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VALENCIA (VP). Corría el año 2000 cuando Caja Rural de Almería propuso consolidar los balances de todas las cajas rurales españolas en el Banco Cooperativo, lo que hubiera dado lugar al mayor grupo cooperativo nacional. Sin embargo, recibió el no por respuesta. Pero no se amilanó y optó por hacer camino por su cuenta, al margen de la Asociación Española de Cajas Rurales -de la que Ruralcaja era (y es) la punta de lanza- y comenzó a diseñar el proyecto de lo que hoy en día es Grupo Cooperativo Cajamar.
A lo largo de los últimos diez años fue fusionando/absorbiendo a Caja Rural Málaga, Caja Rural del Duero, Caixa Rural de Balears y la requenense CajaCampo, que a su vez había 'arrastrado' a otras cinco rurales de la Comunitat Valenciana más: Casinos, Albalat, Petrer, Turís y Castellón. A finales de 2009, Banco de España autorizaba al Grupo Cooperativo Cajamar (GCC), lo que daba lugar a la primera rural española.
Once años después del germen de GCC, Ruralcaja hacía un llamamiento para formar un gran grupo consolidado, es decir, lo mismo que había propuesto la rural almeriense, y ha tenido la misma respuesta: no.
Ruralcaja, la cabecera del grupo Cajas Rurales del Mediterráneo (CRM), veía como antes de ayer la Asociación Española de Cajas Rurales (AECR) -una agrupación formada por más de 70 entidades de este tipo y de la que no forman parte las del Grupo Cooperativo Cajamar- rechazaba la propuesta, lo que ha dejado sola a la entidad que dirige Juan Antonio Gisbert en busca de una fusión urgente para evitar males mayores, es decir, la intervención del FROB.
Mientras unas (GCC) se anticiparon, otras (CRM) se han quedado rezagadas, por lo que ésta trata de buscas nuevos aliados para ganar tamaño y eficiencia, es decir, economía de escala en toda regla en una coyuntura donde los movimientos de concentración están a la orden del día y quedarse atrás supone un serio revés para los intereses.
NO COMMENT
"CRM entiende que al no haber llegado a buen puerto el SIP promovido por la AECR es necesario buscar, sin más dilaciones, una alternativa eficaz, capaz de dar respuesta a la estructura del sector del cooperativismo de crédito en un entorno económico muy desfavorable". Así de claro se podía leer en el comunicado que este pasado jueves enviaba el grupo valenciano a los medios de comunicación.
Y una de la búsqueda pasa por Almería, pese a que ambas entidades no quieran mojarse. "Seguimos negando la insistencia de conversaciones formales a día de hoy con CRM", manifestaba ayer a este digital un portavoz autorizado de Cajamar. Mientras que desde la otra orilla -Ruralcaja- advertían que "lo que teníamos que decir lo comunicamos ayer (por el jueves) y seguimos trabajando en buscar la mejor alternativa para los intereses de nuestros cooperativistas".
El viejo anhelo de Caja Rural de Almería de construir un proyecto cooperativista único, retomado -y rechazado de momento- por CRM daría lugar a un 'Banesto' del cooperativismo, es decir, a una entidad con unos activos que rondarían los 100.000 millones de euros y que ocuparía un plano destacado en el sistema financiero español.
"¡Ójala todas las cajas rurales nos uniéramos un día porque nos estamos quedando en la periferia del sistema!", apunta un destacado cooperativista valenciano.
Mientras tanto Banco de España, que había optado por no acelerar los procesos de concentración en las rurales por su buena solvencia, no va a tardar a prender la mecha para que se reinicien de verdad estos procesos habida cuenta de la atomización del sector.
EL GIGANTE DEL COOPERATIVISMO ESPAÑOL
De momento en el sector financiero se da por hecho que las dos primeras rurales españolas (Cajamar y Ruralcaja ó GCC y CRM) han mantenido contactos informales para una posible fusión, una circunstancia que desembocaría en el gigante del cooperativismo español y, sin duda, un bocado muy apetecible para todas aquellas rurales que se han quedado al margen de los dos proyectos. Por lo pronto, la fusión de ambos grupos daría lugar a unos 45.000 millones de euros por activos, es decir, la mitad de lo que sería con un único grupo español consolidado.
Sin embargo conviene recordar que Cajamar se marchó del Banco Cooperativo, es decir, dejó de utilizar sus servicios bancarios, su informática y sus seguros, además de que ya fichó a un ex director general de Rural Caja (Juan José Moya) dando muy buenos resultados, mientras que Ruralcaja tiene una dependencia brutal del BCE que no tiene la almeriense. Por tanto más de uno podría entender que son competidoras y no aliados.
Creo que no hay más remedio.
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