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LUXEMBURGO (EUROPA PRESS). Los ministros de Economía de la zona euro dieron hoy su aprobación final al fondo de rescate dotado con hasta 750.000 millones de euros para los próximos tres años que se creó el pasado 9 de mayo para frenar el contagio de la crisis de deuda griega a España y Portugal.

En concreto, el Eurogrupo aprobó el instrumento de 440.000 millones de euros en forma de garantías de los países de la eurozona. Con estas garantías se recaudarán fondos en los mercados para prestárselos a los países con dificultades para refinanciar su deuda, imponiendo condiciones "estrictas".

Además de estas garantías bilaterales, el fondo de rescate incluye un tramo de 60.000 millones de euros del presupuesto de la UE, que será el primero que se use en caso de necesidad, y una contribución de 250.000 millones de euros del Fondo Monetario Internacional.

El instrumento de 440.000 millones de euros estará operativo a mediados de junio, una vez que la mayoría de los Estados miembros de la eurozona hayan aprobado sus respectivas garantías, según explicó el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Juncker. Los grandes países, como España, Alemania y Francia, ya lo han hecho. El Gobierno español ha aprobado avales por valor de 53.900 millones de euros, el 12,24% del total, tal y como le corresponde por su cuota en el Banco Central Europeo (BCE).

La denominada Facilidad Europea de Estabilidad Financiera se regirá por la legislación luxemburguesa y sus accionistas serán todos los países de la eurozona. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) actuará como prestador de servicios y apoyo administrativo. Cualquier país que quiera utilizar este fondo deberá someterse a un programa de ajuste fiscal similar al que se ha impuesto a Grecia. Está previsto que no se requiera autorización de los parlamentos nacionales cada vez que haya que activar el mecanismo.

Los países de la eurozona adoptaron una serie de medidas para "garantizar el mejor 'rating' posible para los bonos emitidos por la Facilidad", dijo Juncker. Así, cada país garantizará su cuota correspondiente de los bonos y un 20% adicional.