PARÍS (EFECOM). Ese plan, según indicó ayer el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, será anunciado tras la reunión del Consejo de Ministros, y se lleva a cabo porque no va a poder cumplirse el crecimiento económico inicialmente previsto para 2012.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, adelantó el pasado 27 de octubre en una entrevista en televisión una rebaja de la previsión de crecimiento del 1,75 % al 1 % en 2012, y dijo que iba a ser necesario hallar la manera de encontrar esos ingresos o ahorros suplementarios.
Sin precisar las medidas, el primer ministro, François Fillon, destacó ayer que el presupuesto para el próximo año iba a ser el más "riguroso" del país desde 1945, e hizo hincapié en la necesidad de conservar "a cualquier precio" la credibilidad financiera.
Entre las hipótesis barajadas este fin de semana por los medios figura una subida del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en la restauración y otros ámbitos como ciertos servicios a domicilio, que de concretarse pasaría del 5,5 por ciento actual a entre un 7 u 8 por ciento.
En la reunión que hoy han mantenido los pesos pesados del Ejecutivo en el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia, se estaría sopesando también, según los medios, una nueva contribución de las empresas cuya cifra de negocios supere los 500 millones de euros (689,2 millones de dólares).
El ministro de Economía, François Baroin, indicó hoy que lo que no se va a plantear es la instauración de una segunda jornada "de solidaridad", un día de trabajo suplementario no remunerado, con el que en 2010, según el periódico "Le Monde", las arcas estatales ingresaron 2.400 millones de euros (3.308 millones de dólares).
"Es una pista que no se seguirá porque el tema del tiempo de trabajo es lo suficientemente importante de cara a la vitalidad de nuestra democracia social", dijo en una entrevista concedida a la cadena "LCI", a la emisora "RTL" y al diario "Le Figaro".
El plan de mañana sigue al anunciado en agosto para reducir el déficit en 12.000 millones de euros (16.541 millones de dólares) en dos años, con medidas con las que se preveía recortarlo en 1.000 millones de euros más este año y otros 11.000 el próximo.
Juppé insistió hoy en que Francia ha alcanzado un nivel de endeudamiento "que no puede aumentar más", pero señaló que los esfuerzos adicionales que se pidan a los franceses con el plan de mañana serán "compartidos y justos".
Por su parte, Baroin añadió que ese plan tiene como objetivo la reforma estructural y el equilibrio entre los gastos y los ingresos, y destacó que busca que el esfuerzo recaiga "lo más posible en aquellos que tienen más medios".
La presión para dar a conocer un nuevo plan de ajuste aumentó el pasado octubre, después de que la agencia Moody's anunciara que en los siguientes tres meses iba a evaluar una posible rebaja de la calificación crediticia de Francia, que por ahora conserva la nota máxima.
"La triple A de Francia es el resultado del trabajo de los franceses, y también de los esfuerzos emprendidos", resaltó ayer el primer ministro, mientras que el titular de Economía hizo hincapié hoy de nuevo en el objetivo gubernamental de lograr el equilibrio presupuestario en 2016.
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