FRÁNCFORT (EFECOM). El italiano Mario Draghi inició este martes su mandato como presidente del Banco Central Europeo (BCE) en un entorno de escepticismo sobre la capacidad de Europa de solucionar la crisis de endeudamiento.
Draghi, de 64 años, asume la presidencia del BCE horas después de que el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, anunciara que someterá a referéndum el acuerdo del segundo programa de rescate a Grecia.
El anuncio ha despertado el temor a que Grecia salga de la zona del euro, se declare insolvente y se intensifique la crisis de la deuda soberana, con un inminente contagio a Italia y España en caso de que los griegos voten en contra.
La rentabilidad de la deuda soberana de Italia superaba ayer el 6,2 % y la de Grecia el 24,3%. El BCE intervino ayew en el mercado y compró deuda soberana de Italia, según algunos operadores.
Menos de una semana después de que los jefes de Estado y de Gobierno de la zona del euro acordaran las medidas para rescatar a Grecia, recapitalizar los bancos europeos y ampliar el fondo de recate, la euforia inicial ha desaparecido y la incertidumbre ha regresado a los mercados financieros tras el anuncio del referéndum de Grecia.
El analista de Commerzbank Christoph Weil considera que el referéndum no se llevará a cabo antes de la primavera del próximo año y en este caso el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los países de la zona del euro no pagarán el próximo tramo del crédito de 5.000 millones de euros previsto para diciembre, ya que la condición es que Grecia garantice que devolverá su deuda a medio y plazo.
Sólo si implementa la amortización de la deuda, Grecia puede asegurar el pago de su deuda, según Weil. Los bancos griegos tienen deuda soberana por valor de 50.000 millones de euros.
Draghi es licenciado en Economía por la Universidad de Roma La Sapienza y obtuvo en 1976 el doctorado en Economía por el Instituto Tecnológico de Massachussets.
En Alemania se ve con escepticismo que Draghi vaya a ser capaz de defender la independencia del BCE y evitar la tendencia a la politización de la entidad monetaria.
En sus discretas intervenciones tras conocerse su nominación como próximo presidente del BCE, Draghi ha manifestado la garantía de continuidad en sus decisiones de política monetaria y en las medidas extraordinarias para afrontar la crisis.
Draghi asume la presidencia del BCE en un momento difícil y afronta el reto de estabilizar la economía de la zona del euro y devolver la confianza en la independencia del BCE, cuestionada sobre todo en Alemania desde que la entidad introdujo en mayo del año pasado un programa de compra de deuda soberana y lo reactivó en agosto de este año para ayudar a Italia y España.
Los representantes alemanes en el comité ejecutivo y en el consejo de gobierno del BCE, defensores a ultranza de la estabilidad de precios, son los que se han opuesto a este programa.
Algunos expertos y quienes le conocen consideran que Draghi es una persona pragmática, más calculadora e, incluso, más cínica que su antecesor, Jean-Claude Trichet, al que califican de más apasionado.
Entre 1975 y 1978 Draghi se dedicó a la docencia en diferentes universidades italianas, lo que hace pensar que su acercamiento a la política monetaria será más riguroso y analítico.
Al hasta ahora gobernador del Banco de Italia le queda pendiente la decisión de bajar los tipos de interés en la zona del euro, actualmente en el 1,5 %.
Es poco probable que el consejo de gobierno del BCE decida el jueves reducir el precio del dinero y los expertos prevén que el recorte se producirá en diciembre.
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