VALENCIA. El anuncio de congreso nacional del PP por parte de Mariano Rajoy para el mes de febrero pone en marcha también los procesos de renovación regionales y provinciales. El cónclave autonómico de los ‘populares' valencianos se celebrará, según salió decidido de la Junta Directiva Regional a propuesta de Alberto Fabra, en la segunda quincena del mes de abril. Después, aunque a antes de verano, tendrán lugar los congresos provinciales.
Uno de los puntos calientes que el líder del PPCV deberá controlar es, precisamente, el que se produce en su tierra: la provincia de Castellón. Desde tiempo atrás, la lucha soterrada en el todavía bastión orgánico del presidente del PP en la provincia, Carlos Fabra, amenaza con aflorar con ataques explícitos entre el todavía líder y su probable sucesor en el cargo, Javier Moliner.
El liderazgo provincial del partido parecía, un año atrás, una cuestión zanjada: el actual presidente de la Diputación, el citado Javier Moliner, era el elegido para coger el testigo de Carlos Fabra cuando éste anunció que no se presentaría a la reelección.
Sin embargo, en varias ocasiones, la última ayer, Fabra ha puesto sobre el tapete su continuidad, sembrando la inquietud entre Moliner y los suyos. En la calle Quart, sede regional del partido, la etapa del barón provincial se da por concluida y las dudas públicas que expresa el dirigente sobre si seguirá o no en el cargo empiezan también a incomodar en Presidencia, aunque por el momento no se ha adoptado medida alguna.
Los ‘tira y afloja' en los meses anteriores han sido constantes. Uno de los últimos capítulos se centra en la diputada provincial y actual pareja de Carlos Fabra, Esther Pallardó, quien fue anteriormente jefa de Gabinete del dirigente.
El barón del PP castellonense insiste en que Moliner ascienda a su afín a un puesto de vicepresidenta en la corporación provincial, algo a lo que se niega en redondo el presidente. El lugar que ocuparía sería en sustitución de Vicent Aparisi que se marcha al Senado.
Carlos Fabra puso ayer más pimienta al asunto: "Puede que me presente (a la presidencia provincial) o puede que no, el tiempo y las circunstancias lo dirán", declaró, en lo que parece una condición para que Moliner acceda a sus pretensiones.
Desde el entorno del presidente de la Diputación, consideran que Pallardó, más allá de la voluntad de Carlos Fabra por impulsarla, carece del "recorrido" municipal y orgánico para acceder a ese privilegio. Así, las posturas siguen enrocadas.
"HABRÁ ACUERDO"
Pese a la tensión existente, las fuentes del PP consultadas por este diario confían en que habrá "acuerdo" y Carlos Fabra no se presentará a la reelección. Según apuntan, el presidente provincial está realizando declaraciones como la de ayer como presión para conseguir reforzar la posición de Pallardó ya sea en la vicepresidencia de la Diputación o en la próxima ejecutiva del PP.
De la misma manera, la intención de Fabra es continuar manteniendo el pulso para conseguir puestos de otros de sus afines en la próxima ejecutiva del PP. Una de las dirigentes que aspira a mantener un lugar de importancia en el organigrama es la actual secretaria general provincial y diputada, Marisol Linares, que ha ostentado el número dos de Carlos Fabra durante años.
Una de las incógnitas en el proceso es la diputada electa al Congreso Andrea Fabra, hija del actual presidente provincial. Las fuentes consultadas aseguran que, a priori, no se espera su entrada en la lucha del partido. No obstante, la dirigente, cuya principal actividad se sitúa en Madrid, tiene una "nula sintonía" con Esther Pallardó, la mano derecha de su padre.
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