La empresaria pasa revista al estado de la crisis inmobiliaria, explica cómo está logrando mantener a flote a su empresa, Edival, el protocolo familiar de los Puchades, clave para el futuro de la firma, y opina sobre la política autonómica, los indignados, el estado de bienestar...
VALENCIA (EVA PALOMARES). Es la penúltima de una familia numerosa de diez hermanos. Pero ahora es quien representa a la empresa familiar, Edival. Teresa Puchades Olmos (Valencia, 1956) es el eslabón entre su generación y la que viene, que ya está tomando posiciones. Es licenciada en Historia Contemporánea pero su carrera profesional se ha desarrollado en el mundo de la empresa familiar. Y tiene muy arraigada la filosofía de su compañía, de su familia y de su papel en ambas. Se expresa con tranquilidad, con la voz baja, e insiste y recalca la misma idea de continuidad en la empresa, del trabajo diario y de pelea constante. Para ella eso "es hacer empresa", así se prospera y se avanza en medio de la crisis y así no se piensa precisamente en ella y sí en los crecimientos, en la actividad, en la proyección, en el futuro.
A Teresa Puchades no le tienen que contar cómo sostener una empresa en esta época. Lo está haciendo, a golpe de imposición de protocolo familiar, tras la repentina pérdida de su hermano, Manuel Puchades, anterior presidente de la firma Edival. Y está decidida a llevar a la empresa a buen puerto. La hoja de ruta ya estaba trazada, la inició Manuel Puchades, y ella ha tomado su relevo desde la serenidad y las ganas de trabajar y pelear.
-¿Comparte Edival las cifras del sector de cinco meses de caída en las tasas de compraventa de viviendas?
-Sí. Las circunstancias económicas actuales, la crisis de confianza y que se hayan retirado las ayudas a la compra de vivienda a finales de año han producido que acusemos bajadas en los niveles de venta, paralelamente a lo que sucede en el sector. Mantenemos la actividad y tenemos cuota de mercado pero se está manteniendo a niveles mínimos porque existe incertidumbre en el consumidor, imposibilitando, muchas veces, las transacciones.
-Entonces, ¿cómo está ahora?
-Superándose y mejorando. Ahora trabajamos con muchos contratiempos: falta de confianza, de actividad, de financiación y un cambio en el modelo económico total, pero nos estamos adaptando al nuevo entorno. Se ha producido una redistribución del tejido empresarial por la recesión y ha sido un periodo más largo y profundo de lo que se preveía. Al final, forma parte de nuestra forma de trabajar. Afrontar la crisis es hacer empresa.
-¿Qué ha impulsado desde la presidencia?
-Sobre todo me ha tocado la tarea de manejar la empresa en esta situación, redimensionarla, trabajar con circunstancias muy adversas y motivar al equipo humano con el objetivo de continuar la actividad. Mi etapa representa la renovación para conseguir que la empresa siga teniendo un proyecto de futuro. Realmente, y así lo he dicho en numerosas ocasiones, la mayor de las crisis y el golpe más duro que hemos recibido fue el fallecimiento de mi hermano Manuel. Nos ha dejado una gran ausencia en todos los sentidos. Como gran empresario y por su amplia visión del negocio fue un hombre muy previsor y supo dejar a la compañía con una buena gestión realizada. Y al día. Actualmente su hija Mar Puchades se encuentra al frente de la dirección de la empresa y está desarrollando una excelente labor.
-¿Qué deberes le quedan por hacer?
-La internacionalización sería lo que tendríamos pendiente. Los otros deberes los hemos hecho desde el primer día para mantener la continuidad, para abordar el nuevo ciclo como empresa familiar cuidando el equipo humano, uno de nuestros valores más destacados. Fuimos los primeros en adaptar el precio del producto a la demanda y a la situación actual, adelantándonos a la crisis. Y ahora insistimos, más si cabe, en la continuidad de nuestro negocio. Sabemos ser empresa porque contamos con una larga trayectoria de más de treinta años en el sector y con una sólida proyección respaldada por el equipo accionarial. Desde la continuidad y con el nuevo entorno, nos planteamos la salida al exterior que se llevará a cabo en el corto plazo. Simplemente es mantener la filosofía de la empresa adaptada al contexto global.
-¿Cuáles han sido sus principales renuncias para mantenerse en activo?
-No hemos renunciado a nada. La actividad se mantiene, pero a otros niveles. La banda de precios en la que nos movemos, por debajo de los 200.000 euros, ha funcionado, al menos, poco a poco. Nuestros productos nos permiten mantenernos en activo y seguir atentos al cambio.
-Además de la iniciativa del alquiler que iniciaron cuando empezó la crisis, ¿han desarrollado alguna otra línea?
