VALENCIA. "Hay pocas cosas en la vida que merecen la pena y casi todas las dejamos pasar". El adiestrador de habilidades directivas Emilio Duró defiende esta máxima desde hace algunos años con un éxito (por lo menos una popularidad) tremenda: 6,4 millones de referencias suyas en internet.
Los que asisten a las conferencias de este ex directivo de Yoplait aseguran que se sale de sus charlas con un 'subidón' de pensamiento positivo que buena falta hace en este tiempo. Su simpatía en el escenario y la claridad en la exposición de las ideas que transmite son sus claves. Pero no valen en todas las plazas.
EL EJEMPLO
Su conferencia habitual, ‘Optimismo e ilusión', dura unos 45 minutos, pero en el programa de televisión El Hormiguero tuvo que vender lo fundamental en cinco minutos... y lo consiguió dejándose algunos pelos en la gatera.
Acierta cuando resume cada respuestas en una frase clave ("Tenemos que recuperar las emociones", "Uno tiene la cara que se merece", "Tenemos que dar vida a los años", "No he visto a nadie que ayude a los demás y no sea feliz" y "No he visto a nadie egoísta que sea feliz"). Sin embargo, tarda mucho tiempo hasta que empieza a lanzarlas en la entrevistas.
Acierta cuando enumera las partes de su explicación, aunque hay un determinado momento en el que es espectador (que nunca va a estar concentrado) se pierde.
Y, por último, acierta cuando termina la entrevista con un resumen general de su teoría en 20 segundos. En este aspecto no hay nungún pero que poner, si no fuera porque a esas alturas quien tenía interés lo conserva y quien no lo tenía y podía haberse ganado para la causa puede haber cambiado de canal (lo peor que puede pasar en un programa de la tele).
OTROS ASPECTOS
Su comunicación no verbal, la que transmite su cuerpo, nos demuestra que Duró está incómodo y no sabe cómo actuar. Empieza muy tenso y con muchas ganas de agradar. Por ese motivo, exagera la sonrisa y va encorvando el cuerpo hacia Pablo Motos hasta tomar una postura muy forzada. Debería haberse apropiado del espacio sentándose más cómodamente y conservando una postura más erguida.
Además, no consiguió coger el ritmo frenético del programa, por lo que resultó lento y las respuestas largas, aunque todas duran menos de un minuto y, consciente de la brevedad, llegue a atropellarse en algunas frases clave, como la cita de Steve Jobs. Quizás El hormiguero no era su espacio.
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