MADRID (EP). El Banco de Valencia ha transmitido sus empleados que descarta cerrar oficinas y recortar plantilla en un futuro próximo pese a las dificultades que afronta la entidad, que ultima iniciativas para refozar su solvencia, según fuentes sindicales.
La entidad, participada en un 27,3% por el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), está trasladando mensajes de tranquilidad a los trabajadores desde la dirección y la jefatura después de que hace una semana se suspendiera su cotización en Bolsa durante una jornada.
La directiva del Banco de Valencia también está solicitando a los trabajadores de todas sus oficinas que sigan realizando su trabajo con normalidad y presten la atención habitual a los clientes.
Banco de Valencia ha solicitado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) un aplazamiento para presentar las cuentas correspondientes al tercer trimestre del ejercicio 2011 porque está elaborando un plan financiero y prevé incluirlo en dichas cuentas.
La entidad ha justificado dicha petición al supervisor en que trabaja intensamente en una ampliación de capital para fortalecer su solvencia, y quiere trasladar su diagnóstico de la situación a las cuentas de los nueve primeros meses del ejercicio.
Fuentes sindicales indicaron que el Banco de Valencia también está a la espera de conocer el resultado de la inspección que el Banco de España está a punto de finalizar. La entidad registra una elevada exposición al sector inmobiliario y podría requerir una recapitalización por importe de entre 600 y 800 millones de euros.
El Banco de Valencia ha sufrido además cambios en su cúpula directiva, ya que José Luis Olivas, actual vicepresidente de BFA y vicepresidente de las participadas de Bankia, abandonó recientemente la presidencia de la entidad, ahora pilotada por Aurelio Izquierdo.
El Gobierno contempla la posibilidad de que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) aporte capital al Banco de Valencia si la intervención del BFA es insuficiente para cubrir la deficiencia de fondos detectada por la inspección del Banco de España.
Al mismo tiempo, el banco de inversión Lazard sondea el interés comprador por el Banco de Valencia en el sistema financiero español, operación que permitiría a BFA desprenderse de una participación que considera meramente financiera.
BFA evalúa todas las alternativas posibles para afrontar un eventual impacto negativo del Banco de Valencia, entre las que figura la venta, el recurso al FROB, lo que supondría la entrada de dinero público en la entidad valenciana, participar en la ampliación de capital de hasta 60 millones de euros que planea acometer, y asumir las necesidades de solvencia de dicha filial.
BFA ha de hacer frente además a las exigencias de mayor capital establecidas por la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) por importe provisional de 1.140 millones de euros antes del próximo mes de junio.
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