VALENCIA (VP). ¿Quién no conoce los Cuadernos Rubio? ¿Quién no ha pasado algunos veranos de su vida enfrascado en la mejora de la caligrafía o en los problemas más básicos? La historia de esta empresa familiar valenciana guarda estrechos vínculos con los recuerdos de millones de personas en toda España, y quienes la dirigen lo han sabido explotar.
Desde su fundación en 1956, Cuadernos Rubio supone un gran ejemplo de crecimiento, posicionamiento e imagen de marca en torno a un producto extremadamente específico y limitado como son las libretas de ejercicios para niños, pero en los últimos años ha iniciado un proceso de diversificación y compromiso social que, en una de sus vertientes, ha desembocado en las antípodas comerciales, es decir, en un sector completamente diferente y desconocido.
Quizá fruto precisamente de la limitación comercial, pero también de las posibilidades que ofrecen actualmente las nuevas tecnologías de la información, la empresa de cuadernos se lanzó hace cinco años a la producción y comercialización de ropa para niños, unas prendas con un estilo singular e identidad propia, en las que volcar su trabajada imagen de marca.
Fueron los vínculos profesionales y más tarde personales (pareja sentimental) del responsable de la compañía, Enrique Rubio, con la diseñadora Hortensia Maeso los que dieron pie al nacimiento de Rubio Kids, una parte de la empresa que en su primer lustro de vida ya ha alcanzado una tercera parte del volumen de facturación de la empresa matriz.
"Pese a haber iniciado la actividad en plena crisis del sector textil", explica Enrique Rubio, gerente de la empresa, a Valenciaplaza.com, "este año tenemos una previsiones de ventas en torno al medio millón de euros , cien mil más que el año pasado, entre las ventas a tiendas multimarca y establecimientos propios".
"Se trataba de un nicho de mercado sin explotar en España, puesto que prácticamente todo estaba copado por firmas italianas, así que vimos el hueco y abrimos una tienda madre en Valencia. Este formato está pensado para convertirse en franquicia y de hecho en los últimos meses hemos recibido peticiones de Madrid y Arabia Saudí a raíz del éxito obtenido en la última pasarela Cibeles", explica el hijo del fundador de Cuadernos Rubio.
EL NEGOCIO DE LOS CUADERNOS
Actualmente el negocio de los Cuadernos Rubio factura 1,4 millones de euros gracias a la venta de unos cuatro millones de estas características libretas en toda España.
"Nuestros objetivos de crecimiento son ajustados pero constantes, de modo que este año esperamos alcanzar los 1,5 millones de euros, y eso teniendo en cuenta que nuestro producto se vende a medio euro aproximadamente", explica Enrique Rubio, un economista de 51 años que ha dedicado la mitad de su vida a la empresa familiar.
De hecho, las previsiones podrían ser ampliamente rebasadas puesto que la empresa ya logró el año pasado ‘abrir la puerta' de grandes superficies como Carrefour, Alcampo y Eroski, una estrategia que le ha supuesto un nuevo impulso comercial.
"Lo peor de la crisis nos dejó un descenso del 10% en las ventas, pero afortunadamente parece que la empresa ha recuperado el volumen de ventas", añade.
EL SUEÑO DE UN PROFESOR PARTICULAR
Cuadernos Rubio es el fruto de la iniciativa personal de Ramón Rubio, un profesor particular que empezó a editar estas libretas de ejercicios como refuerzo para sus alumnos a mediados del siglo pasado.
"Mi padre era profesor mercantil, daba clases a los trabajadores de banca, que en aquella época tenían que hacer frente a multitud de cuentas a mano y cuya escritura tenía que ser perfectamente legible y adornada. Primero creó unas fichas de ejercicios, y luego las probó en algunos colegios. Esa fue la génesis de los cuadernos Rubio", explica su hijo.
La empresa alcanzó su mayoría de edad a mediados de los años 80, cuando superó quince millones de cuadernos vendidos en un año, cerrando la década con una media superior a los diez millones anuales.
Actualmente las ventas no alcanzan ni el 50% de los máximos logrados por la empresa, fruto de la dificultad que supone competir contra las nuevas tecnologías y también de algunos errores estratégicos, como fue el cambio de imagen que la empresa proyectó en los 90.
"Los cuadernos dejaron de lado sus colores tradicionales, el amarillo y el verde, para incorporar el color, pero fue un error que nos costó un extenso trabajo para recuperar la imagen de marca. La gente pensó que habíamos dejado de existir cuando únicamente habíamos cambiado el color de nuestro producto", señala el gerente de la compañía.
Además de recuperar parte del terreno perdido, la compañía ha invertido en su compromiso social con la creación de una fundación que trabaja, entre otras cosas, para fomentar el respeto hacia el profesor, la educación de los niños con menos recursos y también en mejorar la vida de las personas mayores a través de cuadernos que mejoran su capacidad cognitiva.
Hola soy emy tengo 40 anos me gustaria ablar cin uno de fam rubio estoy ebarazada i no tengi trabajo. Necesiti ablar con la fam rubio vivo en barcelina
Desconocía que Rubio fuera empresa valenciana
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