VALENCIA. De Francisco Pons, futuro vicepresidente de Bankia, dijo Vicente Boluda que es un "empresario honrado". Pero para acceder al puesto para el que se le ha propuesto se tuvieron en cuenta otras características de este valenciano de Beniparrell vinculado durante buena parte de su vida al cooperativismo y ahora centrado en su negocio familiar.
Se destacó su perfil dialogante y conciliador y, especialmente, estar al frente de una empresa que no tiene una dependencia de la entidad financiera. Es decir, que no el peso de préstamos que lastren su capacidad de decisión en el seno del banco participado por Bancaja y Caja Madrid. Una cualidad que, en el momento actual, con las empresas muy apalancadas y con procesos de renegociación de sus pasivos abiertos, no es tan fácil de encontrar como podría parecer.
Lo cierto es que el negocio de Francisco Pons presenta unas cuentas envidiables en los tiempos que corren. Según las cuentas del último ejercicio cerrado, el correspondiente a 2010 depositado en el Registro Mercantil hace unos días, Sociedad Gestora de Negocios e Inversiones (Sogeni), la cabecera del grupo familiar, obtuvo un resultado neto consolidado atribuido a la sociedad dominante de 7,25 millones de euros (6,55 millones en el consolidado), tras facturar 226,23 millones, un 20% más que el año anterior.
Sogeni, participada por Pons su mujer, sus hijos y sus sobrinos, es la propietaria del 100% de Importaco, la principal empresa del grupo y principal vía de ingresos. Pero también acumula participaciones mayoritarias en otras 13 compañías, la mayoría vinculadas también a la producción y comercialización de frutos secos y snacks, aunque también destaca el 47,51% de Helados Estiu (participada por Federico Félix) y el 67,52% de Aguas de Cortes, la embotelladora de agua minera de Cortes de Arenoso. En total, el grupo da trabajo a 865 personas, cerca de mil si se incluyen a los de Estiu.
Según las cuentas consolidadas, la mayor parte de los beneficios los aporta Importaco, con su negocio de frutos secos dedicado mayoritariamente a proveer a los supermercados de Mercadona. El año pasado se apuntó 5,74 millones de beneficio, rebajando ligeramente lo ganado el año anterior, descenso atribuido por al compañía a la reducción de márgenes operativos. Helados Estiu ganó 2,3 millones y Agua de Cortes aportó al grupo 0,5 millones. El resto de sociedades, con la excepción de tres, también lograron beneficios.
De las tres que marcaron pérdidas, solo una cosechó números rojos significativos, Frutos Secos Castellón, sociedad en la que Sogeni ha incrementado su participación recientemente y que está inmersa en un proceso de reestructuración. El año pasado aportó pérdidas por 1,33 millones al grupo.
Las ventas se concentran en más del 90% en España, fundamentalmente en Mercadona. La expansión internacional es aún muy incipiente, aunque la empresa ya ha comprado una sociedad en Polonia, Domat, de la que tiene casi el 70%. Por productos, los frutos secos, desecados y snacks suponen también más del 90% del total de la facturación.
37,28 MILLONES DE DEUDA CON ENTIDADES FINANCIERAS
Respecto al apalancamiento, el grupo registraba a finales de 2010 una deuda con entidades financieras de 37,28 millones de euros, de los que 19,73 millones son a largo plazo (con vencimientos entre 2012 y 2016) y 17 millones a corto. En el informe de gesión, la empresa destaca, en el apartado del riesgo financiero, que "el ratio de endeudamiento del grupo no es elevado y corresponde principalente a las necesidades de circulante que surgen de las propias operaciones comerciales, por lo que este tipo de riesgo no se considera significativo para los estados financieros tomados en su conjunto". Los gastos financieros del grupo, según las cuentas, ascendieron a dos millones de euros.
De hecho, y al tratarse de una compañía que importa buena parte de la materia prima que comercializa, su exposición al tipo de cambio de moneda es mayor, para lo que Importaco, la sociedad que realiza estas operaciones, emplea contratos de cobertura para minimizar el impacto.
Finalmente, el grupo no registra inversiones inmobiliarias destacables, más allá de las propias plantas de producción. Incluso estos inmuebles tampoco soportan hipotecas, con las excepción de la fábrica de helados, que avala un crédito de 1,8 millones. Al margen del negocio puramente vinculado a la alimentación, en el grupo también consolida Sociedad Desarrollo Empresarial y Capital, tenedora de las acciones de una empresa de energías renovables adquirida el año pasado por 150.000 euros, según la memoria.
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