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VALENCIA. El debate emitido anoche en Canal 9 entre candidatos al Congreso de los Diputados por Alicante mejoró el nivel del celebrado el martes con los cabezas de lista por Castellón como protagonistas. Al menos, en esta ocasión, los dirigentes políticos no se entretuvieron en la lectura, aunque esto no sirvió para que el telespectador asistiera a un verdadero debate.
Dado que el cabeza de lista del PP, Federico Trillo, declinó -en un feo gesto- asistir al encuentro, fue Gerardo Camps, número dos, el que defendió las posturas ‘populares' y, además, se llevó la victoria en el debate.
El exconseller desempolvó sus habilidades parlamentarias y cristalizó varias intervenciones redondas que, unidas a los potentes argumentos que ofrece la crisis económica y la propia gestión socialista, otorgan una ventaja significativa del PP frente al PSOE.
Gerardo Camps centró su debate en la candidata socialista, la ministra Leire Pajín, y obvió las interpelaciones personales de la incisiva número uno de Compromís-Equo, Aitana Mas, y de su homólogo en EUPV, Víctor Domínguez. Así, el exconseller dirigió sus ataques a la cabeza de lista del PSOE y evitó entrar al 'trapo' de los ataques de las fuerzas minoritarias.
La ministra estuvo correcta sin más. Demasiado gris para poder superar a Camps y demasiado falta de argumentos ante un interlocutor tan sólido como el exconseller. Para ganar el debate, Pajín hubiera necesitado de una brillantez difícil de exhibir tras ocho años en el poder y con una gravísima crisis económica de por medio.
Los candidatos de PP y PSOE condujeron una estrategia similar: culpar mutuamente a los respectivos gobiernos que ostentan -entre ellos sí cruzaron acusaciones y argumentos- y obviar a las fuerzas minoritarias.
La número uno de Compromís-Equo por Alicante, Aitana Mas, fue incisiva en sus interpelaciones a Pajín y Camps, pero no obtuvo respuestas. Mostró fuerza verbal y gestual, incluso en ocasiones tal vez con excesiva crispación. Durante el debate, alternó momentos ciertamente brillantes con otros de mayor dispersión pero, por encima de todo, transmitió convicción en sus palabras. A sus 21 años, un buen debut.
No tan reseñable fue la participación de Víctor Domínguez, cabeza de lista de Esquerra Unida. Pese a un mejor orden en sus argumentos e intervenciones, su linealidad expresiva y su parquedad en los gestos no transmitió ni frío ni calor.
ECONOMÍA Y EMPLEO
Desde el inicio, las líneas estratégicas del debate se asemejaron a las utilizadas por los candidatos de Castellón. Gerardo Camps aludió al elevado número de parados y a la incertidumbre en materia económica.
La respuesta le llegó de Aitana Mas, quien comenzó las hostilidades en su presentación atacando el bipartidismo, cargando contra la gestión del exconseller de Economía y lanzándole un furibundo ataque que no hallaría respuesta: "¿Qué hacía usted señor Camps, mientras en la CAM nos estaban robando?".
Víctor Domínguez, con un tono más pausado y rígido, hizo hincapié en que los bancos y las grandes empresas no habían dejado de tener beneficios durante la crisis.
Leire Pajín criticó la ausencia de Trillo y construyó un discurso con bastantes fisuras sobre cómo se había fraguado la crisis a raíz de la burbuja inmobiliaria. Demasiado inconexo, no tanto por la esencia sino por la forma.
El exconseller de Economía se puso manos a la obra y comenzó a ‘talar': "El Gobierno socialista, donde está Pajín, ha disparado la deuda, ha gastado recursos públicos descontroladamente, ha subido cuatro veces el IRPF, el IVA, los impuestos especiales...". Artillería pesada.
Mas insistió con la CAM y lanzó ataques a diestro y siniestro contra las fuerzas mayoritarias, algo que secundó Domínguez, iniciando un intento de ‘pinza' a los candidatos de PP y PSOE.
Pajín cerró el turno mostrando a las claras que la batalla no iba con los minoritarios y centrándose en atacar la gestión autonómica del PP. "El paro en la Comunitat es muy superior al del resto de España", señaló, como principal argumento.
POLÍTICAS SOCIALES
En este apartado, donde la candidata socialista debería haber ganado puntos, es donde perdió el pulso al debate. Trató de alimentar el miedo al PP, aludiendo al peligro en ciernes sobre la sanidad y enseñanza públicas. No terminó de convencer.
Aitana Mas defendió la dación en pago y se mostró particularmente incisiva en el rechazo a la posibilidad del copago sanitario, terminando con una frase lapidaria: "La sanidad no es un lujo, es un derecho". En la misma línea, aunque con menor vehemencia, se posicionó Víctor Domínguez.
