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VALENCIA. Mariano Rajoy tachó ayer con éxito otro día en su particular calendario para alcanzar La Moncloa. El candidato a la presidencia del PP llenó la plaza de toros de Valencia -casi 20.000 personas- para darse un baño de masas en un recinto que nunca falla para los ‘populares' valencianos.

Hasta las condiciones climatológicas respetaron al líder del PP: la lluvia no hizo acto de presencia y los chubasqueros preparados no fueron necesarios, al contrario de lo que ocurrió en el mitin de 2007. Un gran día para Rajoy, quien por primera vez, se atrevió a presentarse como el próximo presidente del Gobierno: "Creo que vamos a ganar estas elecciones", afirmó, en tono casi de confidencia.

Pese a la entrega y compromiso de los miles de simpatizantes y militantes asistentes, Rajoy evitó salirse del guión para hacer anuncios o compromisos relacionados con la Comunitat. Mientras el presidente valenciano, Alberto Fabra, expuso las grandes peticiones del PPCV: solidaridad hídrica, mayor financiación o Corredor Mediterráneo; el líder nacional prefirió pasar de puntillas por estas reivindicaciones: a una semana del 20-N el objetivo es no salirse del guión.

Si tuvo Rajoy ‘guiños' personales para los referentes del PP valenciano. Así, le dijo a Fabra que será "un magnífico presidente, como ya lo está siendo". Este halago, utilizando el futuro de forma calculada, unido al hecho de que el exjefe del Consell Francisco Camps no estuvo presente en el acto, muestra que el líder nacional tiene claro quién manda -y va a mandar- en el PPCV, algo que evidencia el cambio de ciclo sin retorno del partido en tierras valencianas.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, también recibió una ‘palmada' en la espalda por parte del probable presidente del Gobierno, quien mencionó en el acto que desbloqueará la ampliación del Cabanyal cuando ocupe el sillón de La Moncloa.

Rajoy, además, hizo hincapié en las políticas sociales que se han llevado a cabo en la Comunitat Valenciana -nombró la nueva Fe- y valoró el recorte presupuestario de la Generalitat de un 6% así como el compromiso de no subir impuestos.

"EL PEOR MENSAJE ES UN GOBIERNO CON POCOS APOYOS"

Aquí terminaron las referencias a la Comunitat en el discurso del candidato del PP, quien articuló un discurso estándar sobre el ámbito nacional. El líder del PP puso el acento en la necesidad de generar "confianza" para la recuperación económica y subrayó la necesidad de no relajarse para alcanzar la mayoría absoluta y así "terminar con la incertidumbre" que transmite el actual gobierno socialista.

El líder reiteró que el próximo 20 de noviembre en las urnas se decide si España sigue "como hasta ahora" y "cae definitivamente" o si, por el contrario, "cambia el rumbo" y comienza a salir de la crisis.

Rajoy reconoció que la situación con la que deberá lidiar si llega a La Moncloa es "muy compleja" y "va a costar trabajo superarlo", se mostró convencido de que con el "coraje" y las "agallas" de los españoles se podrá conseguir.

Además, recalcó que no basta con que su partido gane, sino que es necesario que lo haga con el apoyo de "muchos", porque "el peor mensaje que se puede dar al exterior es que hay un gobierno con pocos apoyos". España, afirmó, necesita "un Gobierno potable", que pueda garantizar a los españoles que se va a "cambiar".

Durante su discurso se vivieron algunos momentos de tensión cuando dos jóvenes sacaron una pancarta en la que se leía "PPSOE corruptos". El público se les echó encima mientras intentaban sacarles del tendido y Rajoy trataba de retomar su discurso. Poco después, otros jóvenes mostraron otra reivindicación, en este caso por un "Sáhara libre".