VALENCIA. El año 2006 quedará marcado en la memoria de los aficionados bianconeros. Una longeva institución del fútbol europeo de 110 años de éxito, dos Champions y 29 Scudettos, marcada por el peor de los escándalos: el Calciopoli, es decir, el amaño de partidos.
La Juve, uno de los grandes perjudicados del escándalo, descendió a la Serie B, le restaron 9 puntos antes de comenzar la liga, tuvo que vender a sus estrellas (Zlatan Ibrahimovic, Patrick Vieira, Lilian Thuram, Gianluca Zambrotta y Fabio Cannavaro), todos los ingresos de patrocinio renegociados a la baja... Los 12 millones de aficionados juventinos (y más de 170 millones de seguidores en todo el mundo) vieron como su club entraba en estado terminal.
Pero nada más lejos de la realidad. El paso por la Serie B sorprendentemente ha ayudado a poner orden en la casa turinesa. Empezando por el cambio de presidente, el joven Andrea Agnelli, y siguiendo por un director ejecutivo especializado en la gestión de grandes eventos deportivos, Jean Claude Blanc (Juegos Olímpicos, Tour de Francia, Federación Francesa de Teni...).
La fortaleza del los clubes de fútbol como sociedades anónimas deportivas, a diferencia del resto de empresas, reside en el sentimiento de pertenencia de su clientela (aficionados, abonados, accionistas, incluso proveedores e instituciones públicas). Y el mejor ejemplo es la Juventus. Lo que no te mata, casi imposible en el mundo del futbol, te hace más fuerte.
La Juventus de hoy, 5 años después, tiene su propio estadio de futbol (único equipo de la Serie A). Una obra de más de 120 millones de euros y capacidad para 41.000 asientos. Magníficamente financiada, con un contrato de namings right con Sportfive, valorado en 75 millones de euros de 12 años, la venta de la zona comercial adyacente al estadio por 20 millones de euros, y un crédito a largo plazo del Istituto peri l Credito Deportivo de 60 millones de euros.
Como veremos en el repaso de sus últimas cuentas, no es fácil reconducir las cuentas financieras de un club descendido. Con bajísimos índices de asistencia al estadio. Sin grandes estrellas y, por lo tanto, sin garantías de acceso continuado a la liguilla de la Champions League. No es fácil, pero si es posible.
Pasando al detalle de sus últimas cuentas anuales, lo primero que hay que destacar es la brutal dependencia de los ingresos por la venta de derechos de retransmisiones deportivas. Este es un mal endémico al futbol italiano bien es cierto que consecuencia directa de un excelente contrato firmado con el operador Infront Sports valorado en 1.000 millones de euros. Para que ustedes puedan comprar, un 40% superior a lo que paga Mediaproducciones por la Liga española.
Aun estando la Juventus en el top ten del futbol europeo por ingresos totales, la línea de facturación de broadcasting, en relación a las otros dos (abonos, y comerciales y patrocinios), esta desequilibrada al suponer un 65% por ciento de las mismas. Además, el futuro del club pasa por obtener acceso directo a la Champions, lo que provocará que esta partida sea, si cabe. Mayor en relación a las otras dos.
Cierto es que el club ha dado pasos para resolver este desequilibrio para acercarse al estandar de los tres tercios. ¿El más relevante?, el campo nuevo, que hará que el club doble los ingresos por entradas y abonos, con nuevas zonas VIP, asientos premiun, eventos,...
Pese al terrible impacto del calciopoli sobre los contratos comerciales con patrocinadores, esta línea de ingresos se ha recuperado consistentemente en los últimos años (44, 48, 54 y 56 millones de euros). En todo caso, los ingresos superan la excelente cifra de los 200 millones de euros anuales.
Más negativo es el impacto en las cuentas de los gastos por jugadores que a pesar de la crisis sufrida se han mantenido en la banda alta del gasto. La Juventus, pese a todo, es el tercer equipo que mejor paga a sus jugadores, por detrás de los equipos de Milano. La partida de sueldos y salarios supone un inquietante 67% de los ingresos totales, muy cercano a la zona de peligro marcada por la UEFA (70%).
Derivado del gasto en la nómina de los jugadores, necesario para acceder a la Champions, destaca un gasto por amortización de jugadores en la misma línea, suponiendo una cifra, no menos inquietante, de 38 millones de euros.
Finalmente, el dato más positivo es su sorprendente deuda neta inferior a los 30 millones de euros lo que da lugar a un gasto financiero perfectamente asumible por el club turines.
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Capítulo I: Manchester United: el poder de la marca
Capítulo II: Real Madrid: el glamour de los buenos negocios
Capítulo III: Arsenal: la filosofía 'value'
Capítulo IV: Bayern de Munich: Atracción por la 'máquina bávara'
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