VALENCIA (VP). Feria Hábitat Valencia abre sus puertas este martes en busca de ofrecer al mueble e interiorismo nacional una imagen de modernidad, vanguardia e innovación. Lo hace en un momento especialmente delicado para el sector, que ha visto reducida, un año más, su producción respecto al ejercicio anterior. La facturación nacional de 2010 cayó un 6,1% con respecto al año anterior, alcanzando los 5.183 millones de euros, según datos del Observatorio Español del Mercado del Mueble que elabora el Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines, Aidima.
Una recesión que no viene de ayer. El número de empresas de muebles descendió en la Comunitat Valenciana más de un 15% en diez años (desde 1999 hasta 2009, año del que se publican los últimos resultados), según datos del INE. Si el número de empresas de este sector ascendía a 2.927 en 1.999, una década más tarde, la cifra se reducía hasta las 2.463. El descenso en España, en las mismas fechas, fue del 6,5%. La caída valenciana es aún más pronunciada si se tienen en cuenta las cifras en pleno boom inmobiliario, cuando se llegaron a contabilizar 3.045 empresas en 2004.
Estos resultados son la suma de distintos problemas estructurales de los modelos de negocio en la industria del mueble, frenada, además, por la situación económica. Lejos de la imagen vanguardista que pretende dar el certamen, la realidad de esta industria es más bien decadente.
La atomización del sector, si bien en ciertos momentos ha servido para su supervivencia, no ha garantizado la solidez del mismo en los últimos años. El sector del mueble esta compuesto por empresas relativamente pequeñas (un 81% no tienen un tamaño mínimo competitivo según un informe de Improven en 2010) lo que supone una desventaja competitiva al no contar con economías de escala. De hecho, en la Comunitat esta industria se compone principalmente por compañías con uno o dos asalariados.
La gestión de las mismas tampoco ha respondido a los criterios de optimización empresarial. Según reflejaba el estudio de Improven, 86% el de las compañías no tienen identificada su rentabilidad por productos, clientes o actividades. En definitiva, el sector se ha basado en un modelo de gestión muy tradicional y con bajo nivel de profesionalización.
Quizá por esto mismo la cultura del I+D+i no se ha extendido entre los fabricantes para encontrar métodos de fabricación de productos más sostenibles, ahorrar costes mediante diseños inteligentes (ámbito especialmente explotado por la todopoderosa noruega Ikea, que ahorra millones en gastos de transporte mediante un diseño y empaquetado inteligente) o reducir costes de fabricación. Apenas existe una metodología de desarrollo de productos que facilite la innovación en las pequeñas empresas que componen la industria maderera.
ELISTISMO, FUSIONES Y MESAS PARA JEQUES
En este contexto de empresa tradicional, el mueble clásico tampoco ha dejado espacio a la innovación en diseño de vanguardia, ciñéndose a ediciones limitadas y precios elitistas.
La recuperación del peso de esta industria en el conjunto de la economía española podría implicar procesos de fusiones y adquisiciones y un cambio de modelo hacia la externalización de procesos no estratégicos además de un sobreesfuerzo en I+D.
Sin el valor añadido de la innovación a precios competitivos, las exportaciones no mejorarán sustancialmente sus resultados y la internacionalización es en este sector, como en tantos otros, la clave del crecimiento. No obstante, las exportaciones de sector del mueble de la Comunitat Valenciana aumentaron un 3,8% en el primer semestre de este año y alcanzaron los 134 millones de euros, según los datos hechos públicos por la Asociación Nacional de Industriales y Exportadores de Muebles de España (Anime).
Los muebles sobresalen como el 10º capítulo arancelario más exportador en la Comunitat, con algo menos del 2% del total exportado. En el conjunto español, la ventas exteriores valencianas representan un 25% del conjunto de las exportaciones españolas de estos productos, por detrás de Cataluña. Los principales mercados de destino son Francia, Portugal y Alemania y sobresale el incremento de las compras de mueble valenciano por parte de Arabia Saudí (8,8%) y Emiratos Árabes Unidos (40,7%). Pero precisamente la demanda de estos dos últimos responde al diseño ostentoso, clásico, caro y elitista de cuya imagen la feria del hábitat trata de huir.
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