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VALENCIA. Cumpliendo todos los tópicos de los clubes privados y con el morbo de las sociedades secretas, a A Small Word, la red social de los multimillonarios del mundo, sólo se puede acceder con invitación de otro miembro. Fuera de eso, se parece a casi todas las demás: gratuita, informal, de crecimiento viral y con unas estrictas normas de comportamiento, pero todo presentado con mucho más glamur.
Los que forman parte de la red social más exclusiva del mundo quitan cualquier connotación sectaria: en sus conversaciones y entradas no hablan de cómo dominar el mundo, sino de cuándo es la próxima fiesta del Príncipe de Mónaco, dónde hay un buen taller de chapa y pintura para el Aston Martin o cómo contactar de madrugada con el mejor dentista de Berlín. Ocio e inquietudes cotidianas para los más afortunados.
Se persiguen con dureza las prácticas intrusivas (spam), se exige educación en las conversaciones y uso exclusivo del inglés en los contenidos y comentarios realizados en abierto. La infracción de estas normas lleva asociada la peor de las sanciones: expulsión sin posibilidad de retorno.
JOVENES, DISCRETOS Y MILLONARIOS
La edad media de sus usuarios es de 35 años y son en su mayoría británicos, alemanes y estadounidenses. Una minoría declara su actividad profesional, pero los que lo hacen son altos directivos, muchos de ellos del negocio financiero. Un gran porcentaje son anónimos, pero destrás de algunos nicks también se encuentran miembros de casas reales como Andrea Casiraghi, Emanuele Filiberto de Saboya, María Zurita o Carla Royo, modelos como Naomi Campbell o Ivanka Trump o deportistas como Tiger Woods.
A diferencia de Mark Zuckerberg, estudiante de la Universidad de Harvard cuando creó Facebook, A Small World fue una idea de un ejecutivo financiero suizo treintañero, Eric Wachtmeister, y de su mujer, Louise, hasta entonces editora en Vogue Italia y colaboradora de The Huffington Post. Emprendedores en internet, Eric Wachtmeister también está detrás de otros proyectos de red social y servicios especializados de lujo como The World's Finest Clubs o Poken SA.
Una vez dentro de A Small World, el perfil y los espacios de conversación recuerdan al Facebook antiguo, aunque se puede personalizar según el gusto y las habilidades en diseño de cada cual. Lo que es inevitable es la publicidad, por medido de banners en la parte superior del perfil y en la columna de la derecha. Pero en esos espacios no sale la publicidad de cualquiera.
EL LUJO DE ANUNCIARSE
Las principales firmas de lujo no disimulan su orgullo de ser aceptados como anunciantes. Entre las conocidas por los que sólo disponen de una nómina como sustento están Jaguar, Bombardier Flexjet, Audi, Mercedes-Benz, Forbes, TAG, Mont Blanc o Moët & Chandon. Otras, sólo son reconocidas por los iniciados en el mundo del auténtico lujo.
Famosos son también los eventos exclusivos que organiza, principalmente en París, Nueva York, Londres o Berlín, como conciertos privados, apertura de locales que marcarán tendencia o encuentros simplemente para favorecer que las relaciones virtuales de la red se convierten en relaciones personales. Al fin y al cabo, no son gente corriente, pero también son personas.
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