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VALENCIA. "No hay dinero". Esta es la frase más repetida cuando se inquiere a cargos de la Generalitat o del propio PPCV sobre la situación económica y los recortes ejecutados o previstos. En las últimas semanas, se han adoptado una serie de medidas bajo la modalidad de ‘goteo' que han ocupado un importante número de titulares y espacio en los medios de comunicación escritos y audiovisuales.

La última iniciativa la tomó ayer la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, al anunciar que el consistorio eliminaría la Mostra y destinaría los 1,7 millones de euros a "otras cosas necesarias".

La receta de los responsables políticos ante la crisis parece clara: a falta de poder ‘vender' inversiones,  o planes de cualquier tipo, es necesario poner el acento en ahorro y austeridad. Así, en las últimas semanas, se ha anunciado diversas iniciativas desde todas las administraciones valencianas que, pese al pírrico respiro que suponen para las arcas públicas, han logrado relevancia por referirse a actos emblemáticos o instituciones en el punto de mira.

Una de ellas consistió la reducción de 30 puestos directivos de RTVV, con un ahorro de 1,2 millones de euros. El gasto de personal anual en el ente público valenciano roza los 80 millones de euros.

Otra de las medidas anunciadas que obtuvo calado en los medios fue el cierre de cinco oficinas del IVEX de las 24 existentes. Sólo el depósito dejado en la sede de México supone  224.517 euros, aunque ésta oficina se mantendrá. 

La Generalitat también hizo público recientemente que este año no se celebrará el tradicional ágape y las celebraciones lúdicas en la festividad del 9 d'Octubre, lo que conllevará un alivio de 200.00 euros para las arcas públicas. La clásica cena previa a esta fecha que tenía lugar en la Diputación para unos 500 comensales también ha sido suprimida, con un ahorro de 35.000 euros.

Es lógico que, en la situación actual de máxima dificultad económica, cualquier gasto superfluo o prescindible sea susceptible de ser eliminado pero, con una deuda de más de 20.000 millones de euros, unas empresas públicas que generan un gasto anual de 3.600 millones de euros y que amasan una deuda de más de 6.000, las medidas de carácter ‘efectista' se han convertido en el ‘chocolate del loro' de cara a la opinión pública. Mientras, la sociedad y los medios siguen a la espera de que lleguen las verdaderas decisiones difíciles que, cada día, resultan más urgentes.