CRUZ SIERRA. 25/06/2010 La fusión se está 'cocinando' muy directamente de la mano de los presidentes Rato y Olivas, quienes dirigen unas conversaciones que coordinas sus respectivos directores generales y responsables financieros. Las reuniones se celebran alternativamente entre Valencia y Madrid, en las sedes de las dos cajas y en los despachos de los consultores externos

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MADRID / VALENCIA. Con bastante urgencia pero sin apresuramientos, las negociaciones aún no han descendido a los detalles técnicos ni se han designado los equipos de trabajo que desde el mes de julio y hasta final de año resolverán la multitud de aspectos a resolver para el perfecto encaje de ambas organizaciones, vital para el éxito de la operación.

Por parte de Caja Madrid, y según fuentes cercanas a la entidad, encabeza la negociación, naturalmente, su presidente, Rodrigo Rato. Le secundan en la coordinación de los trabajos sus 'pares', Ildefonso Sánchez-Barcoj (director general financiero del anterior presidente, Miguel Blesa) y Antonio Román, un hombre de la casa que ha recorrido diversos departamentos (Márketing y Gerencia de Control entre ellos), ambos adjuntos al presidente.

El actual organigrama de la entidad madrileña refleja cierta inconcreción en su estructura directiva, debido singularmente al escaso tiempo transcurrido desde el 'aterrizaje' en la entidad por parte del presidente, Rato, quien apenas ha tenido tiempo de organizar su equipo antes de la creación del SIP con Bancaja y las otras cinco cajas de ahorro. En la informción corporativa que Caja Madrid presenta en su portal de Internet no figuran los nombres  de los principalespuestos directivos de la entidad.

Según informa el diario Expansión en su edición del viernes 25, Rodrigo Rato habría contratado como secretario general de la entidad a Miguel Crespo, ex secretario de Estado de Economia durante su época como ministro. Crespo se encargaría del día a día del SIP, tanto en materias de gestión como jurídicas. La contratación de Crespo cuenta con el visto buenjo de Bancaja, según han declarado a este cdario fuentes de la entidad.

Por este motivo resulta difícil describir el grado de implicación real en las negociaciones de otro clásico de la casa, Matías Amat, hasta la fecha responsable del negocio comercial de Caja Madrid, quien asistió a Rato durante el ya histórico acto de la firma de constitución del SIP celebrado el pasado 11 de junio en la sede de la Confederación de Cajas de Ahorro (CECA), en Madrid.

Por parte de Bancaja y además de su presidente José Luis Olivas, coordinan las negociaciones con los 'socios' madrileños el director general, Aurelio Izquierdo, un histórico de la entidad que ya participó en los procesos de fusión que dieron lugar a Bancaja, y el director financiero, Miguel Ángel Soria, un brillante ejecutivo de 37 años, seis de ellos en Bancaja. Ambos, que han ocupado varios puestos en el escalafón directivo de Bancaja, proceden de la 'escuela' de Arthur Andersen.

Refuerzan el trabajo de esos seis 'directivos sin piedad' sus respectivos responsables jurídicos, encargados de allanar las complejas cuestiones legales de la fusión. A su vez, asesora desde el exterior en materia jurídica el despacho de abogados Uría Menéndez.Este despacho, que lleva tiempo asesorando a la entidad madrileña en sus acciones para fijar acuerdos de fusión con otras entidades, dirige de momento todo lo relacionado con la SIP desde sus oficinas centrales en Madrid

Del mismo modo, para el resto de asuntos tanto financieros como organizativos y empresariales, ambas entidades comparten el asesoramiento de la firma Deloitte, experta en este tipo de operaciones.

Según han reconocido fuentes de ambas entidades a Valenciaplaza.com, las negociaciones caminan lentamente a causa de su enorme complejidad y el elevado número de 'materias' a resolver (legales, financieras, organizativas, laborales, empresariales, fiscales, comerciales, obra social...). Una de las más delicadas y en las que se están concentrando con mayor intensidad las conversaciones para intentar resolverla con cierta rapidez es la relativa a los asuntos laborales.

Ensamblar dos (más bien, siete) organizaciones que cuentan con miles de trabajadores repartidos por diferentes comunidades autónomas resulta una tarea difícil por las sensibilidades que siempre despierta el factor humano en cualquier organización y situación. Acallar la rumorología que habitualmente se dispara en estos procesos, tranquilizar a las plantillas y favorecer su seguridad y estabilidad es una cuestión vital que debe quedar resuelta antes de otros elementos negociadores.

Según se ha publicado en éste y otros medios de comunicación sin que ninguna de las entidades lo haya desmentido, serán al menos 3.400 personas las que abandonarán sus puestos de trabajo en Bancaja y Caja Madrid, en su inmensa mayoría por la vía de jubilaciones anticipadas. Esa cifra representa aproximadamente un 15% del total de la plantilla conjunta de las dos cajas, situada en 23.407 empleados y directivos (23.407 de Caja Madrid y 8.148 de Bancaja).

Todos estos directivos y sus respectivos equipos de apoyo se reúnen a diario prácticamente desde el día siguiente a la firma. Los lugares de negociación varían según el tema y los participantes, habiéndose celebrado ya reuniones tanto en la sede de Caja Madrid en Torre Europa, en el Paseo de la Castellana, como en la de Bancaja en Valencia (Pintor Sorolla) y la de Madrid, en la céntrica calle María Molina, inagurada hace cinco años, así como en los despachos de Deloite y Uría.

Sobre el contenido de las conversciones, así como sobre el tono en el que se desarrollan, existe una gruesa capa de confidencialidad, aunque de momento y según diversas fuentes, no se han producido aún escollos importantes.

El siguiente paso, que provocará un importante avance en el proceso de fusión, será la constitución de los diferentes grupos de trabajo que acometerán las negociaciones en todos los ámbitos de ambas organizaciones financieras. Será un 'cuerpo a cuerpo' en el que las conversaciones se abrirán en cascada y de arriba a bajo un proceso que habrá de dar lugar, a partir de enero al tercer grupo financiero de España y decimoquinto de Europa.