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Miguel Ángel Corrales y Tania Antón

VALENCIA. Los business angels ya no son lo que eran, afortunadamente. La corta nómina de grandes inversores, como Juan Roig o Vicente Boluda, que buscaban de forma discreta buenos proyectos empresariales a los que apoyar con su dinero se ha transformado en un pequeño ejercito de anónimos acomodados que busca nichos de inversión menos volátiles y con expectativas de futuro.

La crisis ha cambiado al tipología de los ángeles de los negocios valencianos. "La mayoría son consultores, empresarios o ejecutivos que quieren rentabilizar los ingresos recibidos por la venta de sus empresas o por importantes indemnizaciones" señala Pedro Bisbal, director de la captadora de inversiones CV Business Angels Network. Como demuestra el incremento de inversiones en el extranjero, en la Comunitat Valenciana hay dinero que busca rentabilidad.

En contra del tópico que situaba en el papel de ángel de los negocios a empresarios veteranos o a altos ejecutivos prejubilados, la edad de estos inversores ha bajado, ofreciendo ejemplos desde los 35 a los 60 años. Además, ha crecido su número. "Hemos pasado de trabajar con una media de 15 inversores al año a trabajar con 70 en 2011", asegura Bisbal.

INVERSORES MENOS RICOS Y SIN PRISAS

Este incremento de participantes ha aumentado el capital invertido, aunque los inversores sean menos ricos. "Es más fácil reunir cinco inversores que pongan 25.000 euros que uno sólo que desembolse 125.000" reconoce Bisbal. De hecho, la inversión media de los inversores ronda los 20.000 euros , por medio de ‘tickets' a partir de 5.000 euros que facilita la diversificación de la cartera.

Lo que no es aconsejable es tener prisa en el retorno de la inversión y planteárselo como una operación a largo plazo. "El compromiso de inversión habitual es de cinco a siete años, pero actualmente hay que plantearse que hasta 2017 o 2018 no se deben esperar retornos significativos, señala Bisbal.

INVERSIÓN CON CONDICIONES

Pero no invierten a ciegas, también imponen sus reglas. Bien lo saben José Miguel Corrales y Tania Antón Ruiz, dos ingenieros industriales que iniciaron su proyecto de empresa en enero al quedarse en el paro de sus respectivas empresas. La empresa que fundaron en enero se planteaba como una consultora energética para grandes empresas, pero un mes más tarde descubrieron que ese no iba a ser su destino.

"El proyecto que presentamos a los inversores era un desarrollo que teníamos pensado para dentro de unos años, pero los inversores nos dijeron que ponían su dinero si dejámos todo lo que estábamos haciendo en cuatro meses y desarrollábamos bien la propuesta que les había llevado" recuerda José Miguel Corrales. Así salió adelante Efimarkert.com, una empresa dedicada a la auditoría del consumo energético en los hogares, apadrinada por la aceleradora de empresas Bbooster, dedicada a conectar buenos proyectos e inversores.

En este caso, Efimarket.com captó una financiación de casi 200.000 euros, de la que el 60% es de business angels y el 40% restante corresponde a un préstamo participativo del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) de la Línea IVF Business Angels, puesta en marcha para financiar proyectos innovadores llevados a cabo en la Comunitat Valenciana.

LAS TIC SE IMPONEN

Las empresas tecnológicas son las favoritas entre estos inversores porque es uno de los pocos sectores que ofrecen prometedoras expectativas de crecimiento. Los ejemplos de Twitter o Facebook, nacidas a través de ‘business angels' son referencias de negocio en slo malos tiempos, pero también están teniendo una buena acogida las relacionas con al biotecnología o la fotorobótica. "La clave está en la rentabilidad y esas empresas tienen unas previsiones de crecimiento del 10%" asegura Pedro Bisbal.

"La mayoría de los inversores vienen de negocios tradicionales como la construcción o el mueble, pero también de empresas de servicios tecnológicos que han visto bajar sus ingresos y quieren incrementar la rentabilidad de sus inversiones" apuesta Manuel Juliá, presidente de la Asociación de Empresas y Profesionales de Internet de la Comunidad Valenciana (AVALNET) y conocedor de este modo de financiación.

El conocimiento del sector en el que se invierte no es decisivo en la mayoría de los casos. Los inversores no dan el dinero a empresas, sino a las personas que las tienen que llevar. "Un proyecto puede ser bueno sobre el papel, pero el inversor al final tiene que confiar en la persona que los impulsa" señala Juliá.