VALENCIA. En política, heredar estructuras de otros suele resultar incómodo. En ocasiones, el dirigente entrante sí encuentra elementos de valor en el equipo de su predecesor y, en otras, aborda la renovación para trabajar con personas de su confianza. Sin duda, presidir la Generalitat exige la necesidad imperiosa de contar con gente que pueda responder de forma adecuada ante cualquier eventualidad en consonancia con la línea del jefe del Consell.
El anterior presidente, Francisco Camps, conformó en junio un Consell absolutamente sorprendente basada en un crisol de técnicos o apuestas personales y que no atendía a criterios dei equilibrio territorial o experiencia en cargos de gestión a ese nivel. Al margen de que algunos componentes funcionen o no, Alberto Fabra se verá, tras el 20-N, en la situación de juzgar si le interesa el enfoque de Gobierno heredado de Camps y, después de eso, decidir si quiere acometer una serie de variaciones para sentirse cómodo e independiente y así gobernar a su aire con su propio equipo.
Los consellers que ya estuvieron presentes en la anterior legislatura son los que cuya continuidad está en mayor suspenso. La vicepresidenta, Paula Sánchez de León, la titular de Agricultura, Maritina Hernández, o Serafín Castellano, responsable de Gobernación, son dirigentes cuya imagen ha quedado estrechamente vinculada a Camps, por lo que Fabra analizará con detenimiento su papel y gestión para decidir su continuidad a partir del 20-N en adelante.
Una de las apuestas más personales de Camps fue Lola Johnson, quien compatibiliza la portavocía del Consell y la conselleria de Cultura, Turismo y Deporte. Las fuentes consultadas dudan de que la exdirectora de Canal 9 pueda seguir acaparando estas competencias, especialmente la que le otorga la responsabilidad frente a los medios de comunicación, una vez se celebren las elecciones generales.
Precisamente, en las comparecencias de los consellers que acontecen estos días, dirigentes como Maritina Hernández, Serafín Castellano o Lola Johnson, remarcaron su agradecimiento al expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, haberles situado en esos cargos durante sus intervenciones.
Otras elecciones de Camps con carácter técnico fueron el conseller de Justicia, Jorge Cabré, y el responsable de Economía e Industria, Enrique Verdeguer. El primero, viene con la vitola de haber trabajado codo con codo junto a Paula Sánchez de León y con una procedencia alicantina sin peso específico en el partido. Su continuidad ofrece dudas y dependerá de los trazos de gestión en los próximos meses. Por lo que se refiere a Verdeguer, tiene ante sí un importante reto con una cartera muy exigente: su inminente programa de reducción de costes de las empresas públicas puede ser una buena forma de mostrar su credenciales para ganar confianza por parte de Alberto Fabra.
Del Ejecutivo actual, parte del perfil técnico puede tener continuidad en el próximo Consell. José Manuel Vela, titular de Hacienda, se encuentra afrontando la delicada situación presupuestaria de la Generalitat y todo apunta a que gozará de la confianza del jefe del Consell para manejar, al menos a corto y medio plazo, las finanzas de la administración. Por el momento, también "gusta", según señalan fuentes consultadas, la labor del responsable de Sanidad, Luis Rosado, quien tiene amplia experiencia en la conselleria.
El conseller de Educación, José Císcar, es una de las apuestas de Camps que está obteniendo visibilidad en una cartera que dio muchos problemas en la anterior legislatura. El carácter aperturista que está mostrando Alberto Fabra se ha hecho patente también en Císcar, quien se reunió, por ejemplo, con Escola Valenciana, un encuentro que no se producía desde hacía 16 años. Además, Císcar puede resultar un elemento importante para Fabra por su procedencia alicantina, provincia en la que necesita aliados para vertebrar de nuevo el partido. A priori, continuará en primera línea.
En cuanto a la única representante de Castellón en el Consell, Isabel Bonig, titular de Infraestructuras, tendría opciones consolidarse tras el 20-N. La exalcaldesa de la Vall d'Uixó, desvinculada del barón provincial Carlos Fabra, fue una apuesta del expresidente de la Generalitat que Fabra podría valorar de cara al futuro, siendo además, la única titular de una conselleria que procede de Castellón, tierra del presidente de la Generalitat.
Así, el jefe del Consell tiene por delante una campaña electoral para encumbrar a Mariano Rajoy a La Moncloa pero, al mismo tiempo, unos meses de análisis -con lupa- sobre la utilidad, competencia y fidelidad de los miembros del Ejecutivo que heredó de Francisco Camps. El veredicto, según apuntan muchos, al inicio del próximo año.
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