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VALENCIA. El líder del PPCV y presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha mostrado su poca intención de hacer cambios sustanciales de forma inmediata tras el 20N. Pese a que desde el entorno del jefe del Consell reconocen que la intención es "poco a poco" dibujar su "propio equipo" en Ejecutivo y partido, los cambios se producirán de forma "progresiva".

Eso sí, existen cargos que exigirán un relevo inmediato si el PP gana las elecciones. El más destacado es el de delegado del Gobierno en Valencia, un puesto ocupado actualmente  por la socialista Ana Botella.

Esta responsabilidad supone, según apuntan diversos dirigentes del partido y la Generalitat, un "caramelo" para muchos dirigentes. "Tiene presencia, presupuesto, repercusión, conexión con Madrid... es un puesto de mucha relevancia", coinciden.

Estratégicamente, el presidente de la Generalitat medita la posibilidad de hacer uso de esta plaza -con permiso de Mariano Rajoy- para resituar a algún cargo cuya salida, a su vez, le permita reforzar su control en el estrato orgánico o parlamentario.

Así, uno de los nombres que suenan para ocupar la Delegación del Gobierno es el de Rafael Blasco, actual portavoz del grupo parlamentario ‘popular' y que fuera designado como síndic por Francisco Camps.

Blasco, en las últimas semanas, ha obtenido cierta repercusión mediática no siempre positiva, como en el caso del aumento de ayudas económicas a los grupos parlamentarios o por la proyección a los miembros de su grupo parlamentario de la película 'Sopa de ganso', un film que criticaba a la clase política. Además, ha puesto en marcha iniciativas como la implantación de las oficinas parlamentarias, mostrando una autonomía que, según fuentes del grupo, no ha gustado en Presidencia.

Estas cuestiones han llevado al síndic a enclavarse en una posición algo incómoda en relación a Presidencia. Sigue siendo respetado, pero da la sensación de que, en muchos casos, actúa por libre o aglutinando una fuerza paralela.

Blasco tiene un perfil más que ajustado para ser delegado del Gobierno. Político con experiencia, sabría captar la atención mediática y, además, permitiría a Alberto Fabra situar a un portavoz en Les Corts de su estricta confianza. El exconseller, por su parte, no plantearía ninguna oposición a su relevo en el cargo a cambio de ser delegado del Gobierno.

Sin embargo, Blasco tendría un competidor en similar situación. El secretario general del PPCV, Antonio Clemente, es otro dirigente que no rechazaría la Delegación del Gobierno. El cargo orgánico que ostenta, al que le aupó Camps, es un puesto de desgaste y el número dos del PP, según apuntan fuentes ‘populares', vería con buenos ojos un puesto de perfil institucional. Al igual que con Blasco, Fabra podría escoger entonces a un secretario general del PP de su cuerda.

Otro de los señalados desde tiempo atrás para ocupar el cargo de delegado del Gobierno es el exvicepresidente de la Diputación e integrado en la lista del Congreso Vicente Ferrer. Muy próximo a Esteban González Pons, Ferrer estaría dispuesto a regresar a Valencia para ostentar un cargo de responsabilidad y cierto protagonismo como la delegación. Si González Pons media en Génova por ello, Ferrer tendría altas probabilidades.

RITA BARBERÁ TIENE SU PROPIA PROPUESTA

Uno de los dirigentes que siempre ha mirado a la delegación como un cargo atractivo es el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Valencia, Miquel Domínguez. La alcaldesa, Rita Barberá, ha evidenciado en los últimos meses su intención de intervenir e influir en este tipo de decisiones con más vehemencia que en el pasado. Las fuentes consultadas aseguran que Domínguez sería su elección.

Fabra debería contemplar entonces si concede que Barberá sitúe a una persona de su confianza o, si por el contrario, elige a alguien de su plena confianza o criterio.

La tercera combinación que viene estudiando el presidente de la Generalitat para seguir reforzando su círculo de confianza es trasladar a un conseller a la Delegación del Gobierno para incorporar así una nueva cara, que podría ser alguna más si algún otro conseller -se habla de Maritina Hernández- se incorpora al Ejecutivo de Mariano Rajoy. En este caso, Serafín Castellano es uno de los que más suena para el cargo de delegado del Gobierno.