-Aunque genera unos ingresos recurrentes, el alquiler no es una de las actividades más destacables en el conjunto de la empresa. En esta etapa no hemos alquilado mucho porque hemos vendido para obtener liquidez y reducir nuestro stock. Estábamos en actitud de vivienda de rotación. La venta es donde hemos sido más fuertes en los años de crisis y la vamos a seguir manteniendo como área principal. En vivienda vacacional y turística ya nos queda poco por vender. Sólo nos queda acabar de vender en Comunitat Valenciana y Murcia. Pero además, hemos desarrollado en los últimos años el trabajo en colaboración, como gestores inmobiliarios que somos, para otros promotores y entidades financieras a través de Edival Gestión Inmobiliaria y Desarrollo Integral de Desarrollo Inmobiliario. Llevamos la gestión comercial, de suelo y soluciones de problemas inmobiliarios. Este área representa el 15% de la actividad de la empresa, el resto es VPO y vivienda libre a muy buen precio.
-¿Para qué entidades financieras desarrollan la gestión inmobiliaria?
-Para Cajamurcia, Banesto, Cajamar, Banca March, Santander... Tenemos proyectos con ellos pero hasta que no se reorganicen no tomarán posiciones al respecto. Este año no lo tienen como prioridad, se están reorganizando.
-¿Estudian participar o quedarse con algún gran proyecto inmobiliario abandonado por algún promotor de la competencia?
-Si se nos presentara la oportunidad, lo analizaríamos con mucho rigor, como hemos hecho siempre. Ahora mucho más por los bajos niveles de venta que predominan y con el condicionante añadido de las dificultades de financiación del proyecto, porque sin seguridad 100% no hay financiación. Este detalle es determinante. Además, existen más condicionantes. Necesitamos esperar para distinguir qué proyectos tienen más posibilidades de materializarse. La oferta nunca tiene que ir por delante de la demanda y nosotros todavía estamos vendiendo viviendas acabadas por lo que no tenemos una visión clara, desde el centro de la crisis, de qué proyectos podrían materializarse con mayor seguridad porque sabemos que las cifras anteriores no van a volver. También hay que esperar a que vuelva la financiación. Desde la prudencia Edival, dentro del sector, es una de las pocas que se mantienen en pie y, en el medio plazo, conseguirá volver a los ritmos anteriores.
-¿Han estudiado alguna alianza con alguna empresa de perfil similar?
-De momento no. Pero no se descarta, sobre todo en el ámbito internacional. Tenemos de dos a tres años para purgar la deuda. Luego ya nos plantearemos estos objetivos, si es que se hacen necesarios. No me gusta ser tan drástica, pero ante la nueva coyuntura prefiero ser realista e ir paso a paso. A corto plazo tenemos previsto que se siga vendiendo vivienda metropolitana de precio medio y medio bajo, y VPO. Y el 40% de nuestro producto es así. Además, ahora contamos con la clasificación de construcción y abarcamos todo el producto inmobiliario. Queremos dar soluciones nuevas para estar ahí cuando la actividad vuelva a la normalidad.
-¿Qué balance hace de la política de alquiler y de vivienda protegida en la Comunitat Valenciana?
-La Administración en general ha reaccionado tardíamente ante la crisis. La burocracia ha obstaculizado mucho. El empresario, por la cuenta que le trae, ha tenido que ajustarse más rápidamente. O cerrando o siguiendo con su actividad conforme podía. Es necesario que se impulse, de manera determinante, una vivienda con unos niveles de posibilidad de adquisición para un sector de la población de recursos más limitados. En este sentido, la VPO se debe ampliar, promover y mantener. Lo que está claro es que en mitad de la crisis si se saca un buen proyecto de VPO en un municipio que exista demanda de vivienda, se absorbe enseguida por el mercado. Eso mismo nos ha sucedido en Torrente. Se ha comercializado rápidamente.
-¿Los bancos apoyan este tipo de promociones o también se resisten a financiar estas viviendas?
-Ponen dificultades como con las otras promociones. Ellos ahora también tienen viviendas que vender y es lógico que vayan con cuidado a la hora de financiar nuevos proyectos de este tipo. Son muy cautos. Tienen que asegurarse que la promoción que salga será bien acogida por el mercado. La banca tiene dos años para equilibrarse y no está en disposición de hacer nuevos préstamos. Nosotros nunca hemos iniciado un proyecto sin un estudio de demanda. Y, como mínimo, antes de iniciarlo, tenemos que tener asegurado el 70% de las ventas. Si una vivienda se consigue vender es porque está muy bien ubicada y tiene las mejores características. El problema a futuro no va a ser la vivienda sino la gran deuda de suelo que hay. Habrá suelo que nunca será urbanizable y otro que no lo será hasta que no desaparezca el stock.
-La bajada de precios tan fuerte en vivienda libre, ¿qué efecto ha tenido en la VPO?
-Son dos mercados que funcionan por separado. Los compradores de VPO no son los de vivienda libre, porque además del precio los compradores reciben unas ayudas para la adquisición de vivienda por lo que no es comparable lo que sucede en un mercado y otro mercado. El de vivienda protegida sigue vendiéndose.
-¿Hacia dónde cree que debe dirigirse ahora la política de vivienda tanto nacional como autonómica?
