VALENCIA. Una treintena de sociedades inmobiliarias se agrupan bajo el paraguas de Valenciana de Inversiones Participadas, SL (VIP), una filial que el Banco de Valencia creó para concentrar sus participaciones en compañías del sector y, al mismo tiempo, concentrar los activos que ha ido recibiendo como dación en pago por parte de las empresas que no le han podido pagar sus préstamos, o las ejecuciones por morosidad.
Un conglomerado de sociedades en las que participan los principales nombres del sector promotor de la Comunitat Valenciana como socios de empresas en las que el Banco de Valencia tiene participaciones que oscilan entre el 20% y el 50% de forma directa o indirecta a través de VIP.
Así consta en el informe anual correspondiente al ejercicio de 2010 que el banco presentó a primeros de este año a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En el detalle de empresas participadas o asociadas aparecen tres decenas de sociedades del sector inmobiliario en las que el Banco de Valencia acompaña en el capital a las principales empresas promotoras valencianas, e incluso con alguno de los miembros del hasta el lunes consejo de administración de la entidad.
Es el caso de Silvestre Segarra, empresario que, a través de su patrimonial Sorman participa en Lareldon, en la que el Banco de Valencia tiene el 25%, según el Registro Mercantil.
La familia Quesada -a través de su constructora Pavasal, que preside el exconsejero José Luis Quesada- también tiene una sociedad con el banco, Parque Industrial del Pla, al margen de que indirectamente participa en Gesfesa, la empresa de la familia de Rafael Ferrando, que también es socia de la entidad financiera en Nou Biourbanisme, en la que también consta como socio Inmobiliaria Guadalmedina, propiedad de Enrique Ballester.
También la familia Michavila, accionista y con puesto en el consejo hasta la reciente sustitución por los administradores del Banco de España, tienen negocios vinculados con la entidad. El Banco de Valencia tiene el 33% de EITWO Internacional Investments, inmobiliaria con sede en Valencia participada por Torrecid, la empresa de los Michavila.
No son los únicos nombres ilustres del ladrillo valenciano que comparten empresas con el banco ahora intervenido por el Banco de Valencia. Felipe Almenar, a través de su constructora Cyes, es socio de Foiblebusiness. Salvador Vila, por su parte, acompaña al banco en al menos dos empresas promotoras, Peñíscola Green, y Nou Litoral. En esta última también está en el accionariado Bautista Soler y, de forma indirecta, como en muchos otros casos a través de empresas filiales, José Soler, mediante una participada de Coresol.
La familia de Bautista Soler, a través de Planea Gestión del Suelo, controlada directamente por su hija María Victoria Soler Luján y por Vicente Fons Carrión, también participa de este conglomerado con dos sociedades mixtas: Ensanche Urbano y Kalité Desarrollo. Esta rama familiar de los Soler era la que controlaban los cine de la Gran Vía de Madrid, a través de Emvi y Exhibidores Unidos. El Lope de Vega y Coliseum, dos de los teatros de la clásica arteria madrileña se vendieron a la Fundación Autor, de la SGAE, con sendas hipotecas del Banco de Valencia.
Lugodi es otra de las sociedades inmobiliarias participadas por la entidad, en este caso en compañía de Lubasa, la inmobiliaria de la familia de Luis Batalla. Por su parte, Fomento Agrícola de Castellón (Facsa), presidida por Enrique Gimeno, (primo y exsocio de Eugenio Calabuig, presidente de Aguas de Valencia, también participada por el banco) tiene participación en Remember Spain, también del sector inmobiliario.
Finalmente, Torrescámara, la empresa de la familia de Francisco Cámara, participa, junto con Enrique Pla Tent, expresidente de la Asociación de Promotores Turísticos de Dénia, en Porta de les Germanies, mientras que la familia Suñer participa en una sociedad conjunta con el banco llamada Picanya Sud.
EL ESTALLIDO DE LA BURBUJA INMOBILIARIA, CLAVE DE LA CRISIS
El riesgo del Banco de Valencia en el sector inmobiliario es el origen de la crisis que ha propiciado la intervención del Banco de España. Los créditos adjudicados a empresas del sector, los problemas para recuperarlos y la depreciación del valor de los activos que en muchos casos se ha acabado adjudicando para compensar los impagos, han desvelado una necesidad de provisiones que, inicialmente el Banco de España ha cifrado en 562 millones de euros.
En el informe anual se reconoce que en varias de las sociedades -como Nou Litoral, Lugodi, Remember Spain, Foiblebusiness y Ensanche Urbano- el Banco de Valencia consta como accionista minoritario, con menos del 50% del capital, si bien tiene el control de las mismas "al haber llegado a acuerdos formales con el resto de accionistas por los cuales se ha cedido al banco temporalmente la mayoría de los derechos de voto al objeto de facilitar la gestión y reordenación de su actividad".
Habrá qué examinar las transacciones de dichas empresas con el Banco y el precio a las que se hicieron no sea que al final el Banco malo o el Frob que somos todos paguemos la mala gestion tanto del banco como de alguna de dichas empresas
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