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MADRID (EFE). La industria española de componentes prevé una leve recuperación del sector para 2011 ó 2012, tras un año 2009 considerado "catastrófico" y un 2010 pleno de incertidumbres, según José María Pujol, el presidente de la patronal Sernauto, que engloba estas empresas.

Pujol calificó el último ejercicio completo de "desastre", debido a una caída de la producción del 23,3%, por lo que, tras estos malos resultados, que "nos han hecho retroceder años", puntualizó que "trabajamos ya para 2011 ó 2012".

Las secuelas de un año tan malo se han plasmado, según Pujol, en inversiones "cero" en el sector, más de 30.000 despidos y muchos cierres de empresas.

Pujol no se atrevió a dar un plazo para recuperar en España el tejido productivo de su industria que se ha perdido con la crisis, pues "a diferencia del sector de la construcción, que tras unos años se recuperará, en el nuestro, que ha ganado poco dinero, una empresa que se cae desaparece para siempre".

El presidente de Sernauto, también presidente de la empresa Ficosa, mostró una confianza plena en las potencialidades del mercado asiático para la industria de componentes española, porque "son países que tienen una gran imaginación".

A la cabeza de sus preferencias se sitúa China, mercado del que alaba la capacidad de trabajo y de producir de sus trabajadores, sobre todo cuando compara el absentismo de la planta que Ficosa tiene en Shangai, del 1,25%, con la de Barcelona, donde se registran picos de hasta el 14%. Sin embargo, rechaza las posibilidades que para el sector de componentes ofrece el Magreb y, particularmente, Marruecos.

"Nosotros -dijo Pujol- estamos en 19 países y a mí no se me ocurriría, ni loco, irme a Marruecos, aunque quizás, como mucho, pueda planteármelo en asociación con otro fabricante". Para el resto de mercados, Pujol entiende que a Europa Occidental no le queda mucho margen de crecimiento, mientras que la zona del Este sí ofrece posibilidades, lo mismo que América, tanto del Norte como del Sur.

El crecimiento de los mercados emergentes es irreversible, ya que el máximo responsable de Sernauto esgrime que hay cientos de millones de personas en el mundo sin coche y en el futuro lo van a tener.

El reto de internacionalización de la industria española de componentes, para Pujol, está plenamente cumplido, "pues todas las empresas importante estamos repartidas por el mundo".

El coche del futuro, según Pujol, tiene su gran reto en las comunicaciones, en la seguridad y en el confort y pronosticó que a medio plazo "el coche será la oficina".

De sus principales clientes, los fabricantes de coches, Pujol aludió a la deslocalización de los centros de decisión, por lo que "si baja la producción, el riesgo de las plantas en España es grande".

Tras declararse firme partidario de una reforma laboral, comparó las distintas sensibilidades de la Administración hacia los fabricantes de coches y hacia los de componentes, porque "aquí, desgraciadamente, la política es buscar la foto".

La falta de un gran liderazgo, según Pujol, es uno de los factores que han impedido una recuperación económica o mitigar los efectos de la crisis, porque "en nuestro país tenían que haber dado antes el mensaje de sangre, sudor y lágrimas para atarnos el cinturón y ganar el futuro".