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La cocina popular de Cajamadrid

JULIO GARCÍA CASTILLO. 13/06/2010

"En los mentideros de la capital del Reino se comenta que FAES ha puesto en los fogones de la fusión Bancaja-Cajamadrid a su equipo de gala. Capitaneado por los economistas Aldo Olcese y Luis de Guindos..."

-UN 'CAJERO' LLAMADO RODRIGO RATO

MADRID. "La ventaja de las fusiones frías", me dice un consultor madrileño con clientela de cajas de ahorros, "es que permiten seguir sentados en la poltrona a los presidentes y consejeros. Una fusión caliente (en realidad es siempre una absorción), obliga a levantar muchos traseros porque no caben dos en un sillón".

"En cualquier caso", continúa, "el acuerdo entre Cajamadrid y Bancaja, más las cinco damas de honor (Insular de Canarias, Laietana, Segovia, Rioja y Ávila) configura un noviazgo a corto plazo. Dentro de unos cinco años, deberán decidir si hay boda o ruptura. Al menos habrán aprovechado los 4.000 millones y pico de la dote del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria para rehabilitar las casas respectivas. Que en ambos casos están apuntaladas y llenas de goteras. ¡Pero esa dote hay que devolverla y al 7,75 por ciento de interés! Y no olvidemos que fracasa más del 70 por ciento de las fusiones, hablando en términos generales".

Si Rato buscaba una plácida existencia profesional, después de su deserción del Fondo Monetario Internacional y parada intermedia en jugosos negocios de intermediación, no ha elegido el mejor destino. Desde que tomó posesión de la presidencia de Cajamadrid, a finales de enero, se le acumula el trabajo. El pacto entre caballeros del Partido Popular le impide criticar la herencia recibida. Pero ha encontrado una entidad en retroceso durante la etapa de Miguel Blesa (ha cedido magnitudes respecto a La Caixa). Blesa, un inspector de Hacienda autoritario con limitados conocimientos del sector financiero, embarcó a la empresa en arriesgadas aventuras que terminaron muy mal. Por ejemplo, luego de difundir que se iba a centrar en la expansión internacional, hizo comprar el Banco de Miami, al que Rato ha tenido que poner el cartel de "se vende" a precio de saldo.

Los préstamos a la quebrada inmobiliaria Martinsa-Fadesa estuvieron rodeados de suspicacias. No tanto por un error crediticio, muy común en plena burbuja, como por las inexplicables idas y vueltas del alto ejecutivo Carlos Vela. Responsable de créditos en Cajamadrid, pasó a consejero delegado de la inmobiliaria y, luego de trayectoria tan poco ejemplar, fue propuesto por Blesa como consejero-delegado de la rutilante corporación industrial Cibeles. La sorprendente candidatura soliviantó a una comisión ejecutiva normalmente dócil al presidente. Y Vela se quedó sin ocupación. Tal vez aquí comenzó la caída en desgracia de Blesa, por méritos propios.

El economista neoliberal Alberto Recarte, consejero de la Caja, presidente de Libertad Digital (léase Jiménez Losantos) y "fan" declarado de Esperanza Aguirre, le declaró una guerra sorda, que ha terminado como todos sabemos. Recarte es patrono de la fundación FAES, presidida por Aznar.

DE GUINDOS, MINISTRO EN LA SOMBRA
En términos de gastronomía popular (nunca mejor dicho porque todo se guisa en este partido), el cocido madrileño y la paella harán el tránsito hasta (supongamos) un arroz al horno con garbanzos. Mientras tanto, las cocinas de PP están a pleno rendimiento para que el menú no sea indigesto. En los mentideros de la capital del Reino se comenta que FAES ha puesto en los fogones a su equipo de gala. Capitaneado por Aldo Olcese y Luis de Guindos.

En noble competencia con Cristóbal Montoro, y eclipsado Manuel Pizarro, De Guindos es un ministro en la sombra, que estuvo en la terna de presidenciables para Cajamadrid. Es responsable de Servicios Financieros en Pricewaterhouse Coopers (PWC), y ha escrito y hablado profusamente sobre el futuro de las cajas. Secretario de Estado de Economía con Rato, en su carrera se produjo un relativo borrón: cuando fue presidente para la Península Ibérica de Lehman Brothers, aquel banco de negocios estadounidense que entró en bancarrota tras contribuir activamente a desatar la crisis financiera norteamericana. Como hombre siempre bien informado, y antes de conocerse la quiebra, De Guindos recomendó a sus directivos que se buscaran la vida en chiringuitos más solventes. Pertenece pues a los expertos de la vieja hornada, si bien sólo tiene 51 años.

