VALENCIA. "Para una empresa valenciana, en estos momentos, la negociación de cualquier tipo de financiación o reestructuración de su deuda se limita a tratar de pasar el examen frío de la comisión de riesgos de la central del banco, situada en Madrid o en Barcelona. No hay más". El diagnóstico lo hace para ValenciaPlaza.com un asesor especializado en negociar con las entidades financieras la reestructuración de su pasivo, resignado al nuevo escenario bancario que se está consolidando en la Comunitat Valenciana.
El sistema financiero español está viviendo un proceso de centralización de las decisiones y la gestión como consecuencia de la crisis del sector y de las fusiones de las cajas de ahorros. "Hay dos elementos clave para entender lo que está ocurriendo, especialmente en zonas como la Comunitat Valenciana, donde hemos perdido a las dos cajas propias, Bancaja y CAM: la concentración de las cúpulas directivas de las nuevas entidades surgidas de las fusiones en Madrid, o como mucho en Barcelona por La Caixa o el Sabadell, y la pérdida de autonomía de las delegaciones territoriales de los grandes bancos", explica un veterano consultor de la menguante city valenciana.
"En Valencia los empresarios nos hemos quedado sin nadie con poder en los bancos a quién recurrir. Los intentos de acercamiento a los altos directivos, habituales en el pasado, son ahora imposibles o baldíos", abunda un directivo de una consultora dedicada a la búsqueda de financiación para nuevos proyectos empresariales.
El discurso de las fuentes consultadas por ValenciaPlaza.com es, en privado, mucho más duro y realista que en público. "Todos estamos negociando con los bancos en estos momentos y nadie quiere arriesgar su negocio con una crítica que pueda ser malinterpretada". La fusión de Bancaja con Caja Madrid, coinciden, ha supuesto una pérdida de capacidad de negociación al alejarse el centro del poder. Y el colapso de la CAM es, quizá, peor. "Hemos perdido el sistema financiero y las consecuencias son estas. Todos intuíamos que iba a pasar pero quizá no esperábamos que fuera tan brusco...", explica un dirigente empresarial.
La dureza de la crisis está acelerando procesos que se antojaban lejanos y, tal vez por ello, no registraron ninguna resistencia por parte de los representantes patronales en la Comunitat Valenciana. El problema ahora es que la persistencia de las dificultades económicas está obligando a las empresas a volver a negociar créditos que ya se habían aplazado hace tres años con la perspectiva de que, a estas alturas, la situación habría mejorado.
"Lo que se encuentran los empresarios valencianos cuando van al banco es al responsable de recuperación de créditos o a la comisión de riesgo. Ocurre con las que fueron entidades valencianas de referencia, donde los directivos con los que han trabajado en el pasado o ya no están o no tienen capacidad de decisión", explica el asesor que abre este artículo, que añade: "Pero también ocurre con las grandes entidades con potentes delegaciones en la Comunitat, como las de los grandes bancos, ya sea el Santander o el BBVA, o La Caixa. Los delegados terrioriales, de los directores de las sucursales ya ni hablamos, también han visto reducida su influencia".
LAS NEGOCIACIONES SE ETERNIZAN SIN PODER RECURRIR A NADIE QUE LAS AGILICE
Más allá del beneficio que suponía la cercanía y el conocimiento personal y de las empresas a la hora de negociar (frente al análisis impersonal que han impuesto los bancos para poder), la proximidad, descentralización y acceso a los directivos con capacidad de decisión tiene otros efectos negativos.
"Ahora los procesos se eternizan. Los expedientes se acumulan en las centrales de los bancos, que tienen que dar el visto bueno a cualquier operación, aunque sean 10.000 euros. Nosotros [por la consultora que dirige] hemos participado recientemente en la refinanciación de una gran empresa valenciana que han durado un año. En ese tiempo hasta han cambiado varias veces los responsables de los departamentos con los que hablábamos. Antes podías hacer unas llamadas a directivos del banco o la caja para tratar de agilizar los trámites. Ahora todo 'está Madrid' o en Barcelona. Tropezamos con un muro", explica gráficamente el consultor.
Son las consecuencias para el sector empresarial de la pérdida del sector financiero valenciano y de la falta de consolidación de Valencia, y por extensión la Comunitat Valenciana, como polo bancario con cierto grado de autonomía. "Lo cierto es que solo si eres un empresario como Juan Roig o Vicente Boluda, a quienes, evidentemente, se escucha si hace falta desde lo más alto de cualquier entidad, tienes acceso a los que mandan. El resto nos tenemos que limitar a que personas a las que, seguramente nunca veremos, estudien la documentación llegada desde Valencia y confiar en que salga adelante", lamentan.
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