-Ahora la clave no es el plan de la vivienda. La clave está en reducir el número de desempleados, generar más actividad económica y que la banca vuelva a funcionar. Si esto no se desbloquea no habrá otro entorno posible en el que haya confianza y se normalicen las necesidades.
-¿Cómo cree que se asimilará el stock de viviendas?
-El stock irá encajándose porque desde hace dos años no hay más proyectos de obra nueva.
-¿Está de acuerdo con el discurso de José Vicente González, presidente de Cierval, que plantea que una de las soluciones pasa por abaratar el Estado del Bienestar?
-Sí. Es una crisis de economías maduras que no daban más de sí. Por eso hay que revisarse y reaccionar para paliar sus efectos, y tomar medidas para paliar el impacto de la crisis global. Es muy importante renovarse sobre todo en un momento tan crítico. Los modelos anteriores se han consumado y han pasado ya su etapa. Ahora hay que tomar el testigo desde la firmeza del empresariado que quiere tener una presencia real y comunicadora. Los nuevos patronos se están moviendo mucho en su papel y nos han puesto al frente de la nueva situación.
-¿Qué aconsejaría hacer al empresariado valenciano para superar esta situación?
-Tendría que buscar mercados alternativos, reinventar las líneas estratégicas del negocio y mantener la dimensión adecuada para superar esta travesía. La crisis es la realidad. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y si no podemos mantener esta situación hay que cambiar criterios, gestión... Hay que priorizar desde el realismo sin renunciar a los valores esenciales como la educación y la sanidad para todos. Los servicios que son deficitarios no servirán.
-¿Qué opina de los cambios en la Generalitat?
-Nos encontramos en una etapa en la que estamos inmersos en un cambio tan importante que es difícil valorar lo que pasa. Se acoge bien el cambio pero a nivel empresarial y social el nuevo gobierno tiene que demostrar un compromiso mayor y ponerse al servicio de los actores sociales y económicos para que no haya retrasos y todo funcione de manera eficiente.
-¿Es más fuerte una empresa familiar ante estas adversidades si ha pasado previamente por la profesionalización?
-Sin lugar a dudas, es más fuerte una empresa familiar con profesionalización. Da más fuerza a la organización y sentido común para evitar tensiones y volver a reposicionarse como empresa viable desde la calma. Los accionistas están serenos y apoyan el proyecto en unidad que da fortaleza para continuar y dar solidez al proyecto.
-¿Qué opina de los indignados?
-La crisis está durando mucho en el tiempo y existe un descontento social ante la falta de determinación de los políticos. Este descontento se debería de plasmar pero no ha sido drástico. Se ha manifestado de una forma tranquila para transmitir descontento propiciado desde las redes sociales que no ha tenido una plasmación, hasta ahora, más allá de su propuesta. Simplemente porque no hay unidad y no se concreta. Si no se concreta en el futuro, dentro del sistema democrático actual no tiene fuerza.
-¿Cómo ve el futuro laboral de los jóvenes?
-Los jóvenes de ahora son una de las generaciones más preparadas pero tienen dificultades para acceder al mercado laboral, como sucedió en los 80. Nosotros, desde la Universidad, favorecemos el emprendurismo en un marco más internacional para aportar experiencias en el extranjero y que posteriormente vuelvan a España.
-En un entorno tan competitivo y en el que los puestos de trabajo escasean, ¿cómo ve el papel de la mujer empresaria y trabajadora?
-La incorporación de la mujer a la empresa y el deseo de independizarse y de dar validez con todas sus limitaciones llega a entornos profesionales de más responsabilidad. Aporta su diversidad, sus criterios y la conciliación que es tan importante, para la mujer pero también para los trabajadores masculinos de la empresa.
-La conciliación, de todos modos, no parece que sea todavía una realidad en muchas empresas españolas...
-Creo que es un tema que se tiene que abordar primero en el entorno familiar. Lo importante es la calidad del tiempo, no la cantidad. Ha pasado diferentes etapas. Se puede ser pionera en distintos ámbitos.
-¿Cómo está la mujer en Edival?
-Hay un porcentaje similar de mujeres y de hombres. En la empresa siempre se ha primado el ascenso teniendo en cuenta el perfil profesional, formación, carrera... y se ha apoyado mucho a su equipo profesional. Mar Puchades es la directora general y yo soy la presidenta... son sólo ejemplos del posicionamiento de la mujer entre los directivos de la empresa.
-¿Entraría en política como ha hecho algún empresario valenciano?
-No, porque yo personalmente no doy más. Me requiere la empresa en esta situación tan crítica. Aunque creo que deberían de acceder más profesionales liberales y empresarios al mundo de la política. Vendría muy bien a las administraciones públicas.
Que le pregunten cómo ha podido despedir ha más de 100 trabajadores desde el año 2008 hasta el 2010 sin hacer un Ere. Solo ha habido un ERE que se realizó a inicios del 2011. Si que redimensionaron bien la empresa, pero no de la manera más justa para los trabajadores.
Pregunten por la deuda que tienen y sabrán por qué sigue la empresa adelante. A los bancos no le interesa que presenten suspensión de pagos, sino que se lo digan al BBVA.
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