En este punto, Gerardo Camps dibujó su actuación más redonda. "Ver sacar pecho a una ministra socialista no deja de ser paradójico", empezó, para añadir: "Debería pedir perdón". "Pedir perdón a los empleados públicos, personas que se jubilarán más tarde, parados, madres sin el cheque bebé, contribuyentes..", enumeró el candidato del PP, regando su intervención con cifras de personas afectadas en la provincia de Alicante, para cerrar su discurso asegurando que no congelarán las pensiones como había hecho el gobierno socialista.
"Si nosotros debemos pedir perdón, ellos no debería ni poder mirar a la cámara", trató de contraatacar Pajín, usando la vieja táctica del ‘y tú más'. Mostró un gráfico sobre la mayor aplicación de la ley de la dependencia en otras autonomías, otro de la revalorización de las pensiones en la etapa socialista y se refirió nuevamente a la gestión de la Generalitat. No fue malo, pero sí insuficiente.
Domínguez (EU) arriesgó: "La congelación de las pensiones ha servido para comprar 24 helicópteros de combate". Tal vez un poco demagógico. Y esgrimió el argumento de repartir la riqueza atacando el fraude fiscal. "Con evitar el 10% del fraude de las grandes empresas seria suficiente para mejorar las políticas sociales", afirmó.
Mas (Compromís-Equo) apuró su tiempo para recordar que PP y PSOE habían abierto en el Congreso la puerta "a la gestión privada de la sanidad". E hizo un hueco para defender el derecho de orientación sexual, al aborto, y a la muerte digna. "Un gobierno del PP atentaría sobre el derecho a la libertad. Recuerden que su receta siempre es más recorte", apostilló.
El turno de réplica lo cerró Gerardo Camps con un argumento sólido como es el de la financiación autonómica. "Los problemas para financiar la sanidad y la educación están en todas las autonomías y el modelo ha quebrado. Somos un millón más de valencianos a la hora de financiar", recordó, en uno de los enunciados clásicos. "Cada valenciano recibe 195 euros menos de la media y el PP cambiará el modelo", prometió, en una intervención aceptable que le permitía seguir con ventaja.
INFRAESTRUCTURAS Y MEDIO AMBIENTE
Domínguez (EU) inició el fuego refiriéndose a la política de las infraestructuras como "gran espectáculo". Aeropuerto de Castellón, proyecto como las torres de Calatrava o el AVE fueron citados como un "gasto importantísimo" pero: "¿Es lo que realmente necesitamos?", se preguntó, reivindicando el tranvía de Alicante o los transportes de cercanías.
En una línea similar se manifestó Aitana Mas quien, no obstante, defendió a capa y espada el Corredor Mediterráneo, puntualizando que PP y PSOE lo había rechazado en el pasado y dudando de si el apoyo actual se cristalizaría. Además, reivindicó la liberación de la AP-7 y los trenes de cercanías. Al igual que Domínguez, defendió las energías renovables y el cierre de las centrales nucleares.
Gerardo Camps, ni corto ni perezoso, abordó el tema del agua. "Alicante tiene sed", aseguró, criticando los planes puestos en marcha por el Gobierno y atacando la política de las desaladoras.
Pajín sacó todo el partido que pudo, recordándole el ‘affair' del trasvase del Ebro -que no aparece en el programa electoral del PP- y acusando al Gobierno valenciano de bloquear la apertura de la desaladora de Torrevieja. "Apártense y no estorben", espetó.
Las conclusiones sólo sirvieron para certificar lo visto a lo largo del debate. Aitana Mas siguió beligerante, criticando las trabas que había recibido su formación para participar en el debate y preguntándose si con la acumulación de cargos de Pajín y Camps tendrían tiempo para "servir a los alicantinos". Domínguez, por su parte, rechazó la credibilidad de PP y PSOE y promocionó la alternativa de EU apoyándose en las encuestas que les otorgan una subida de escaños.
Pajín, adoptó forma de ministra para recordar que ante la delicada situación el PP "no había arrimado el hombro" y recordó que ante el nefasto escenario económico el PSOE había mantenido las políticas sociales. Concluyó, devolviéndole una andanada -por primera vez en toda la noche- a la candidata de Compromís.
Finalmente, Gerardo Camps, en tono conciliador, explicó que no había entrado a las réplicas e "insidias" del debate porque no era "momento para ello" dada la situación en la que se encuentra el país. El exconseller dio carpetazo al debate cómodamente solicitando el cambio con un tono convincente y cercano que redondeó una actuación bastante completa en la contienda.
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