VALENCIA (VP). La nueva cara visible de Bodegas Murviedro es la de Diego Talavera, un ejecutivo joven pero con más de quince años de experiencia en los departamentos de exportación de bodegas catalanas y riojanas con presencia internacional. Su 'puesta de largo' tuvo lugar ayer en el edficio Veles e vent, en un acto marcado por la despedida de su predecesor, Michael Grin, que se jubila.
A pesar de que su fichaje por Murvierdro se produjo hace sólo tres años, los responsables de la multinacional suiza Shenk, a la que pertenece Murviedro, han considerado que Talavera es el directivo adecuado para sustituir a Grin, estandarte de la bodega desde su nacimiento.
Además, esta firma cuenta con el enólogo ‘de moda', el berciano Pablo Ossorio, autor de varios de los vinos más premiados en los últimos tiempos, un apasionado de las técnicas más modernas de vinificación y también de las variedades autóctonas valencianas, que ocupará el puesto de director técnico.
En los últimos cuarenta años, el tiempo durante el que Grin ha dirigido la compañía, Murviedro ha pasado de ser una bodega esencialmente ‘granelera' a producir más de 17 millones de botellas de vino al año y desmarcarse como una de los centros de investigación vitivinícola más importantes de España.
Actualmente factura 18 millones de euros al año con un incremento del 5% anual en los últimos cinco ejercicios, si bien la previsión para el presente es del 12%. Cuenta con 62 empleados, todos ellos profesionales cualificados y está presente en 40 países.
"Somos la primera bodega valenciana fuera de nuestras fronteras y ahora queremos ser profetas en nuestra tierra, queremos ser queridos y apreciados porque no estamos consolidados al cien por cien en nuestro territorio. No somos los primeros, pero lo seremos porque contamos con el mejor equipo y hemos realizado una planificación a largo plazo, no tenemos prisa", ha explicado Diego Talavera.
En opinión del nuevo director general de Murviedro, "el control del canal es el primer objetivo", aunque advierte que "hay referencias de la bodega que nunca estarán en los supermercados, una línea comercial importante pero que no es la base de nuestra estrategia".
"Tampoco nos vamos a meter en la guerra de los precios ni del granel, ya nos alejamos de este segmento y no vamos a volver, por eso no vendemos demasiado en Asia. Aunque se puede decir que se vende vino más al año en el barrio de Ruzafa que en todo el mercado asiático", ha puntualizado Talavera.
En referencia a los Estados Unidos, ha reconocido que se trata de otro de los objetivos a medio plazo, aunque con matices. "En Estados Unidos ahora mismo sólo vende vino Marqués de Cáceres, y a costa de bajar los precios una barbaridad. Es un mercado en el que hemos intentado entrar cuatro veces y no lo hemos conseguido, pero lo haremos. Nuestra apuesta es la bobal".
Bodegas Murviedro, presente en las tres D.O. valencianas, ha empezado a producir recientemente también en Jumilla y tiene previsto el lanzamiento de un blanco de Rueda y un cava cien por cien Chardonnay.
También maneja otras líneas de negocio, fruto de la constante investigación que dirige Pablo Ossorio, y que han conducido a la comercialización de nuevos 'inventos' (una membrana que elimina el oxígeno disuelto en el vino) y productos químicos (levaduras) para la elaboración de vinos.
"En tres o cuatro meses podremos anunciar un proyecto de enoturismo en las cuevas de Requena", apunta el enólogo Pablo Ossorio, quien además dio pistas sobre un nuevo vino que Murviedro podría producir en El Bierzo, su comarca natal.
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