BERLÍN (EFE). El presidente del Banco Central Europeo (BCE), el francés Jean-Claude Trichet, ha criticado con suma dureza a los institutos bancarios por su comportamiento tras la crisis financiera.
"Habrían desaparecido todos si no los hubiéramos recatado. Lo tuvimos ante los ojos", afirma Trichet en declaraciones adelantadas ayer por el dominical alemán "Welt am Sonntag", en las que subraya su incomprensión ante el hecho de que muchos ejecutivos crean que pueden actuar como antes de la ruina de Lehman en otoño de 2008.
El presidente del BCE critica especialmente los excesivos salarios, bonificaciones y beneficios alcanzados a corto plazo sin relación con la economía real, que "no concuerdan con nuestros valores democráticos fundamentales".
Asimismo defiende la decisión del BCE, fuertemente criticada por Alemania, de adquirir a partir del 9 de mayo pasado deuda pública de países en crisis como Grecia, Portugal o Irlanda.
"La situación era demasiado dramática. Europa era en ese momento el epicentro de la crisis", explica Trichet a los reporteros del rotativo dominical que le acompañaron en su trabajo a lo largo de varias jornadas.
Trichet considera que los gobiernos alemán y francés tienen una apreciable responsabilidad en la crisis financiera de los Estados, que, explica, se inició hace seis años cuando Francia y Alemania violaron el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
"Me hubiese gustado que la opinión pública alemana hubiese reaccionado con la misma indignación ante la ruptura del Pacto de Estabilidad en 2004 como ante nuestra decisión de comprar deuda pública. Los gobiernos fueron extremadamente poco fiables durante meses y años", señala finalmente Trichet.
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