A pesar de que el tipo impositivo español seguirá siendo de los más bajos de la UE y de que prácticamente no hay otras alternativas recaudatorias para el Gobierno, los expertos advierten que un IVA más alto puede retraer todavía más el consumo

 -El 1 de julio subirá el tipo general al 18% y el reducido se situará en el 8%

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VALENCIA (VP). En pocos días el IVA español pasará del 16% al 18% en su tramo general, del 7% al 8% en el reducido y seguirá en el 4% en el superreducido, una modificación fiscal con la que el Gobierno pretende recaudar unos 5.150 millones de euros más entre 2010 y 2011 (aproximadamente 1.900 millones de julio a septiembre).

Hasta el momento, el impuesto sobre el valor añadido español era uno de los más bajos de la Unión Europea, cuyos países aplican entre el 15% y el 25%, y su posición comparativa no cambiará demasiado tras la modificación que entrará en vigor el próximo mes de julio, dado que buena parte de nuestro vecinos, algunos de ellos con un IVA superior al español, tienen planificadas subidas similares.

Sólo la economía menos desarrollada de Europa, Chipre, y un paraíso fiscal como Luxemburgo aplican tipos de IVA más bajos que el español (un 15% en ambos casos), mientras que los países nórdicos, aquellos en los que el denominado ‘estado del bienestar' se acerca al ideal, aplican un 25%, como Dinamarca, Noruega o Suecia.

Sin embargo, otros de nuestros vecinos, como el Reino Unido, donde el IVA se situaba en el 15% hace sólo dos años, tiene previsto una subida para el próximo mes de enero del 17,5% al 20%.

El predecesor del actual primer ministro británico, Gordon Brown, rebajó en 2008 este impuesto del 17,5% al 15% para incentivar el consumo, pero la medida no tuvo consecuencias positivas para las arcas estatales y fue retirada.

De hecho, junto a España y Reino Unido se encuentran un buen número de países cuyas deudas se han disparado y que han recurrido o recurrirán a la subida del IVA para amortiguar el incremento del déficit. Es el caso de: República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Grecia, Reino Unido y Portugal.

En los últimos años fueron noticia los vaivenes de este impuesto en Portugal, que en 2005 lo subió del 19% al 21%, en 2009 lo bajó al 20% y recientemente lo ha vuelto a situar en el 21%; o el radical incremento practicado en Grecia hasta el 23%, el más alto de la zona euro.

En Alemania el IVA subió del 16% al 19% en 2007, de modo que ya se sitúa un punto por encima de lo previsto por España a partir del mes que viene.

DUDAS SOBRE SUS EFECTOS INMEDIATOS

La política fiscal es uno de los pocos instrumentos de política económica de los que dispone el Gobierno actualmente, dado que no tiene capacidad de actuar sobre la moneda ni tampoco para influir en otras consideraciones macroeconómicas.

Tras realizar esta observación, algunos de los expertos consultados por Valenciaplaza.com apuntan que las conexiones entre tributación y economía suelen presentar algunas incógnitas, al tiempo que subrayan la dificultan de establecer previsiones fiables.

De hecho, hay quien cree que la subida del IVA frenará la actividad económica, mientras que otros aseguran que la subida es totalmente necesaria para aliviar el déficit público, aunque ambas opiniones no sean contradictorias.

Según apunta Carlos Dieguez, director del área fiscal de Broseta Abogados, "para la subida del IVA nunca hay un momento adecuado. En épocas de crecimiento económico este impuesto tiene un componente inflacionario porque contribuye al aumento de los precios, mientras que en momentos de recesión puede retraer el consumo y retrasar la recuperación económica".

Si se pregunta directamente por las posibles bondades del incremento impositivo es cuando surgen los problemas. "Bueno no será, al menos por el momento, puesto que supondrá un incremento de precios para los ciudadanos y previsiblemente un descenso del consumo. Además, si los empresarios no trasladan el IVA a los consumidores tendrán que reducir su margen de beneficio, y en una época como la actual es complicado que lo puedan hacer".

En 2007 el Gobierno español recaudó 56.000 millones de euros, pero en 2008 esta cifra bajó un 14% y un 30% en 2009 hasta llegar a los 33.000 millones de euros. En lo que va de 2010 se ha recaudado un 21% más que el año pasado, aunque las cifras siguen lejos de la "normalidad" económica.

Es posible que se hayan anticipado algunas decisiones de compra importantes y necesarias, como la de un coche, por ejemplo, antes de la subida del IVA, por lo que se espera una retracción del consumo en el segundo semestre del año.

EL IMPUESTO MENOS POLÉMICO

"Un incremento del IVA no tiene por qué llevar aparejado un aumento de la recaudación, ya que eso sólo depende de la actividad económica, aunque sí que puede influir en la reducción del consumo, porque afectará a muchas decisiones de compra", señala el responsable del área financiera de Broseta Abogados.

Sin embargo, Carlos Dieguez reconoce que "aunque pueda parecer que desde el punto de vista de la ‘justicia' económica una subida del IVA no es lo más adecuado en este momento, este impuesto es el que menos afecta a la recuperación económica y la generación de empleo, ya que si bien detrae el consumo, una subida del impuesto de la renta o de sociedades nos dejaría en desventaja frente a nuestros vecinos europeos".

"Ante la pérdida de ingresos el Estado ha de reaccionar, reducir gastos y aumentar ingresos, como cualquier familia. La reducción de gastos tiene que ver con sus decisiones políticas, mientras que para generar ingresos vía impuestos tiene dos caminos, los directos (fuentes de riqueza, propiedad o renta) e indirectos (IVA). Los primeros tienen una componente ideológica, se paga más cuanto más ganas, pero tendrían también un efecto negativo al quitar la renta disponible a quienes pueden mantener el consumo. Del mismo modo, un incremento del impuesto de sociedades ante el peligro de huida de capitales", añade Dieguez.

"El IVA, en cambio, no afecta a la renta disponible de cada uno de manera inmediata, de modo que si seguimos gastando lo mismo estaremos pagando más impuestos. Por eso creo más acertada una subida de esta tasa que otra directa que, en estos momentos supondría un ataque a la competitividad y el consumo", concluye