestión y a ser posible la propiedad de algunos de sus proyectos hasta hace unos meses emblemáticos.
El primer caso materializado es el de Terra Mítica. La consellera portavoz, Lola Johnson, anunció ayer que se ha cerrado la venta del parque temático a la empresa Aqualandia España, sociedad que gestiona el recinto desde hace un año y que tenía una opción de compra. Según Johnson, Aqualandia, propietaria de dos parques acuáticos en la misma localidad, se queda con Terra Mítica "por 65 millones de euros".
La consellera no dio más detalles sobre una operación que debe contener muchos flecos. El primero es que la Generalitat no era la propietaria del 100% de Terra Mítica, Parque Temático de Benidorm SA. En el accionariado también estaban Bancaja, CAM y otros partícipes minoritarios, que capitalizaron parte de su deuda tras la suspensión de pagos de 2004.
El segundo es que Terra Mítica adeuda a Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV), la empresa pública que tiene las acciones, un total de 49,9 millones de euros, acumulados por los diversos préstamos que ha venido haciendo la Generalitat al parque para poder seguir abierto. Un pasivo que tenía como vencimiento este mismo año.
Johnson se limitó a asegurar que la operación "acabará con la deuda histórica" de Terra Mítica. Aunque no dio más detalles, la opción que se baraja es que la Generalitat acabe capitalizando esos préstamos, lo que le daría prácticamente el 100% del capital, y entregar así el parque a Aqualandia.
No es previsible que las arcas públicas ingresen dinero por la operación. "Dejará de ser necesario seguir aportando capital", dijo la consellera portavoz. La inversión realizada en la construcción de Terra Mítica superó los 260 millones de euros, al margen de que los acreedores, entre ellos la Generalitat y las dos cajas valencianas, tuvieron que perdonarle parte de su deuda cuando suspendió pagos. Pese a ello, el parque sigue sin ganar dinero. Según los datos de SPTCV, el año pasado perdió 13 millones de euros.
POLÉMICA OPERACIÓN DE COMPRA DE VALMOR SPORTS
La segunda operación que anunció este viernes Johnson fue la compra por parte de la Generalitat de Valmor Sports, la sociedad que crearon a instancias del Consell Bancaja, Fernando Roig y Jorge Martínez ‘Aspar' (a quienes se unió Vicente Cotino) para organizar el Gran Premio de Europa de Fórmula 1. Valmor fue la empresa que firmó el contrato con Formula One Group, una de las empresas del magnate Bernie Ecclestone.
Pese a que la Generalitat aseguró que de esta forma la celebración del gran premio no iba a tener coste alguno para las arcas públicas, lo cierto es que pronto se demostró que no era así. Al margen de los más de 100 millones invertidos en la construcción del circuito urbano, la Generalitat tuvo que hacerse cargo del canon de 18 millones de euros el segundo año, ya que Valmor no lo pagó al no encontrar ni patrocinios ni espectadores suficientes para obtener ingresos que lo compensasen.
La Generalitat se hizo cargo de el canon desde entonces y ahora se queda con Valmor y todos sus activos y pasivos. El activo es el derecho a organizar la carrera. El pasivo, el canon anual, las pérdidas acumuladas (10 millones solo en el último ejercicio que se conoce) y las deudas. La empresa que ha dirigido Aspar todos estos años le adeuda a las arcas públicas 12 millones de euros.
La Generalitat compra el 100% de Valmor "por un precio simbólico", dijo la consellera portavoz. La absorberá Circuito del Motor y Promoción Deportiva (MPD), la sociedad pública que gestiona el trazado de Cheste. La intención, según Johnson, es poder explotar directamente los derechos de la Fórmula 1, aunque en el fondo lo que subyace es un rescate de una empresa de la que se desconoce si los accionistas han llegado a poner algún euro de su bolsillo.
En todo caso, y según se desprende de las palabras de la consellera, la intención de la Generalitat es desprenderse de ese negocio con la "externalización" de la empresa pública CMPD. El objetivo es encontrar a una empresa que se quede la gestión de la empresa, incluido el contrato de la Fórmula 1 y el circuito, instalación que sí puede ser rentable aunque precisa de inversiones para su modernización.
El Consell quiere que el futuro operador pague un canon por el arrendamiento. O al menos que la explotación no cueste más dinero público.
LA CIUDAD DE LA LUZ, TAMBIÉN EN VENTA
Un plan similar tiene el Consell para otro de los pozos sin fondo de dinero público, los estudios de cine Ciudad de la Luz de Alicante. Aunque ya se había anunciado que estaban en venta, la Generalitat apuesta por acelerar el proceso de salida de unas instalaciones en las que se han invertido, según las previsiones, más de 300 millones de euros.
"La intención es venderla o alquilarla con opción de venta", dijo Johnson, que señaló que en caso de optarse por la segunda opción "quien se quede la gestión pagará un canon a la Generalitat, no como ocurría con Aguamarga [la empresa que gestionó el recinto hasta hace unos meses y que recibía una compensación por ello]".
Ciudad de la Luz también tiene pérdidas elevadas y un fuerte endeudamiento, especialmente con SPTCV, que acumula créditos por más de 140 millones de euros, préstamos que se han ido renovando y ampliando a medida que llegaba la fecha de vencimiento. La capitalización de esta deuda por parte de la Generalitat se antoja imprescindible para que algún operador se interese por el complejo.
Estas tres decisiones sobre tres proyectos emblematicos, a las que se une una poco concreta voluntad de vender cuanto antes los solares en los que se proyectaron los polémicos tres rascacielos diseñados por Santiago Calatrava en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, son el primer movimiento firme de poner cierto orden al sector público empresarial. Aunque el impacto directo en los presupuestos de la Generalitat es escaso -unos 12 millones de euros anuales, según Johnson- la clave no está tanto en las pérdidas que generan si no en las abultadas inyecciones de capital y préstamos que tiene que realizar el Consell en ellas. Aunque todos los anuncios tienen aún que concretarse, parece evidente que el Consell ha decidido que la era de los grandes eventos ha llegado a su fin.
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