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VALENCIA (EP). El vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo y eurodiputado 'popular', José Manuel García-Margallo, ha manifestado que "si las cosas siguen como están ahora, es obvio que España entra en zona de rescate". En su opinión, evitar ese extremo requiere un "golpe de timón".

Así lo ha señalado en declaraciones de los periodistas tras reunirse con el presidente de Cámara Valencia, José Vicente Morata, al ser preguntado por las manifestaciones en las que el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, se mostró convencido de que España no necesitará ser rescatada.

A su juicio, España no tendrá que ser rescatada "porque Rubalcaba no va a ganar las elecciones". "Si Rubalcaba ganase las elecciones, tendríamos que ser rescatados", ha sentenciado.

Al respecto, ha alertado de las consecuencias de que Rubalcaba aplicase "los dislates que ha dicho como, por ejemplo, que no van a cumplir los deberes de reducción de déficit más que en dos años", lo que ha tildado de "un esperpento de tipo Valle-Inclán". "A mis compañeros se les pusieron los pelos como escarpias porque eso te saca de la moneda única al día siguiente", ha agregado.

A su juicio, "todo lo que dijo de Europa era absolutamente demencial", como su intención de pedir al Banco Central Europeo (BCE) que bajase los tipos de interés a corto cuando "el problema es el interés a largo, y eso es el BCE comprando deuda", lo que, en su opinión, supone "confundir churras con merinas". "Los conocimientos europeos de Rubalcaba son manifiestamente mejorables", ha zanjado.

García-Margallo ha remarcado que España necesita mejorar su competitividad, la "libertad de empresa, de creación de empresas, para hacer negocios y para contratar trabajadores" y la "facilidad para pagar impuestos". "O logramos abrir los mercados de capitales extranjeros --porque en España no hay ahorro, ha apostillado-- o simplemente no levantamos la persiana de la tienda", ha advertido.

Así, cree el nuevo gobierno debe "mandar un mensaje a los mercados de que somos personas serias y honorables" y "romper la triple desconfianza" que sufre la economía: en el Gobierno "como prestatario que tiene que devolver" lo recibido, en "el sector financiero y especialmente las cajas, como intermediario", y en que "la sociedad española pueda crecer lo suficiente para pagar las deudas".

"Ahora se trata de elevar a la categoría económica lo que es normal a nivel de calle, que uno no puede gastar permanentemente por encima de lo que puede" porque "llega un momento que ya no se fían y no te lo dan", ha sentenciado.

"QUITAR MUCHA GRASA ACUMULADA" Y "SER SERIOS"

Así, ha urgido a "quitar mucha grasa que hemos acumulado estos años y comprometernos a ser serios en materia de administración pública" y a adoptar "medidas ejemplificadoras", ya que "la sociedad no va a aceptar hacer un esfuerzo y apretarse el cinturón si no ve que los poderes públicos hacen un esfuerzo todavía mayor".

Además, cree que "hay que desatascar los canales de crédito" y "ver como está el sector financiero, en algunas cajas de ahorro limpiar los balances de todos los activos malos que están drenando fuerza", así como acometer "la liberalización de la economía española en materia de servicios" y "hacer una reforma laboral para empezar a crear empleo desde el primer día".

Según ha dicho, los comicios del 20 de noviembre son "unas elecciones muy parecidas a las de 1977". "Hay que darle tal vuelta al país que estas elecciones son casi constituyentes porque no sólo es un cambio de modelo económico, sino que ese cambio lleva a replantearse cómo han funcionado todas las instituciones del Estado".

"ESFUERZO GIGANTESCO" Y "UN GRAN ACUERDO NACIONAL"

García-Margallo considera que la situación requiere un "esfuerzo gigantesco" y "un gran acuerdo nacional para la recuperación de una nación que estaba en la primera división europea cuando este gobierno tomó posesión" y se encuentra ahora "al borde del descenso porque si hubiera una división de la eurozona, tiene todas las papeletas para quedarse en el pelotón de los torpes".

"Aunque tenga mayoría absoluta, tiene que gobernar exactamente como si no tuviese mayoría absoluta y buscar acuerdos y consensos muy amplios", además de tener "un plan global de cambio revolucionario de España" para "adaptar las reglas del juego", ha recalcado.

También ha advertido de que "si no se resuelve la crisis del euro, aquí no hay salvación ni a nivel nacional ni a nivel regional", y ha aseverado que ve "todavía lejos" la "solución de la crisis".

Así, ha criticado que la UE "está reaccionando tarde, mal y de forma insuficiente", lo que "está determinando que los problemas se pudran", y ha defendido que si el "problema" de la economía griega se hubiera solucionado "cuando empezó, el sacrificio del pueblo griego hubiese sido mucho menor y el coste del rescate, mucho más barato".

"CONSECUENCIAS INCALCULABLES" DEL "COLAPSO" ITALIANO

Respecto a la situación de Italia, ha dicho que "está al borde del precipicio" porque "está pagando los tipos de interés que pagaban los países que fueron objeto de rescate" y ha alertado de que un "colapso" de su deuda "traería unas consecuencias realmente incalculables" dada su magnitud, cercana a dos billones de euros.

En su opinión, "mientras no haya una integración de la zona euro, una federalización de la zona euro" y "nos demos cuenta de que estamos casados en gananciales y no en régimen de separación de bienes, esto tendrá muy poquito arreglo".

Ha cuestionado, en este sentido, la "idea que circula desde hace año y medio" acerca de "hacer una especie de división de la zona euro en dos y dejar a un lado los países virtuosos, los que cumplen las reglas de déficit-deuda", y "al otro lado, los países periféricos".