Pero la salvación de la economía real (y de Cajamadrid) sigue en manos de cerebros como el suyo, antes de que se produzca la anunciada regeneración del capitalismo. De momento se ha marcado dos tantos. El último, la coordinación del libro de FAES "España, claves de prosperidad. Ocho años de estabilidad y crecimiento", alabanza a las etapas de Aznar. El primero, haber conseguido la proeza que el ex presidente del Gobierno posara junto a Rajoy y Rato en conmemoración del 20 aniversario del primer ejecutivo aznarista. Y es que una foto vale más que mil desavenencias. Lo que se dice, un hombre de consenso a quien se puede hacer cualquier encargo bien remunerado.

EL OPTIMISMO DE OLCESE
Al igual que Luis de Guindos, Aldo Olcese, 54 años, acumula cargos (su enumeración desbordaría este artículo) y se mueve como pez en el agua financiera. Su perfil es más discreto, pero no menos contundente. También atrono de FAES, como Recarte, ha sido presidente del Instituto Español de Analistas Financieros que, entre otras materias, ha formado a profesionales para el diseño y la venta de productos a veces ininteligibles y hoy con muy mala prensa.

Como todo buen analista de la situación, le gusta hacer predicciones. Repasando la ciberteca, en junio de 2008 protagonizó un coloquio con internautas. Destaco dos preguntas y sus dos respuestas que la realidad posterior ha desmentido.

-1."¿Es para usted esta crisis coyuntural o por el contrario cree que se trata de una crisis de estructura que está tocando la misma base del capitalismo, el petróleo y las finanzas?"

-"Yo creo que es una crisis de coyuntura que espero no pase a crisis estructural. Una de las facetas fundamentales para que una crisis de coyuntura no pase a estructural es que no se perjudique la confianza, precisamente dando señales de más crisis de la que realmente hay. El origen de la crisis, que fue financiero y de liquidez, ha empezado a remitir. El efecto petróleo e inflación siguen siendo preocupantes, pero creo que la tensión será coyuntural y que los tipos de interés de la eurozona van a empezar a bajar para las vacaciones".

-2. "¿Estamos actualmente en el punto álgido de la crisis? y si es así, ¿cuándo estima que podremos ir remontando?"

-"Creo que todavía veremos en España un punto más álgido de la crisis, cuando empiecen a aparecer las reducciones de cuentas de resultados de algunas instituciones financieras, que ahora afloran las importantes provisiones que han tenido que dotar por los fallidos inmobiliarios. Esto lo veremos en este tercer trimestre que entra, y va a representar una cierta quiebra de confianza adicional. Pero mi impresión es que a partir del primer trimestre de 2009 las cosas tenderán a cambiar realmente, iniciándose una suave recuperación. Además, quiero dejar claro que la salud del sistema financiero español es muy elevada y podrá absorber sin grandes dificultades la crisis inmobiliaria".

Lo cual demuestra cuán injusto es adjudicar a Rodríguez Zapatero, como hace el PP, la exclusividad del optimismo antropológico.

RATO REPIENSA SU EQUIPO
Algunos observadores censuran a Rodrigo Rato que no tenga prisa en nombrar a su equipo de alta gestión. Igual se le podría alabar por su prudencia, ya que no es lo mismo ser absorbido por La Caixa (como se llego a especular) que fusionarse fríamente con Bancaja y otras. De momento ha ordenado ofertar inmuebles con "importantes descuentos" en la Feria de Valencia o en localidades de la periferia madrileña. En tanto llegan o no llegan Juan Costa, Goirigolzarri (prejubilado del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria con 3,4 millones al año y más de 50 millones en un fondo de pensiones), o cualquiera de los múltiples aspirantes al segundo puesto, trabaja con el desmoralizado equipo de Blesa; los directores generales Matías Amat e Idefonso Sánchez-Barcoj al frente. Le queda una larga tarea. Cerrar oficinas, o intercambiarlas con Bancaja, y deshacerse de participaciones no rentables. Asumir la mayor parte de los 450 millones de euros que costará despedir a 2.200 empleados en las siete cajas asociadas, subir la moral a una plantilla desconcertada...

Y, sobre todo, establecer un plan estratégico, apoyado por los gurús del PP, que permita remontar la caída en los beneficios y devolver al Frob su nada generosa aportación.

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1 comentario

clark_kent escribió
17/06/2010 17:53

¿la sede social en Valencia de una entidad llamada Cajamadrid? Ahora mismo la sede social de Bancaja está en Castellón, y ya vemos Castellón lo que pinta en todo esto. Nos la han metido doblada. Sobran se calcula que en torno a 500 oficinas y 1500 empleados. Lo de la CAM de vergüenza. Cuando fueron a negociar el SIP con Cajamurcia, ésta se les subió a las barbas y pese a ser el 30% en tamaño, querían el 50% del pastel y la sede en Murcia. Claro que tenían a su presidente detrás. Aquí ¿dónde estaba el Sr.Camps? Ahora nos lamentamos y decimos que los SIPs nos parecen maravillosos, por no llorar.

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